“Los otros”.
Estudios en comunicación: la inseguridad en la vida cotidiana.
Introducción:
El propósito de este trabajo se caracteriza por interesarnos en la construcción de sentido acerca de la inseguridad en la vida cotidiana. Para ello se obtendrá un corpus con entrevistas y otros datos, que serán abordados a través de diferentes preguntas de investigación que plantearán problemáticas relacionadas a los siguientes ejes de análisis: inseguridad, la figura del delincuente/ sospechoso, las victimas, el barrio, la nación, el estado, los policías y los medios de comunicación. La problemática en particular de este trabajo se centra en la presencia de un “otro”, que será estudiado a partir de la comunicación y la cultura.
Descripción del marco teórico:
El marco teórico utilizado se presenta en constante relación a lo largo del análisis. Se toma el concepto de Aníbal Ford de comunicación como construcción de sentido, y a Geertz que define a la cultura como una trama de significaciones que el hombre utiliza y él mismo construye. Pero tampoco podemos olvidarnos de Gramsci que con la hegemonía y su definición de cultura como espacio de lucha por la imposición de sentido, permitirá comprender la situación de un modo más general. Los términos como sentido común, cultura oficial, cultura popular o folclore serán utilizados para abordar la problemática planteada. Sin embargo, al tratar la construcción de sentido en la vida cotidiana, es necesario la presencia de los científicos de Palo Alto que tienen en cuenta la comunicación no verbal, como Bateson; de Goffman desde la microsociología y Garfinkel desde la etnometodología (que aporta su definición de sentido común en un forma sincrónica a diferencia de Gramsci que incorpora una variable histórica a su concepto). En esa cotidianidad la lectura de índices es constante, por ende los aportes de Ginzburg y Ford serán tenidos en cuenta. Estos conceptos nos permitirán percibir como se genera el sentido en torno a la inseguridad, la delincuencia y la figura del delincuente.
Se buscó dejar afuera todo tipo de subjetividad por parte de los investigadores con el fin de puntualizar en las diferentes construcciones de sentido común que cada uno de los entrevistados construyó.
Metodología y corpus:
El trabajo práctico realizado centralizó sus estudios en la construcción de sentido sobre la seguridad e inseguridad de la vida cotidiana de las personas que participan del Centro de Gestión y participación, CGP Nº 11 (Villa Gral. Mitre - Villa Santa Rita - Villa del Parque - Villa Ortúzar - Paternal - Villa Crespo - Agronomía - Chacarita - Parque Chas). Nos interesamos por esta zona ya que dos de los integrantes del grupo viven en ella y conocen trabajadores de dicho centro, lo cual nos permitió introducirnos de lleno en el tema. Se adjunta a continuación un mapa con los barrios de Capital Federal que nuclea el CGP y el lugar donde se encuentra el mismo[1].
Nos acercamos a una de las constantes reuniones que se realizan en este centro de gestión y participación y realizamos varias entrevistas a ciudadanos del barrio. Los vecinos entrevistados fueron cuatro, varían en diferentes edades pero todos ellos conviven en el mismo barrio y se presentan a diario en este centro para debatir sobre la inseguridad.
Es necesario destacar que la investigación realizada debe ser considerada como un estudio piloto, puesto que de 240.352 habitantes de la zona sólo fueron entrevistados cuatro individuos. A partir de esto se puede llegar a la conclusión de que los datos obtenidos en estas entrevistas no sirven para realizar planteos o teorías generales si no más bien es una investigación que permitirá abrir puertas, realizar planteos, propuesta e hipótesis en próximos estudios sobre la seguridad en la vida cotidiana.
La metodología escogida es de carácter cualitativo, ya que se busca interpretar el corpus a partir de las entrevistas conseguidas el día 8/6 en el CGP Nº 11. Este corpus se encuentra acompañado del marco teórico de la cátedra y de artículos de diarios. Estos materiales son adjuntados en los anexos. La metodología del trabajo busca interesarse por la construcción de significaciones, los códigos que se manejan, pero como menciona Aníbal Ford sin dejar de ubicar a la problemática planteada en clave sociocultural.
Análisis:
El análisis del corpus que se va a llevar a cabo es comunicacional, ya que nos interesa la construcción de sentido acerca de la inseguridad en la vida cotidiana, pero como menciona Aníbal Ford, relacionado con la cultura y la sociedad en el cual se inscribe. La cultura entendida como trama de significaciones que el hombre utiliza, pero que también contribuye a su formación. Y desde un punto de vista macro analítico, como menciona Gramsci, entender a la cultura como un espacio de lucha, conflictivo por la apropiación e imposición del sentido. El tema de la inseguridad es relevante en el corpus estudiado. Los entrevistados coinciden en que la situación se agrava con el tiempo. Utilizan hipérboles y comparaciones en sus discursos, que más adelante serán señalados. Los vecinos que participan dentro del Centro de Gestión y Participación Nº 11 construyen un tipo particular de delincuente. Esto forma parte del sentido común, como lo entiende Mauro Wolf tomando a Garfinkel, estamos habituados a dar por descontado un cierto número de conocimiento, asunciones, razonamientos, cosas que todos saben, patrimonio común (…) no es necesario una ulterior atención o reflexión precisamente porque todo ello supone ya un instrumento inmediato (Wolf, 1988). El sentido común es lo dado, lo que no se cuestiona, se presenta como algo incorporado a partir del cual nos manejamos. Este se presenta en los entrevistados y lo utilizan para la vida cotidiana, en este caso en la inseguridad. Visto desde Gramsci, el sentido común es una concepción (…) disgregada, incoherente, inconsecuente (Gramsci, 1949), que se logra a través de un proceso hegemónico, en donde una clase hegemónica que es dominante logra naturalizar un sentido que penetra tanto a las clases dominantes como a las dominadas, pero que defienden los intereses de las hegemónicas.
Estos conceptos que aportan al análisis comunicacional y cultural se evidencian en un aspecto en particular: la construcción de la figura del delincuente.
El delincuente, el sospechoso: la relación nosotros/otros.
Los entrevistados hacen hincapié en que la situación actual cualquiera puede presentar rasgos que lo lleven a ser un delincuente. Lo mencionan en los siguientes fragmentos de entrevistas: “ya no sabes quien es quien (…) ya te encontrás con cualquiera, no es cuestión de raza, color, ni nada. Ya puede ser cualquiera el chorro”. Sin embargo, en forma contradictoria aparecen a lo largo de la entrevista determinados comentarios donde se percibe cómo funciona el sentido común, a partir de la asociación de la delincuencia con la juventud.
“Ya se perdió el chico rubio de ojos celestes”.
“Hay tres chicos que frecuentemente roban celulares para un señor que tiene un negocio de venta de celulares”.
“Estos jóvenes, que en vez de ir a la plaza a fumarse un porro puedan ir a una biblioteca”.
“Para que te vas a poner a pensar pibe, dejá, mirá, asaltá a ese tipo de la esquina”.
“Para mi la mayoría sale de las villas, debe haber alguno que sea de clase media, algún loquito siempre hay, pero la gran mayoría si. Y en especial los pibitos”. (Entrevistas)
Se identifica al delincuente con los jóvenes y adolescentes. En el primer fragmento se destaca que un chico rubio de ojos celestes, rasgos que antes no eran estigmatizados, ahora si puede presentar aspectos que permitan inferir que es un posible sospechoso o delincuente. El tema de la delincuencia del menor aparece en el corpus y mencionan la necesidad de ejercer el mismo trato que una persona adulta que cometió algún delito.
Para determinar al posible sospechoso o un delincuente, se realizan lectura de índices. En este plano comunicacional, en la vida cotidiana constantemente interpretamos indicios. El índice es un signo que remite a su objeto por contigüidad, por cercanía y conexión con el objeto al que representa. Y nos permite hacer inferencias, por ejemplo al percibir humo nos lleva a conjeturar que hay un posible incendio. Aníbal Ford indica que la abducción constituye una zona central en la construcción de las hipótesis que utilizamos para vivir (Ford, 1994: 75). Este razonamiento que lee índices se presenta a la hora de determinar quien puede ser un delincuente. Se realizan hipótesis, conjeturas que llevan a que nos manejemos de determinada manera. Los vecinos que participan del CGP a través de la lectura indiciaria presentan un control social. Están en una situación de alerta, ya que pueden interpretar a través de índices un acontecimiento de delito.
“Cuando camino por la calle, camino diez pasos y siempre miro hacia atrás y cuando veo que la persona que tengo atrás no me convence, hago un giro, cruzo la calle, pego la vuelta. Hay actitudes marcadas, no solamente la manera de vestirse o arreglarse. Hay actitudes que vos ves. Yo voy en el colectivo, te miro un tipo y te digo este es chorro, difícilmente me equivoque. Por ejemplo para descubrir un carterista o un arrebatador en un colectivo hay que fijarse en el brazo, todos llevan una bolsita o algo en el brazo.”
“Yo voy mirando para todos lados todo el tiempo. Si vos ves que viene un morochito con gorrita, medio villerito, sabes que ese o te afana, o te está relojeando o pasa la data”. (Entrevistas).
Objetos, como una gorra o una bolsa, se presentan como índices que llevan a conjeturar al vecino la posibilidad de que sea un delincuente. Y esto es posible porque el índice es un tipo de signo cuya interpretación y lectura se realiza de manera contextual. Todos estos rasgos que se destacan son gestos, movimientos corporales, practicas que forman parte de la comunicación no verbal. Esta última fue de gran relevancia para los científicos de Palo Alto. Los entrevistados mencionan que la mayoría de las gestualidades o de los movimientos permite resaltar al delincuente y detectarlo.
“Cuando vos ves que cambian el coso de brazo y marcaron es porque es el momento en que están por robarle a alguien y eso grábenselo, obsérvenlo y van a ver que no se van a equivocar nunca. El tipo que se para siempre al lado de la puerta y no baja nunca, esta siempre mirando así, y no se baja nunca. Ese porque le está marcando a los otros: ¨ che, yo ya estoy listo para cuando salgamos corriendo”. Yo en un colectivo miro siempre y digo cuidado”. (Entrevista).
El entrevistado destaca en este fragmento como entre los delincuentes establecen una especie de marco metacomunicativo. Bateson señala que la metacomunicación es un nivel de abstracción por encima del nivel denotativo (aquella relación referencial entre el signo y el objeto), en el cual el tema del discurso es la relación entre los hablantes (Bateson, 1955: 206). Se establece un marco con premisas en donde se incluyen esos delincuentes que comparten ciertos códigos que lo llevan a realizar un delito. El entrevistado parece identificar ese marco metacomunicativo y previene una futura situación de inseguridad.
Acompañando a esto, el alcoholismo y la drogadicción son rasgos que van de la mano de la delincuencia. Todos estos aspectos, la mayoría de ellos o verbales que sirven de índices para los vecinos, forman parte del sentido común, de la construcción de la figura del delincuente o del posible sospechoso.
Incorporando al análisis comunicacional la perspectiva cultural, en todas las entrevistas, en mayor o en menor medida, se configura una distinción, una diferencia, entre un “nosotros” que lo forman los vecinos, y los “otros” donde se encuentran los delincuentes o aquellos que pueden llegar a serlo. Es otro estigmatizado, utilizando los términos de Goffman. Como dicho autor desde la microsociología define al estigma como un atributo que produce en los demás, a modo de efecto, un descrédito amplio (…) defecto, falla o desventaja (Goffman, 1963: 12). Un estigma desacredita y las personas que contienen los atributos que mencionaron los entrevistados que forman parte del sentido común (ser joven, pobre, drogadicto, proveniente de la villa miseria, etcétera) llevan a que sean considerados como delincuentes o capaces de serlo. Ahora, tanto el “nosotros” que construyen los entrevistados y los “otros” se encuentran en un contacto, conviven de manera conflictiva:
“A vos te parece que yo estoy viviendo en un barrio donde tengo que llevarme bien con los drogadictos para que a mis hijos no le pase nada. Que yo los vea y haga una denuncia y después mis hijos corran riesgo. Que la denuncia mía no valga, que yo que pagué toda mi vida mis impuestos y todo, no tenga ningún valor eso, que venga gente que se metieron en la zona donde vivo y yo tener que hacer una vida armónica con ellos para poder vivir bien. Que no salgo hace 20 años porque voy a veranear y me roban y adaptarme a la vida de ellos. Porque yo me tengo que adaptar a la vida de ellos cuando tengo una propiedad y ellos tendrían que adaptarse a mi vida.” (Entrevista).
El otro aparece como aquel que rompe con las reglas sociales, un anómalo que está por fuera del concepto del “buen vecino”, como aquel que paga sus impuestos, tiene una propiedad, entre otros rasgos. Si bien, en este fragmento se explicita más la confrontación entre el nosotros/ otros, en los otros se encuentra de manera implícita o se menciona sin desarrollar demasiado. Además, este fragmento de una vecina que participa del Centro de Gestión y Participación demuestra las prácticas que debe realizar para mantener una relación buena con los otros, parecen que emite rituales en términos de Goffman y Joseph, para no afectar la identidad social de ninguno que se encuentra en esa interacción cotidiana.
Aparece como una barrera, una delimitación que separa a ese nosotros, del otro, que aparece como un extraño capaz de ser un sospechoso o delincuente[2]. Se distingue esto en el corpus a través de las comparaciones y confrontaciones que mencionan los entrevistados. La necesidad de separarse se explicita, por ejemplo:
“Yo no puedo creer que cuando voy por la calle, los tengo a esos flacos al lado mío. Porque están por todas partes”. (Entrevista).
El delincuente aparece como un mal social, al cual se debe extirpar, expulsar, alejar:
“Hay que mandarlos bien lejos, allá en plena montaña con dieciséis o veintidós grados bajo cero y que aprendan”. (Entrevista).
Se destaca en un solo entrevistado, la diferenciación entre el falso y el verdadero ladrón. Este último, presenta un saber que está acompañado por un grupo bien organizado. Si bien no se presenta en el resto del corpus, puede ser relevante para hipótesis de futuras investigaciones.
El delincuente, si bien se presenta como una anomalía, un extraño, los entrevistados a la hora de definirlos lo piensan como victimas, carentes de ciertos aspectos que los llevan a cometer delitos. Como menciona un trabajo de Contursi y Arzeno, el delincuente también es victima de esa especie de estado anárquico (Contursi/ Arzeno, 2006:16). Esto se destaca en los discursos de los entrevistados cuando mencionan que el actor de delitos se presenta:
“Con falta de muchas cosas. Puede ser, mira, no serán todos los casos igual pero la mayoría es la pobreza, la miseria, la no respuesta de la sociedad, el gobierno, todo un conjunto. Cuando una persona va a buscar trabajo y le cuesta una barbaridad para tenerlo y le dan vueltas y miles de vueltas, esas cosas te van desgastando. Hay gente que toma el camino más fácil. Pero llega un limite que tanto te cansa que uno dice ¨bueno, listo¨ yo me meto en esto y se meten en la droga, en la bebida y lo hacen para ganar dinero porque no encuentran otra salida.” (Entrevista).
La diferencia social, la pobreza, la sociedad, el gobierno aparecen como los culpables del motivo de la delincuencia. Pero antes de llegar a ese aspecto, en el corpus se destaca la localización de sectores que se configuran como focos donde se encuentra y forman los delincuentes.
El tren, los boliches y las villas: localización del peligro.
No solamente, los sospechosos o delincuentes presentan rasgos que son índices de inseguridad para los vecinos, sino que los localizan en lugares determinados. Son sectores que no se piensan sólo como el lugar del que comete actos delictivos sino como ámbito de formación del delincuente. Dentro del sentido común que se releva de las entrevistas, las villas de emergencia, los trenes y los boliches son zonas peligrosas donde frecuentan personas capaces de cometer delitos:
“En un sector de este barrio por ejemplo, el sector de Av. Forest, Av. Federico Lacroze, todo ese sectorcito, a raíz de ese asentamiento que desde el ferrocarril, está 10 veces peor”.
“Ahí están en ese asentamiento que esta dividido en cuatro sectores. Un sector lo protege gente de la corriente clasista y combativa contra otro grupo que ese no lo voy a nombrar que tienen su sede en la estación del ferrocarril. El otro sector lo maneja un señor que usufructúa los dos galpones de los ferrocarriles: el galpón 7 y el 8. El otro sector lo subvenciona un sacerdote. Así es y el otro sector esta amparado por los señores de cosas básicas”.
“Es una zona de todos boliches, prácticamente los pibes viven borrachos y si no son los boliches está el tren que es otro criadero de jóvenes alcohólicos”. (Entrevistas).
El tren aparece como un lugar que condiciona las prácticas cotidianas de los vecinos, determina a que hora frecuentar el lugar y a que hora no, pero siempre estando en estado de alerta porque en cualquier momento puede suceder un acto de inseguridad:
“El otro sector cerca de la estación Chacarita del ferrocarril San Martín es otro sector que después de las 23hs mejor no caminar. Ojo también a las 10hs es peligroso aunque parezca mentira”. (Entrevista).
Las villas de emergencia aparecen como un sector donde la persona por el hecho de estar allí, es un delincuente o sospechoso. La villa es asociada con la pobreza, la miseria, la carencia y dentro del sentido común de los entrevistados un lugar que es foco de la inseguridad:
“Son los negritos que viven en las villas y no tienen opción”.
“El noventa por ciento de las villas son chorros o la gran mayoría”.
“Yo vivo más para el lado de Villa del Parque, vivo en Margariños Cervantes y Elguera. Ahí a la vueltita donde vivo yo se juntan un grupito de quince pibes que están todos los días y todas las noches falopeándose, drogándose”. (Entrevistas).
Contursi y Arzeno indican en un trabajo de investigación que la inseguridad es pensada como plausible de ser localizada territorialmente a través de los mapas del delito (Contursi/Arzeno, 2006: 15). En nuestro corpus, se identifican también sectores bien delimitados a los cuales hay que erradicar pero que, a su vez, generan restricciones y prácticas para el vecino cuando tiene que frecuentar esos lugares. De esta forma, el tren, las villas, los boliches, las esquinas de los barrios se configuran como el lugar de los otros.
A su vez, sobre estos lugares o sitios identificados por los entrevistados recae el concepto de imaginarios sociales. Este último es una construcción colectiva que puede ser conciente o inconsciente, y que es tradicional debido a que toma a la experiencia y a la memoria, y se piensa en un futuro desde el presente. Hay existencia de imaginarios sociales vinculados a la delincuencia, al delito, a lo que es una villa miseria y lo que ocurre en su interior. Como Martini señala: el dispositivo imaginario provoca la adhesión a un sistema de valores e interviene eficazmente en el proceso de su interiorización por los individuos (Martini, 2002). Esos imaginarios determinan que está bien y que está mal, que es lo normal y lo anormal. Eso se demuestra en las entrevistas por las caracterizaciones que hacen de estos lugares, se construyen imaginarios colectivos que ubican a las villas y a los trenes de lado de lo anómalo. Y además les sirve para guiarse en la vida cotidiana, en ese estado de alerta constante. Por ejemplo, la mayoría de los vecinos entrevistados pertenecientes al CGP mencionó la constante lectura de índices al caminar por la calle.
Del barrio a la nación.
Cuando los entrevistados mencionaban y localizaban los lugares donde se encuentran los delincuentes, si bien hablaban específicamente de los barrios que agrupa el Centro de Gestión y Participación, indican que el problema de la inseguridad es un fenómeno a nivel nacional:
“Yo creo que es un problema de la nación, no solamente barrial. Esto está pasando en todos los barrios”.
“Esto no pasa sólo en Villa del Parque, Villa Crespo, Almagro o Mataderos, esto pasa en todos lados del país”.
“Ojo que no es sólo a nivel barrial, es en la Argentina y acá se nota mucho”.
“Es inseguro porque es un problema a nivel país, digamos”. (Entrevistas).
Anderson define a la nación como una comunidad imaginada, limitada y soberana. Engloba a personas que no se pueden conocer entre si pero que se encuentran en determinados limites territoriales y políticos. El delito y la inseguridad se presentan en los discursos de los entrevistados, como `problemáticas que le incumben a todas las personas de la Argentina. Se genera así una fraternidad entre todos los que viven en el país, la nación se imagina como comunidad porque, independientemente de la desigualdad y la explotación que en efecto puedan prevalecer en cada caso, la nación se concibe como un compañerismo profundo, horizontal (Anderson, 1983: 25). El delito se conforma como un relato sobre la nación, le interesa a toda esa comunidad imaginada que vive en la Argentina.
En el corpus se realizó una diferenciación del barrio en el pasado y en el presente. Como si hubiese una premisa en común, “todo tiempo pasado fue mejor”. Esto pertenece al sentido común, los entrevistados describen actividades que realizaban, y que las suspendieron por la inseguridad.
“Yo te puedo decir que viví toda mi vida en este barrio y era muy familiar, se podía vivir con las puertas sin poner llaves, se salía a las calles y podías sacar una mesa afuera y sentarte a comer en familia. Por ejemplo el vecino, vos tenías un hijo y te lo cuidaba como si fuera propio. Los chicos jugaban a la pelota en la calle. O sea había mucha libertad, una libertad que ahora tenés que estar entre rejas”.
“Antes el barrio estaba mejor yo creo. No se, se podía salir a la calle tranquilo y tomar unos mates, charlar con el vecino. Se conocía, se lo conocía al vecino, se sabía su nombre y cuantos integrantes de la familia tenia. Hoy eso ya fue. Ya no se conoce al vecino y no se sabe a quien se tiene al lado”.
La retórica utilizada a través de comparaciones y ejemplificaciones, muestran un pasado donde la inseguridad esta casi ausente frente a un presente en el cual el vecino puede ser un sospechoso o una persona de desconfianza.
Por lo tanto, la inseguridad que identifican los vecinos del CGP Nº 11 parece ser un tema que incumbe a toda la nación argentina, por más que utilizando testimonios, descripciones o narraciones se refieran a ciertos lugares del barrio en el que habitan o controla el centro de gestión y participación.
Existe otra cuestión de relevancia en el corpus tratado. La victima puede ser cualquiera, seas chico o anciano. Los entrevistados lo demuestran en los testimonios de inseguridad (en su mayoría robos). Pero dijimos que el delincuente también se presenta como victima. En todas las entrevistas, la culpabilidad recae en la sociedad política en términos gramscianos, y la sociedad civil debe ocuparse de los aspectos dejados por el estado y la policía, un ejemplo de esto es el accionar del mismo CGP en el que participan los entrevistados.
Los medios de comunicación intervienen en el tema de inseguridad y son de importancia porque los temas que tratan influyen en la agenda pública. A continuación, se relacionan todos estos elementos vinculando al corpus con determinados textos y artículos de diarios.
El papel de los medios de comunicación en la naturalización del sentido.
Los medios son una institución que difunde el sentido común que responde a los intereses de la clase dominante y hegemónica. Son de relevancia los discursos mediáticos porque construyen representaciones de esos “otros” y genera un control social determinado, dependiendo del tema de la agenda periodística. Martini señala que la legitimidad que tiene históricamente la prensa le concede el estatuto de voz autorizada y que se deriva de su coincidencia con el discurso hegemónico, oficial (Martini, 2002: 90). Vale la pena aclarar, que a la cultura Gramsci la considera como un espacio donde se confronta la visión del mundo de las clases hegemónicas que imponen un sentido común a todos y la visión del mundo de las clases subalternas, llamado folclore o cultura popular. Los medios son instrumentos donde se encuentran los intelectuales orgánicos que defienden los intereses de las clases dominantes y se encargan de la difusión del sentido común y su reproducción. Las modalidades implementadas por los medios permiten así la naturalización del sentido. En el texto de Martini de las agendas policiales en los medios de Argentina, aparecen en diarios la figura del delincuente caracterizado como joven, pobre y villero. Esto resulta coincidente con los rasgos que mencionaban los entrevistados del corpus. Y muchas veces es tratado por los medios generando la naturalización de un sentido hegemónico.
Para entender el papel de los medios, relacionamos a las entrevistas con un artículo del diario Clarín del día 20 de mayo del 2007. Lo seleccionamos porque habla del crecimiento del numero de guardias privados por sobre la policía en capital federal, por ende, es una noticia que habla acerca de los lugares que los vecinos que participan del CGP Nº 11 frecuentan. Podemos evidenciar en primera instancia una coincidencia en el articulo del diario Clarín y el discurso de los entrevistados, la desvalorización de la figura del policía. La noticia plantea la deficiencia del servicio público que trae como consecuencia la necesidad de más seguridad privada. El artículo comienza indicando: “es un reflejo de lo que sienten los porteños. El síntoma más visible de un clima de inseguridad que parece aventurase a cada momento” (Clarín, 20 de mayo del 2007). El diario se perfila como portavoz autorizado de lo que le sucede a los porteños. La cifra de agentes de seguridad privada es mayor a la de policías registrados, por lo cual a través de la comparación la nota manifiesta un problema del servicio publico policial. Esta desvalorización se reproduce en los discursos de los entrevistados:
“Yo veo que la policía se aleja cada vez más”.
“La inseguridad era un tema policial. La policía era el organismo que tenia el estado para castigar el delito y prevenirlo en lo posible y lo hacia. Te daba muchísima seguridad el uniformado. Ahora la policía está totalmente esterilizada, ni siquiera te puede pedir los documentos”.
“Ya la misma policía permite eso y no sólo lo permite sino que ayuda a que se haga. Hay miles de casos en los que los policías están enganchados con el caso por complicidad”. (Entrevistas).
Si bien se encuentra una coincidencia en la figura del policía, los entrevistados hacen hincapié en la corrupción del policía y el artículo menciona la menor cantidad de policías en la Capital Federal. Puede ser una diferencia que nos permita hablar de la visión de las clases hegemónicas y la cultura popular de las clases subalternas, pero eso se tratará más adelante.
La noticia del Diario Clarín construye a través de sus modalidades una premisa importante, “aquel que posee más logra custodiarse mejor”. El pago por la seguridad se presenta como una solución frente a la inseguridad. Un entrevistado mencionaba lo mismo en un fragmento de su entrevista:
“La policía, yo he hablado con dos comisarios de la 29 y de la 37, los dos comisarios te dicen: “no tengo gente” y luego los señores agentes de la Policía Federal todos hacen adicionales, es decir, vos querés algo, pagas un policía y lo tenes por tu cuenta, el resto de la ciudadanía pareciera que no tiene derechos salvo que pague uno para que lo custodie”. (Entrevista).
Resulta coincidente, ya que tanto los entrevistados como la noticia del diario Clarín presentan a aquellos que no pueden pagar una seguridad privada como los más perjudicados. En este fragmento, el entrevistado implícitamente menciona la deficiencia del servicio público, cuando señala que el resto de la ciudadanía pareciera que no tuviera derechos salvo cuando paguen. En la nota también se resalta esta deficiencia del servicio policial. Hasta aquí podríamos inferir sin generalizar recordando que esta es una investigación piloto, que se reproduce y naturaliza un sentido común. Sin embargo, aparecen diferencias entre lo propuesto por el articulo y los discursos de los entrevistados, que permite percibir la visión de la cultura oficial frente a la cultura popular o folclore. La nota indica que “la seguridad privada mueve el delito desde las zonas controladas a las que no lo están” (Clarín, 20 de mayo del 2007). Difiere de lo señalado por los vecinos del CGP Nº 11 que indican que en todos los barrios hay delincuencia y que se lo puede focalizar en sectores donde se forman y refugian los sospechosos o delincuentes.
En las entrevistas o se propone la solución de la delincuencia accediendo a la seguridad privada, muchos proponen mejoras en la educación, en la familia y en el mismo estado. Además, son críticos con los medios de comunicación ya que mencionan que solamente buscan vender y no informar. Las causas de la delincuencia son diversas para estos vecinos, por ejemplo:
“Mientras los ciudadanos no aprendan a respetar aquí hay un problema que es cultural y no hay vuelta de hoja. No sólo cultural, es el respeto mutuo, no sabemos respetarnos ni tampoco sabemos hacernos respetar porque la cosa es hacerse respetar”.
“Los chicos se sienten como que no se le pone limites, se esta perdiendo la familia que era lo más importante. Por ejemplo antes se hacían muchas reuniones en las casas de familia, se hacían asados y se vivía muy en familia. Ahora esto se esta perdiendo todo. Se están perdiendo los valores. Si se pierde la familia se pierden valores y cada vez el delito es más grande”.
“En realidad se trata de la falta de limites por parte del estado que no mueve un pelo para detener la delincuencia”.
“La economía ayuda a que haya mas delincuencia (…) Acá cerca tenes, todos los ricos y famosos, pibes de tu edad que andan con la 4 x 4 por todos lados y vos te quedas pensando y decís: ¿Cómo hicieron en tan poco tiempo para tener semejante monstruo, terribles camionetas, coches importados? Si vos tenes que estudiar ocho años para poder desarrollar una carrera”. (Entrevista).
La desigualdad económica y social, la falta de autoridad por parte del estado y la policía, la corrupción, la pérdida de valores y de la familia conforman la multicausalidad de la delincuencia para los entrevistados. Las soluciones que proponen van de la mejora del estado, la educación y la familia, hasta la aplicación de la “mano dura” que se presenta en la mayoría de los vecinos que participan del CGP. Si bien, el sentido común penetra tanto a las clases dominantes como a las subalternas, estas presentan una visión determinada que se diferencia del discurso dominante. Esa definición la define Gramsci como folclore o cultura popular entendido como una concepción del mundo y de la vida (…) en contraposición con las concepciones del mundo oficiales (Gramsci, 1949: 239). Sin realizar generalizaciones que puedan lleva a un error, los medios generan la naturalización del sentido, pero aún así dentro del corpus se filtran concepciones que pueden llegar a corresponder con el folclore o la cultura popular de las clases subalternas.
Frente a esta crítica al estado y a los policías, desde los entrevistados parece que la sociedad civil debe llevar a cabo un accionar para mejorar la situación de inseguridad. Es así que justifican su participación en un centro de Gestión y de Participación, como un agente que busca mejorar la situación de los vecinos de los barrios que engloba. No mencionan los entrevistados alguna relación con la política, si con comisarios y policías. El CGP se perfila como una entidad que se mete de lleno en la problemática de la inseguridad y busca la defensa de aquellos que concuerdan con los rasgos del buen vecino:
“No me quiero ir arriba sin haber cumplido con los deberes, tratar de ser solidario y ayudar, aunque sea poco, de defender a mis pares”. (Entrevista).
Conclusiones.
Bibliografía:
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Bateson Gregory (1955): “Una teoría del juego y de la fantasía”. En Pasos hacia una ecología de la mente. Buenos Aires, Carlos Lohlé, 1976.
Contursi, Maria Eugenia y Arzeno, Federico (2006): “Discursos sobre la inseguridad: la redefinición de ciudadanía de los nuevos agentes de inseguridad del barrio Saavedra”, Bs. As., Mimeo.
Ford, Aníbal (1994): “Los medios. Trafico y accidentes trasdisciplinarios”. En Navegaciones. Comunicación, cultura y crisis. Bs. As, Amorrortu, 2001.
Ford, Aníbal (1994): “Conexiones”. En Navegaciones. Comunicación, cultura y crisis. Bs. As, Amorrortu, 2001.
Goffman, Irving (1963): “Estigma e identidad social”. En Estigma. La identidad deteriorada. Buenos Aires, Amorrortu, 1998.
Gramsci, Antonio (1949): “Observaciones sobre el folclore”. En Cuadernos de la cárcel: literatura y vida nacional. México, Juan Pablos editor, 1976.
Gramsci, Antonio (1949): “Introducción”. En La política y el Estado Moderno. Barcelona, Planeta De Agostini, 1993.
Martini, Stella (2003): “La sociedad y sus imaginarios”. En Cuadernos de lectura 20: Comunicación, Interacciones, Relaciones. Buenos Aires, facultad de Ciencias Sociales- UBA, 2003.
Martini Stella (2002): “Agendas policiales de los medios en la Argentina: la exclusión como hecho natural”. En Gayol, S. y Kessler, G. (comp.) Violencias, delitos y justicias en la Argentina, Bs. As, manantial/UN Gral. Sarmiento.
Wolf, Mauro (1988): “Harold Garfinkel o la evidencia no se cuestiona”. En Sociologías de la vida cotidiana. Madrid, 1979.
[1] Referencia: El punto de color rosa es donde se encuentra el CGP Nº 11.
[2] Distinguimos estos dos conceptos, porque el delincuente es aquel que efectivamente realiza un delito, pero en el corpus también se destacan aquellos que poseen rasgos estigmatizables que llevan a pensar que es un sospechoso. La lectura de índices que demuestran los entrevistados afecta tanto al delincuente como aquellos que son solamente sospechosos.
martes, 17 de marzo de 2009
Historia Argentina - Una mirada sobre la situación de los medios en la dictadura de 1976-1982
“Periodismo y dictadura”
El presente trabajo pretende analizar el rol de los medios de difusión a partir de la muerte del General Perón y de la asunción de su esposa María Estela Martínez, hasta los primeros años de la dictadura militar comandada por Jorge Rafael Videla y siendo la cabeza de un gobierno de dos hombres más que recibió el nombre de Junta Militar, conformándola junto al general Ramón Agosti y el Almirante Eduardo Emilio Massera.
La hipótesis que se pretende demostrar es la siguiente: los medios de difusión, en especial la prensa gráfica, jugaron un rol de desestabilización del gobierno de Isabel Perón, pese a que éste mandato se caía por si solo y era más frágil y débil que una hoja. Mientras tanto, los medios hicieron fuerza por el golpe militar que venía a resolver todos los males de nuestra Nación. Y lograron su objetivo, toda la prensa estuvo de acuerdo con el golpe, en menor o mayor medida, pero el golpe militar no fue repudiado por el cuarto poder.
“Entre dos fuegos” es la figura que mejor sintetiza las vicisitudes por las cuales transitaba el periodismo argentino de la década del 70. Pues el cuarto poder estaba expuesto a recibir todo genero de provocaciones, por un lado, de las distintas agrupaciones armadas (de izquierda o derecha) que operaban en el país y, por el otro, las presiones del poder político. En esta coyuntura, el rasgo sobresaliente era la falta casi absoluta de garantías para el ejercicio de la profesión periodística. Atentados terroristas, clausuras por resolución administrativa, suspensiones por razones de higiene, secuestros de periodistas, distribución discrecional y arbitraria de los fondos públicos a través de la publicidad oficial, presiones sindicales sobre la línea editorial y muchos otros caminos han sido utilizados para acallar a periódicos de diferentes puntos de vista u orientación.
El luctuoso registro de la época lo encabezó David kraiselburd, director del diario platense El Día y de la agencia Noticias Argentinas, quien fue ultimado por un grupo armado que se llamaba Tacuara de izquierda, el 17 de Julio de 1974.
El diario La Opinión es uno de los casos más emblemáticos de la represión dado que sufrió inconvenientes de todo genero: intimidaciones anónimas y públicas, atentados contra sus instalaciones, detenciones, secuestros y asesinatos de algunos de sus periodistas (Jorge Money en 1975), rumores de cierre e, incluso, clausuras temporarias (en total fueron 10 cierres temporarios)
Además, el 21 de Diciembre de 1974, el Poder Ejecutivo Nacional dispuso el cierre del más popular de los diarios de la tarde, el diario Crónica dado que consideraba que el periódico violaba el articulo 22 de la Constitución Nacional, ya que incitaba a recuperar las Islas Malvinas por medio de la fuerza popular. Otros periódicos también, debieron cerrar en forma definitiva, entre ellos, el diario La Calle, un periódico que hacía lo imposible por hablar desde la izquierda moderada y circunspectamente.
Es evidente que la relación establecida entre la gestión María Estela Martínez de Perón y los medios no condecía con lo que se esperaba de un gobierno democrático.
Entre las medidas más polémicas adoptadas por el gobierno se contó la ley 20840, más conocida como “Ley de seguridad Nacional” o “Ley antisubversiva”, que imponía prisión de dos a seis años a quien realice actos de divulgación, propaganda o difusión tendientes al adoctrinamiento, proselitismo o instrucción que propendan a alterar o suprimir el orden institucional y la paz social de la Nación.
Los desencuentros entre el gobierno y el periodismo constituían un círculo vicioso. Ante las demandas de la prensa, la respuesta era la coerción. En consecuencia, durante 1975 y los primeros meses de 1976 hubo un verdadero embate por parte de los distintos diarios contra el gobierno democrático. A todo esto, se suma una crisis económica provocada por la inflación constante, la gran desocupación, la denuncia sobre corrupción administrativa (en particular sobre el cheque de la Cruzada de la Solidaridad) y una crisis político-institucional.
La totalidad de las medidas financieras habían sido fustigadas por el conjunto de los periódicos y sobre todo, la decisión adoptada por la jefe de Estado, asesorada por López Rega, nombrando como titular de la cartera de economía a Celestino Rodrigo. Desde luego, la voz periodística que más critico el rumbo económico de toda la gestión fue Clarín, matutino fundado por Noble en 1945, de gran sesgo desarrollista.
Ante esta situación, los rumores de un inminente golpe de Estado corrían raudamente y los medios realizaron una perspicaz prédica contra la estabilidad institucional. El discurso periodístico fue construyendo y abonando el terreno para que la opinión pública, de alguna manera, estuviera consintiendo el golpe. Cualquier razonamiento periodístico sobre la violencia, la economía, la educación, la política, invariablemente culminaba aludiendo a la fatídica solución golpista.
Algunos diarios sostuvieron un discurso francamente golpista, como por ejemplo el diario La Opinión, que era el diario que más fogoneaba el golpe y era dirigido por Jacobo Timerman. Otros, en cambio, instrumentaron estrategias tendientes a objetar desde el silencio editorial. Pero todos coincidieron en no repudiar la ruptura del sistema constitucional.
El nuevo año (1976) lejos de traer vivificantes aires a la vida institucional renovaría la obstinada “misión” periodística de sobredimensionar el clima de inestabilidad. Para dar al problema de la guerrilla un sentido de urgencia, a los periodistas vinculados con el Estado Mayor y, sobre todo, con los servicios de inteligencia, se les encomendaba las tareas gemelas de diseminar el temor al caos y mejorar la imagen de los hacedores del golpe. Trabajaron para crear algunos de los mitos que no solo le preparaban el camino al golpe, sino también le daban al nuevo régimen las llaves para desmovilizar y luego destruir toda resistencia civil. Claro esta que los hombres de prensa encontraban colaboración en los distintos actores políticos, dada sus actitudes o declaraciones, coadyuvaban a enrarecer todavía más el ambiente. Ricardo Balbín, protagonista fundamental de la escena política, había efectuado urticantes manifestaciones públicas al alegar que nunca fue tan fácil como en este momento para las fuerzas Armadas tomar la casa de gobierno: “porque no hay nadie en ella”. No es de extrañar esta actitud del hombre radical dado que en reiteradas ocasiones dio su apoyo incondicional a los impresentables militares.
Lo cierto fue que el cuarto poder protagonizó una verdadera campaña contra la administración justicialista donde, naturalmente hubo medios más comprometidos que otros. Sin embargo, no es menos cierto que el gobierno, en particular, y todos los actores políticos gravitantes, en general, hicieron posible y en definitiva creíble un discurso periodístico univoco para comunicar a la sociedad.
Es interesante ver el grado de responsabilidad que tuvieron los medios en la construcción de un consenso golpista mediante inapelables testimonios. El periodista Hugo Gambini, refiriéndose al final del gobierno peronista, concluyó: “creo que el periodismo ayudo a derrocarlo”. Del mismo modo se puede constatar la connivencia periodística con intereses desestabilizadores en el reportaje concedido por Roberto Cox a un semanario político. Ante la pregunta “¿Ustedes estuvieron a favor de ese proceso?, el por entonces director de The Buenos Aires Herald respondió “por supuesto, el país no aguantaba más la situación en que estaba sumido”. Otra evidencia más que suficiente de la complicidad periodística, en este caso, del diario La Opinión, la brindó: “un oficial de la marina de alta graduación, admitiendo que, una semana antes del golpe, él había aprobado las pruebas de página de un suplemento de circulación masiva que se preparaba sobre las causas del derrocamiento de Isabel Perón”.
El último ejemplo que voy a presentar hace referencia a un editorial del diario La prensa donde expresaba a dos meses de haberse producido el golpe: “no esta de más recordar que iniciado el proceso de organización tal vez se hubiera demorado, con grave daño para el país, si la prensa independiente no hubiera logrado hacerse oír en las críticas circunstancias imperantes hasta el 24 de Marzo.”
La hora del terror
Entonces, el 24 de Marzo de 1976 comenzó una dictadura que duró 2818 días. La mayoría de las desapariciones se produjeron entre el 76 y el 77, cuando Videla y Massera eran dueños de la vida y la muerte. Los medios celebraron el golpe, en mayor o menor medida.
Para que la sociedad civil no atinara a reaccionar era preciso que ignorara lo que estaba sucediendo. Entonces, las Fuerzas Armadas en el Proceso Nacional anunciaron como medida inmediata de política interna la modificación de las leyes y el control de los órganos de difusión para que sirvieran a los fines básicos establecidos.
Aquel 24 de Marzo de 1976, el bando número19 de la Junta anunció que se recluiría por diez años al que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare noticias, comunicados o imágenes con el propósito de perturbar, perjudicar o desprestigiar a las Fuerzas Armadas, de seguridad o policiales.
Con esto puede verse que la intimidación contra la prensa comenzó antes de que se publicara la primera denuncia sobre secuestros, asesinatos y saqueos.
Además de la legislación general se dictaron decretos específicos para sacar de circulación a la prensa política: Nuevo Hombre, Nuestra Palabra, Tribuna Popular, La Yesca, Posición Nacional, Información, desaparecieron junto con las garantías constitucionales.
Sobre la gran prensa diaria y semanal bastó la recomendación amistosa acerca de temas desaconsejables y los enfoques inconvenientes. Y la gran mayoría de los medios gráficos aceptó en silencio estas pautas. Los casos más resonantes de apoyo incondicional al Proceso fueron Clarín, La Nación y La Razón. Éstos tres fueron beneficiados por el gobierno de facto, quien les otorgo la fábrica de papel de celulosa, “Papel Prensa” ubicada en la localidad de San Pedro luego, de que fuera expropiada a los herederos de David Graiver, dado por muerto en un sospechoso accidente de aviación ocurrido el 7 de agosto de 1976.
Sin embargo, hubo diarios como La Opinión, Buenos Aires Herald, o Crónica que desestimaron los reclamos oficiales y se encargaron de denunciar desapariciones. Ante esta situación, La Opinión en Abril de 1977, fue expropiada e intervenida y su director, Jacobo Timerman encarcelado pese a otorgarle un apoyo incondicional a la figura de Videla, incluso, luego de permanecer por más de dos años en prisión. Esto lleva a pensar que Timerman sufría un agudo caso de ezquizoperiodismo.
El director del Herald, Roberto Cox fue arrestado y procesado y al recuperar su libertad debió dejar el país. Cox fue detenido por haber reproducido en su diario una información publicada en Roma sobre una conferencia dictada allí por un opositor al gobierno. Y el diario Crónica fue clausurado temporalmente por informar la muerte de Roberto Santucho antes de que se difundiera el comunicado oficial.
Desde la radio Colonia, legalmente uruguaya pero con estudios de transmisión en Buenos Aires, la solitaria voz de Ariel Delgado transmitía a primera hora de cada mañana y al mediodía una visión distinta de lo que estaba sucediendo, modulaba matices sombríos para referir las consecuencias sociales de la política económica, trágicas al testimoniar los efectos del terror.
Otra de las voces disidentes fue la de Rodolfo Walsh que creó ANCLA, una agencia de noticias clandestina que distribuía los cables a las diferentes redacciones, a corresponsales, a publicaciones internacionales. Fueron uno de los instrumentos de denuncia contra la Junta. Diez meses después de su aparición, el jefe de inteligencia del ejército, general Carlos Alberto Martínez dijo que ANCLA, pertenecía a Montoneros.
El 25 de Marzo del 77 después de enviar por correo los primeros ejemplares de la carta a la Junta, Walsh cayó en una emboscada que le tendió el pelotón de la Escuela de Mecánica de la Armada. Walsh resistió el secuestro pero fue muerto por una lluvia de balas. Nadie reprodujo su carta, solo Buenos Aires Herald y Ariel Delgado informaron sobre su desaparición. ANCLA siguió funcionando hasta 1978, a cargo de los colaboradores de Walsh. Otras de las creaciones de Rodolfo Walsh fue “Cadena Informativa”, era un medio más artesanal que se entregaba a mano, con temáticas similares a ANCLA pero escrito solamente por Walsh.
En otra situación vergonzosa, en 1980, Adolfo Pérez Esquivel fue considerado premio Nóbel y la repercusión que tuvo en la prensa fue casi nula, solo Radio Colonia y la revista deportiva Goles le dieron la trascendencia que tenía este hecho, el resto de la prensa se encargó de desmerecer tal distinción. Claro esta, que este premio fue un duro golpe al gobierno militar que en 1977 había detenido a Pérez Esquivel como parte de un ataque contra el cristianismo opositor.
En enero y febrero de los años 80 se van a dar tensiones políticas agudas luego del informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos respecto de la situación de los derechos humanos en la Argentina y en Abril con motivo del informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA. En el capitulo VII A (Consideraciones Generales), punto 2 denuncia:
“…la acción represiva de diversos cuerpos militares o policiales, que allanaron diversas empresas periodísticas en distintas localidades del país, detenido y encarcelado a directores, redactores y reporteros en distintos medios de comunicación social; interviniendo militarmente a la Federación Argentina de Trabajadores de la Prensa y a los sindicatos de periodistas de distintas ciudades del país; clausurando o prohibiendo la circulación de determinadas revistas y periódicos; expulsando a corresponsales de agencias extranjeras de prensa y radio; haciendo incinerar numerosos libros y revistas”.
Previo a este informe, en 1978 la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) constató que para los editores de diarios, la seguridad nacional tenía prioridad sobre la libertad de expresión. La SIP describió a la prensa argentina como “un grupo de periodistas desesperados que escriben y editan en condiciones extremadamente difíciles” pero se sorprendió de que aceptaran “las reglas de la censura impuesta directa o indirectamente por el gobierno militar. Nuestra misión chocó a cada paso con la opinión directa o indirectamente por el gobierno militar”.
En otros de los párrafos del informe, la SIP decía, “no rigen las garantías constitucionales y el gobierno tiene amplias facultades para confiscar tiradas completas, cerrar publicaciones y disponer arresto. Continuando con el informe, “muy pocas publicaciones están dispuestas a asumir el riesgo de cubrir la violencia que perméa la sociedad.”
Este informe fue presentado a la 34* Asamblea de la SIP, que sesionó en Miami entre el 9 y el 13 de octubre de 1978. Éste último día “La Nación” tituló en su crónica “Firme posición de la Argentina ante la asamblea de la SIP”, en la que informó que ADEPA había rechazado un premio de la SIP, ofrecido en forma colectiva “a periodistas argentinos que por defenderla libertad de prensa han muerto, desaparecido o sufrido encarcelamiento y persecución”. La delegación argentina propuso que se cambiara aquel texto por éste: “A los periodistas argentinos en la figura de Alberto Gainza Paz, quien nunca claudicó en la lucha de los principios sostiene la SIP”. La SIP no aceptó y nadie retiró la plaqueta, que quedó colocada en la sede central de la organización.
Según Clarín los asistentes argentinos dijeron que la aceptación del premio “solo contribuía a la campaña lanzada por ciertos elementos de la prensa internacional para denigrar el buen nombre del país”. Ese mismo año llegaban críticas que provenían desde el exterior y acusaban al gobierno de facto de autoritario, represor y genocida. El mundial de fútbol en Argentina donde nuestro país se coronó campeón, fue usado por la dictadura para mostrar, dentro del país, con la complicidad de los medios gráficos, un paternalismo orientador, y fuera una imagen de país unido y confiable, frente a las críticas que provenían desde el exterior y acusaban al gobierno de facto de autoritario. El éxito deportivo le sirvió a la Junta Militar para manipular a la sociedad a través del ocultamiento sistemático de la verdad histórica y, entre otras cosas, hacer creer que existía una campaña marxista antiargentina, perpetrada desde el exterior.
Para concluir voy a citar una frase de Luís Gregorich, escritor y periodista que estuvo a cargo del suplemento cultural del diario La Opinión julio de 1979, que define el clima de época. Gregorich dijo: “no pretendo convertir en héroes de la libertad de expresión a quienes optamos por seguir publicando y firmando nuestros artículos en el país. Lejos de ser héroes, publicamos todo lo que pudimos en medio de obvias concesiones, debilidades y contradicciones. Quizás se pudo haber hecho más; pero no es poco lo que se hizo.”
El presente trabajo pretende analizar el rol de los medios de difusión a partir de la muerte del General Perón y de la asunción de su esposa María Estela Martínez, hasta los primeros años de la dictadura militar comandada por Jorge Rafael Videla y siendo la cabeza de un gobierno de dos hombres más que recibió el nombre de Junta Militar, conformándola junto al general Ramón Agosti y el Almirante Eduardo Emilio Massera.
La hipótesis que se pretende demostrar es la siguiente: los medios de difusión, en especial la prensa gráfica, jugaron un rol de desestabilización del gobierno de Isabel Perón, pese a que éste mandato se caía por si solo y era más frágil y débil que una hoja. Mientras tanto, los medios hicieron fuerza por el golpe militar que venía a resolver todos los males de nuestra Nación. Y lograron su objetivo, toda la prensa estuvo de acuerdo con el golpe, en menor o mayor medida, pero el golpe militar no fue repudiado por el cuarto poder.
“Entre dos fuegos” es la figura que mejor sintetiza las vicisitudes por las cuales transitaba el periodismo argentino de la década del 70. Pues el cuarto poder estaba expuesto a recibir todo genero de provocaciones, por un lado, de las distintas agrupaciones armadas (de izquierda o derecha) que operaban en el país y, por el otro, las presiones del poder político. En esta coyuntura, el rasgo sobresaliente era la falta casi absoluta de garantías para el ejercicio de la profesión periodística. Atentados terroristas, clausuras por resolución administrativa, suspensiones por razones de higiene, secuestros de periodistas, distribución discrecional y arbitraria de los fondos públicos a través de la publicidad oficial, presiones sindicales sobre la línea editorial y muchos otros caminos han sido utilizados para acallar a periódicos de diferentes puntos de vista u orientación.
El luctuoso registro de la época lo encabezó David kraiselburd, director del diario platense El Día y de la agencia Noticias Argentinas, quien fue ultimado por un grupo armado que se llamaba Tacuara de izquierda, el 17 de Julio de 1974.
El diario La Opinión es uno de los casos más emblemáticos de la represión dado que sufrió inconvenientes de todo genero: intimidaciones anónimas y públicas, atentados contra sus instalaciones, detenciones, secuestros y asesinatos de algunos de sus periodistas (Jorge Money en 1975), rumores de cierre e, incluso, clausuras temporarias (en total fueron 10 cierres temporarios)
Además, el 21 de Diciembre de 1974, el Poder Ejecutivo Nacional dispuso el cierre del más popular de los diarios de la tarde, el diario Crónica dado que consideraba que el periódico violaba el articulo 22 de la Constitución Nacional, ya que incitaba a recuperar las Islas Malvinas por medio de la fuerza popular. Otros periódicos también, debieron cerrar en forma definitiva, entre ellos, el diario La Calle, un periódico que hacía lo imposible por hablar desde la izquierda moderada y circunspectamente.
Es evidente que la relación establecida entre la gestión María Estela Martínez de Perón y los medios no condecía con lo que se esperaba de un gobierno democrático.
Entre las medidas más polémicas adoptadas por el gobierno se contó la ley 20840, más conocida como “Ley de seguridad Nacional” o “Ley antisubversiva”, que imponía prisión de dos a seis años a quien realice actos de divulgación, propaganda o difusión tendientes al adoctrinamiento, proselitismo o instrucción que propendan a alterar o suprimir el orden institucional y la paz social de la Nación.
Los desencuentros entre el gobierno y el periodismo constituían un círculo vicioso. Ante las demandas de la prensa, la respuesta era la coerción. En consecuencia, durante 1975 y los primeros meses de 1976 hubo un verdadero embate por parte de los distintos diarios contra el gobierno democrático. A todo esto, se suma una crisis económica provocada por la inflación constante, la gran desocupación, la denuncia sobre corrupción administrativa (en particular sobre el cheque de la Cruzada de la Solidaridad) y una crisis político-institucional.
La totalidad de las medidas financieras habían sido fustigadas por el conjunto de los periódicos y sobre todo, la decisión adoptada por la jefe de Estado, asesorada por López Rega, nombrando como titular de la cartera de economía a Celestino Rodrigo. Desde luego, la voz periodística que más critico el rumbo económico de toda la gestión fue Clarín, matutino fundado por Noble en 1945, de gran sesgo desarrollista.
Ante esta situación, los rumores de un inminente golpe de Estado corrían raudamente y los medios realizaron una perspicaz prédica contra la estabilidad institucional. El discurso periodístico fue construyendo y abonando el terreno para que la opinión pública, de alguna manera, estuviera consintiendo el golpe. Cualquier razonamiento periodístico sobre la violencia, la economía, la educación, la política, invariablemente culminaba aludiendo a la fatídica solución golpista.
Algunos diarios sostuvieron un discurso francamente golpista, como por ejemplo el diario La Opinión, que era el diario que más fogoneaba el golpe y era dirigido por Jacobo Timerman. Otros, en cambio, instrumentaron estrategias tendientes a objetar desde el silencio editorial. Pero todos coincidieron en no repudiar la ruptura del sistema constitucional.
El nuevo año (1976) lejos de traer vivificantes aires a la vida institucional renovaría la obstinada “misión” periodística de sobredimensionar el clima de inestabilidad. Para dar al problema de la guerrilla un sentido de urgencia, a los periodistas vinculados con el Estado Mayor y, sobre todo, con los servicios de inteligencia, se les encomendaba las tareas gemelas de diseminar el temor al caos y mejorar la imagen de los hacedores del golpe. Trabajaron para crear algunos de los mitos que no solo le preparaban el camino al golpe, sino también le daban al nuevo régimen las llaves para desmovilizar y luego destruir toda resistencia civil. Claro esta que los hombres de prensa encontraban colaboración en los distintos actores políticos, dada sus actitudes o declaraciones, coadyuvaban a enrarecer todavía más el ambiente. Ricardo Balbín, protagonista fundamental de la escena política, había efectuado urticantes manifestaciones públicas al alegar que nunca fue tan fácil como en este momento para las fuerzas Armadas tomar la casa de gobierno: “porque no hay nadie en ella”. No es de extrañar esta actitud del hombre radical dado que en reiteradas ocasiones dio su apoyo incondicional a los impresentables militares.
Lo cierto fue que el cuarto poder protagonizó una verdadera campaña contra la administración justicialista donde, naturalmente hubo medios más comprometidos que otros. Sin embargo, no es menos cierto que el gobierno, en particular, y todos los actores políticos gravitantes, en general, hicieron posible y en definitiva creíble un discurso periodístico univoco para comunicar a la sociedad.
Es interesante ver el grado de responsabilidad que tuvieron los medios en la construcción de un consenso golpista mediante inapelables testimonios. El periodista Hugo Gambini, refiriéndose al final del gobierno peronista, concluyó: “creo que el periodismo ayudo a derrocarlo”. Del mismo modo se puede constatar la connivencia periodística con intereses desestabilizadores en el reportaje concedido por Roberto Cox a un semanario político. Ante la pregunta “¿Ustedes estuvieron a favor de ese proceso?, el por entonces director de The Buenos Aires Herald respondió “por supuesto, el país no aguantaba más la situación en que estaba sumido”. Otra evidencia más que suficiente de la complicidad periodística, en este caso, del diario La Opinión, la brindó: “un oficial de la marina de alta graduación, admitiendo que, una semana antes del golpe, él había aprobado las pruebas de página de un suplemento de circulación masiva que se preparaba sobre las causas del derrocamiento de Isabel Perón”.
El último ejemplo que voy a presentar hace referencia a un editorial del diario La prensa donde expresaba a dos meses de haberse producido el golpe: “no esta de más recordar que iniciado el proceso de organización tal vez se hubiera demorado, con grave daño para el país, si la prensa independiente no hubiera logrado hacerse oír en las críticas circunstancias imperantes hasta el 24 de Marzo.”
La hora del terror
Entonces, el 24 de Marzo de 1976 comenzó una dictadura que duró 2818 días. La mayoría de las desapariciones se produjeron entre el 76 y el 77, cuando Videla y Massera eran dueños de la vida y la muerte. Los medios celebraron el golpe, en mayor o menor medida.
Para que la sociedad civil no atinara a reaccionar era preciso que ignorara lo que estaba sucediendo. Entonces, las Fuerzas Armadas en el Proceso Nacional anunciaron como medida inmediata de política interna la modificación de las leyes y el control de los órganos de difusión para que sirvieran a los fines básicos establecidos.
Aquel 24 de Marzo de 1976, el bando número19 de la Junta anunció que se recluiría por diez años al que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare noticias, comunicados o imágenes con el propósito de perturbar, perjudicar o desprestigiar a las Fuerzas Armadas, de seguridad o policiales.
Con esto puede verse que la intimidación contra la prensa comenzó antes de que se publicara la primera denuncia sobre secuestros, asesinatos y saqueos.
Además de la legislación general se dictaron decretos específicos para sacar de circulación a la prensa política: Nuevo Hombre, Nuestra Palabra, Tribuna Popular, La Yesca, Posición Nacional, Información, desaparecieron junto con las garantías constitucionales.
Sobre la gran prensa diaria y semanal bastó la recomendación amistosa acerca de temas desaconsejables y los enfoques inconvenientes. Y la gran mayoría de los medios gráficos aceptó en silencio estas pautas. Los casos más resonantes de apoyo incondicional al Proceso fueron Clarín, La Nación y La Razón. Éstos tres fueron beneficiados por el gobierno de facto, quien les otorgo la fábrica de papel de celulosa, “Papel Prensa” ubicada en la localidad de San Pedro luego, de que fuera expropiada a los herederos de David Graiver, dado por muerto en un sospechoso accidente de aviación ocurrido el 7 de agosto de 1976.
Sin embargo, hubo diarios como La Opinión, Buenos Aires Herald, o Crónica que desestimaron los reclamos oficiales y se encargaron de denunciar desapariciones. Ante esta situación, La Opinión en Abril de 1977, fue expropiada e intervenida y su director, Jacobo Timerman encarcelado pese a otorgarle un apoyo incondicional a la figura de Videla, incluso, luego de permanecer por más de dos años en prisión. Esto lleva a pensar que Timerman sufría un agudo caso de ezquizoperiodismo.
El director del Herald, Roberto Cox fue arrestado y procesado y al recuperar su libertad debió dejar el país. Cox fue detenido por haber reproducido en su diario una información publicada en Roma sobre una conferencia dictada allí por un opositor al gobierno. Y el diario Crónica fue clausurado temporalmente por informar la muerte de Roberto Santucho antes de que se difundiera el comunicado oficial.
Desde la radio Colonia, legalmente uruguaya pero con estudios de transmisión en Buenos Aires, la solitaria voz de Ariel Delgado transmitía a primera hora de cada mañana y al mediodía una visión distinta de lo que estaba sucediendo, modulaba matices sombríos para referir las consecuencias sociales de la política económica, trágicas al testimoniar los efectos del terror.
Otra de las voces disidentes fue la de Rodolfo Walsh que creó ANCLA, una agencia de noticias clandestina que distribuía los cables a las diferentes redacciones, a corresponsales, a publicaciones internacionales. Fueron uno de los instrumentos de denuncia contra la Junta. Diez meses después de su aparición, el jefe de inteligencia del ejército, general Carlos Alberto Martínez dijo que ANCLA, pertenecía a Montoneros.
El 25 de Marzo del 77 después de enviar por correo los primeros ejemplares de la carta a la Junta, Walsh cayó en una emboscada que le tendió el pelotón de la Escuela de Mecánica de la Armada. Walsh resistió el secuestro pero fue muerto por una lluvia de balas. Nadie reprodujo su carta, solo Buenos Aires Herald y Ariel Delgado informaron sobre su desaparición. ANCLA siguió funcionando hasta 1978, a cargo de los colaboradores de Walsh. Otras de las creaciones de Rodolfo Walsh fue “Cadena Informativa”, era un medio más artesanal que se entregaba a mano, con temáticas similares a ANCLA pero escrito solamente por Walsh.
En otra situación vergonzosa, en 1980, Adolfo Pérez Esquivel fue considerado premio Nóbel y la repercusión que tuvo en la prensa fue casi nula, solo Radio Colonia y la revista deportiva Goles le dieron la trascendencia que tenía este hecho, el resto de la prensa se encargó de desmerecer tal distinción. Claro esta, que este premio fue un duro golpe al gobierno militar que en 1977 había detenido a Pérez Esquivel como parte de un ataque contra el cristianismo opositor.
En enero y febrero de los años 80 se van a dar tensiones políticas agudas luego del informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos respecto de la situación de los derechos humanos en la Argentina y en Abril con motivo del informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA. En el capitulo VII A (Consideraciones Generales), punto 2 denuncia:
“…la acción represiva de diversos cuerpos militares o policiales, que allanaron diversas empresas periodísticas en distintas localidades del país, detenido y encarcelado a directores, redactores y reporteros en distintos medios de comunicación social; interviniendo militarmente a la Federación Argentina de Trabajadores de la Prensa y a los sindicatos de periodistas de distintas ciudades del país; clausurando o prohibiendo la circulación de determinadas revistas y periódicos; expulsando a corresponsales de agencias extranjeras de prensa y radio; haciendo incinerar numerosos libros y revistas”.
Previo a este informe, en 1978 la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) constató que para los editores de diarios, la seguridad nacional tenía prioridad sobre la libertad de expresión. La SIP describió a la prensa argentina como “un grupo de periodistas desesperados que escriben y editan en condiciones extremadamente difíciles” pero se sorprendió de que aceptaran “las reglas de la censura impuesta directa o indirectamente por el gobierno militar. Nuestra misión chocó a cada paso con la opinión directa o indirectamente por el gobierno militar”.
En otros de los párrafos del informe, la SIP decía, “no rigen las garantías constitucionales y el gobierno tiene amplias facultades para confiscar tiradas completas, cerrar publicaciones y disponer arresto. Continuando con el informe, “muy pocas publicaciones están dispuestas a asumir el riesgo de cubrir la violencia que perméa la sociedad.”
Este informe fue presentado a la 34* Asamblea de la SIP, que sesionó en Miami entre el 9 y el 13 de octubre de 1978. Éste último día “La Nación” tituló en su crónica “Firme posición de la Argentina ante la asamblea de la SIP”, en la que informó que ADEPA había rechazado un premio de la SIP, ofrecido en forma colectiva “a periodistas argentinos que por defenderla libertad de prensa han muerto, desaparecido o sufrido encarcelamiento y persecución”. La delegación argentina propuso que se cambiara aquel texto por éste: “A los periodistas argentinos en la figura de Alberto Gainza Paz, quien nunca claudicó en la lucha de los principios sostiene la SIP”. La SIP no aceptó y nadie retiró la plaqueta, que quedó colocada en la sede central de la organización.
Según Clarín los asistentes argentinos dijeron que la aceptación del premio “solo contribuía a la campaña lanzada por ciertos elementos de la prensa internacional para denigrar el buen nombre del país”. Ese mismo año llegaban críticas que provenían desde el exterior y acusaban al gobierno de facto de autoritario, represor y genocida. El mundial de fútbol en Argentina donde nuestro país se coronó campeón, fue usado por la dictadura para mostrar, dentro del país, con la complicidad de los medios gráficos, un paternalismo orientador, y fuera una imagen de país unido y confiable, frente a las críticas que provenían desde el exterior y acusaban al gobierno de facto de autoritario. El éxito deportivo le sirvió a la Junta Militar para manipular a la sociedad a través del ocultamiento sistemático de la verdad histórica y, entre otras cosas, hacer creer que existía una campaña marxista antiargentina, perpetrada desde el exterior.
Para concluir voy a citar una frase de Luís Gregorich, escritor y periodista que estuvo a cargo del suplemento cultural del diario La Opinión julio de 1979, que define el clima de época. Gregorich dijo: “no pretendo convertir en héroes de la libertad de expresión a quienes optamos por seguir publicando y firmando nuestros artículos en el país. Lejos de ser héroes, publicamos todo lo que pudimos en medio de obvias concesiones, debilidades y contradicciones. Quizás se pudo haber hecho más; pero no es poco lo que se hizo.”
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Semiotica 2 - Analisis semiótico de la pélicula "Corazón Salvaje" de David Lynch (1990)
Introducción
Este trabajo tiene por objeto de estudio el film “Corazón Salvaje” del año 1990, un film dirigido por David Lynch. Nuestros estudios se centrarán en revelar las operaciones discursivas que hacen a la enunciación del film y luego articular las estrategias detectadas en función de los efectos globales de sentido. Para ello, retomaremos una serie de textos y conceptos que ayudarán a la reconstrucción de las marcas que hacen a la enunciación del film.
En primer lugar analizaremos los conceptos planteados por Gianfranco Bettetini en “El tiempo de la Expresión cinematográfica” y sus nociones de relato y comentario para tratar de dar cuenta de la temporalidad del film y la construcción del sujeto enunciador a través de su noción de Índice Comentativo. Apuntaremos también a analizar las cuatro modalidades de la temporalidad que éste autor plantea.
Luego retomaremos otro texto de Bettetini, “La Conversación Audiovisual”, un texto donde Bettetini da una lista para buscar las diferentes marcas de la enunciación. Nosotros distinguiremos en el film algunas de estas marcas y los efectos que éstas suponen.
Otra de las cuestionas que precisaremos es la idea de pastiche y mezcla de géneros y estilos de la que habla Mabel Tassara en lo que ella llamó Posmodernidad. Así revelaremos varios ejemplos que se presentan en el film y que nos permitirán corroborar lo dicho por Tassara en su texto “El Castillo de Borgonio”.
Por último analizaremos dos autores más: Jost, del que tomaremos el concepto de ocularización y otros conceptos que él mismo retoma de Genette (como la focalización) y Metz, con su texto “La enunciación antropoide”, de donde extraeremos el concepto de elementos exofóricos y endofóricos.
Relato y comentario
En relación a la dualidad entre comentario y relato planteada por Betttetini se puede visualizar que en el film elegido hay preponderancia del relato por sobre el comentario ya que se caracteriza por una creciente narración del relato y en determinadas oportunidades aparecen recuerdos y flash back. Éstos se pueden apreciar en el instante en el que Sailor Replay recuerda la insinuación de la madre de Lula en el baño (lo que lleva al espectador a entender el comienzo del film), el momento en el que Lula recuerda su violación o la instancia en la que se muestra cómo Santos y Mariata Fortune prenden fuego al padre de Lula. Dichos flash back aglutinados en conjunto permiten al espectador construir la historia.
En el film de Lynch predomina claramente el aparato técnico por sobre el componente lingüístico. Es interesante ver como las imágenes son más importantes que la historia relatada por los personajes. Esto se observa en la constante utilización de escenas violentas (preponderancia del color rojo), escenas de alto contenido erótico y sonidos que varian según personajes y situaciones como en el caso en el que Lula y Sailor van por la carretera donde se escucha la música que sale del stereo del auto o el momento en que Jonny Faraguet va en busca de los enamorados. De esta manera se puede ver el dominio de la música diegetica ya que se conoce la fuente de donde proviene el sonido.
Al visualizar el comienzo de la película se puede apreciar el momento en que Sailor y Lula bajan las escaleras escuchando Jazz para luego cambiar a un rock pesado en el altercado entre Sailor y el señor Lemon. En este caso la música ya no es diegética sino extradiegética ya que no proviene de la historia.
El film también presenta en reiteradas oportunidades relatos comentativos observables a través de la tensión que generan las imágenes y en la utilización de ciertos primeros planos y de la música, especialmente en los momentos en que la película se torna en un género policial clásico. Esto se puede observar al comienzo del film cuando Sailor mata al señor Lemon, luego va a la cárcel, paga por lo que hace, sale en libertad condicional, se fuga con su novia y comienza la persecución de los matones contratados por la madre. En determinado momento entabla relación con Bobby Peru y asaltan una tienda y producen nuevas muertes, razón por la cual Sailor es llevado nuevamente preso por el plazo de 6 años.
A su vez, se pueden localizar comentarios atemporales desarrollados en un tiempo diferente al del relato. Un ejemplo de esta modalidad se da cuando Lula recuerda violación y por el aborto sufridos a los 13 años. Dichos recuerdos permiten al espectador darse cuenta del miedo que ella siente en el momento que se entera que va a ser madre.
También encontramos comentarios explicitados verbalmente que expresan comentarios de personajes hacia otros personajes. Un ejemplo de este tipo de comentario puede verse en el momento en que la señora Fortune habla con Santos pidiéndole que la ayude a encontrar a Lula que se había fugado con Sailor.
Marcas en La Conversación Audiovisual
En el texto de Bettetini “La conversación audiovisual”, éste nos da una lista de diferentes marcas de la enunciación y que nosotros localizamos en el film de David Lynch.
Los tipos de planos son un ejemplo de marca de la enunciación y en el film se os pueden encontrar en el momento en que se ve a Sailor en el bar charlando con Bobby Perú acerca del robo que planean cometer y donde Sailor es tomado desde el reflejo de un espejo.
Otro tipo de marcas se dan en los diferentes tipos de miradas y en el momento en que Sailor, luego de salir por segunda vez de la cárcel, le dice a Lula que él no podía estar con ella y que debía marcharse. En ese instante, la cámara toma los ojos llorosos de la chica y deja que el espectador vea su mirada desconsolada y triste.
A través del uso expresivo del color que se ven durante las escenas de sexo que mantienen los protagonistas vemos otras marcas de la enunciación. En todas las escenas eróticas vemos un predominio del color rojo y luego se muestra que tanto Lula como Sailor encienden un cigarrillo. El uso del color rojo no es casualidad sino que el enunciador quiere mostrar la pasión que se desata entre los protagonistas cuando están juntos (ya que el rojo es el color de la pasión). Muchas veces lo relaciona al incendio que se produce en la casa de Lula y que finalmente concluye con la muerte de su padre.
Otra de las marcas que propone Bettetini es el modo en que actúan los personajes. En la película vemos que muchos de ellos actúan de forma muy rara, incluso los protagonistas. Por ejemplo los personajes que Sailor y Lula encuentran en el pueblo de Big Tuna, o en el momento en que tres señoras muy gordas actúan en una película porno. Esto se observa también con la chica que encuentran accidentada al costado de la ruta y que finalmente termina falleciendo.
Bobby Perú es quizás el personaje más siniestro pero que se combina con una dosis de humor: las imágenes que se toman de su cara o más precisamente de sus dientes generan un toque gracioso en un personaje que es sumamente peligroso.
La bruja que vuela en su escoba y de risa escalofriante es otro de los personajes extraños que aparecen en el film y que en definitiva representa a la mamá de Lula. Uno de los amantes de la madre de Lula, Jonny Farragut también actúa de modo extraño, especialmente en la parte en que esta mirando un documental sobre hienas y comienza a ladrar como si fuera un perro. En el film también hay alusión a un comportamiento animal por parte de un personaje que realiza sonidos semejantes a los de un pato y que posee una voz muy finita y chistosa.
Otro hecho interesante que se presenta en el film es que muchas escenas que corresponden al pasado poco tienen que ver con el desarrollo del relato. Esto se da por ejemplo cuando Lula le cuenta a su amado de las pesadillas del primo Dell, cuando se llenaba los calzoncillos con cucarachas o también cuando Sailor cuenta su aventura con una prostituta. En definitiva, estos comentarios nos sirven para dar cuenta con mayor precisión la psicología de los personajes.
Cuestión de géneros
Mabel Tassara en su texto “Sobre la mixtura de géneros y estilos” asegura que uno de los rasgos de la posmodernidad es la superposición de géneros y estilos. El film de David Lynch refleja muy bien esta idea que Tassara analiza en Corazón Salvaje y en otros dos film: Blow Out de Brian De Palma y Lunes Tormentoso de Mike Figgis.
Corazón Salvaje presenta características del policial clásico. Esto lo vemos en el momento en que Sailor va a la cárcel por asesinar a Bob Ray Lemon, o en el momento en que asalta junto a Bobby Perú la tienda en el pueblo de Lobo.
También se puede observar el género tragedia relacionado a la búsqueda frenética de la madre de Lula para separar a los protagonistas. La madre no modifica su postura ni siquiera luego de seis años cuando Sailor sale de la cárcel después de cumplir su condena.
Se puede mencionar que también hay muchas escenas que hacen referencia al cine erótico y esto se ve en las reiteradas escenas de sexo que mantienen Lula y Sailor durante el transcurso del film. En uno de esos encuentros, Lula queda embarazada.
También la sangre y la violencia se hacen presente durante gran parte del film por lo que se observa que el género de ficción también es protagonista en Corazón Salvaje. La escena más impactante remite a cuando Bobby Perú se tirotea con un policía luego de robar la tienda, y Bobby se vuela la cabeza de un tiro. Esta es una escena donde hay mucha sangre y también un poco de morbo al mostrar la cabeza de Bobby destruida por la bala.
En el film encontramos escenas que pertenecen al melodrama y al teleteatro como, por ejemplo, la madre de Lula que representa a la mala de la telenovela que asesina a su esposo junto con su amante e intenta seducir al novio de la hija.
También lo relacionamos a los cuentos maravillosos ya que en varios momentos Lula ve a una bruja volando en su escoba y esa bruja es su propia madre. También se observa en el momento en que Sailor es golpeado por unos matones y al estar en el piso se le presenta un hada buena que lo convence para que vuelva al lado de su gran amor, Lula.
Por último, Tassara sostiene que este film posee características de road movie, y nosotros lo vemos a lo largo de gran parte del film en el momento en que Sailor y Lula escapan de la malvada Marrieta Fortune. y de sus matones. La pareja recorre bastos caminos con el objetivo de escapar y juntos encontrar la tan ansiada felicidad. En ese recorrido por la ruta se van desarrollando nuevas historias y conociendo a misteriosos personajes.
Ocularización y focalización
A partir del texto de Jost y su concepto de ocularización se puede plantear que el film en su mayoría es tomado por la cámara desde una ocularización de grado cero. En muy pocos pasajes el mirar de la cámara coincide con el de algún personaje, y cuando lo hace se centra principalmente en los personajes de Sailor y Lula.
La historia es focalizada1 desde atrás por un narrador hetero diegético ya que en ningún momento se hace presente en el film la figura del narrador que cuenta la historia y además el espectador posee un saber superior al de los personajes. Cada personaje posee un saber que otro no tiene pero el espectador, gracias a los diferentes recursos que brinda el soporte cinematográfico (como puede ser el flash back por ejemplo), va adquiriendo información que los personajes no. Por ejemplo cuando Sailor le cuenta a Lula que él había conocido a su padre (muerto calcinado en un incendio), da la impresión de que ninguno de los dos sabía con claridad la verdadera causa de su muerte. Es a partir de un flash back planteado por la mamá de Lula (que muestra como Santos lo rocía con combustible) que el espectador se entera de la verdadera causa. Otro momento en el que el espectador sabe más que algún personaje es cuando Bobby Perú acosa a Lula en el cuarto de hotel. Esta situación muestra al hombre como un personaje poco confiable y traicionero, características que se confirman cuando intenta matar a Sailor en la tienda. El espectador podía prever una actitud así por parte de Perú ya que sabía lo que había pasado con Lula, sin embargo, Sailor jamás podría haber sospechado ya que no había sido advertido de ese suceso por su amada (quién tuvo oportunidad de hacerlo la noche anterior).
En la escena del robo se puede observar la ocularización espectatorial en dos pasajes: primero cuando la dama rubia espera en el auto a Sailor y Bobby y se acerca desde atrás un patrullero, y luego cuando ella esta dialogando con el policía y dentro de la tienda se esta planteando la traición. A partir de los disparos de Bobby el policía advierte que algo raro está sucediendo y decide ir a ver que pasa.
Otro recurso que aparece en el film es el de ocularización personalizada, es decir, que se tiene la sensación de que por el movimiento de la cámara se esta mirando desde algún personaje pero luego se muestra que no es así. Por ejemplo cuando van por la ruta y la cámara siempre toma la línea amarilla de la carretera y la primera sensación de espectador es que es una subjetiva desde quién conduce, pero después se advierte que es una cámara fija, hecho que se confirma cuando se muestra al protagonista usando lentes. Si se hubiera querido utilizar una ocularización interna se debería haber recurrido al efecto de mostrar la cámara con anteojos o lo visto de un color distorsionado oscuro para que el espectador se diera cuenta de que era desde la mirada de Sailor desde donde se conducía.
Además se puede plantear en los flashback una ocularización modalizada casi al final de la película en donde Sailor, producto de un golpe recibido en el rostro, queda en estado de inconciencia y mantiene una charla con el “hada buena”. Él le extiende su mano para alcanzarla pero cuando se vuelve a la realidad ficcional se ve al personaje tirado en el piso con la mano extendida hacia los hombres con los que había peleado. Se muestra un cambio de actitud por parte de Sailor luego del encuentro con el hada ya que en lugar de volver a pelear, pide disculpas y corre en busca de Lula y su hijo.
¿Deícticos auténticos o elementos endofóricos?
Según la perspectiva de Metz, en el cine no se pueden observar elementos exofóricos (auténticos deícticos) sino que se pueden observar elementos endofóricos. Estos elementos endofóricos pueden ser anafóricos y catafóricos.
Un elemento catafórico que se encuentra dentro del film es el fuego que se muestra mientras que Lula está en una habitación con Sailor. El espectador no sabe por qué la protagonista recuerda esa situación ni tampoco qué quiere decir. Luego a medida que la historia avanza, este elemento se llena de significado cuando el enunciador revela que en ese incendio murió el padre de Lula.
Otro elemento catafórico es el odio que la madre de Lula siente por Sailor. El espectador no entiende como la madre puede detestar al personaje principal si él mató a una persona no porque fuera un asesino sino por defensa propia. Este elemento se llena de significado cuando el enunciador muestra que la madre quiso tener relaciones sexuales con él en un baño público y Sailor no aceptó. En este momento el espectador entiende cual fue el detonante de ese odio.
Con respecto a elementos anafóricos se pueden observar en la escena donde Santos habla con la madre de Lula. Ambos planean matar a Sailor. Santos, a su vez, propone matar a Jonny, novio de la madre malvada. Lula no acepta esta posibilidad, sin embargo, el espectador se siente tenso ya que de sabe que Santos va a asesinarlo de todas maneras. Aquí, el elemento se llena de significado antes de que aparezca en la historia, es decir, se sabe que Jonny va a ser asesinado antes de que se produzca el hecho.
Mirada a cámara
Casetti sostiene que la mirada a cámara propone que lo que se está viendo no es un fragmento de la realidad captado por el ojo “indiscreto” de la cámara sino un “espectáculo” montado para ser visto.
En el film no hay en ningún momento una mirada a cámara que posicione a la instancia espectadora como un tú. Por lo tanto, diría Metz, al no aparecer esta interpelación, se produce un efecto de realidad muy fuerte. La película se presenta a si misma como un fragmento de la realidad que se lleva a cabo mas allá de si alguien la ve o no.
Conclusión
A partir de las marcas enunciativas analizadas podemos concluir que el enunciador está presente a lo largo de todo el film.
El efecto de sentido que producen estas marcas es el efecto, como sostiene Metz, de verdad: parece que los acontecimientos que conforman el relato se cuentan a si mismos. Se produce la sensación de que son fragmentos de la realidad más allá de si alguien los observa o no. En este caso el exhibicionismo es muy fuerte y la propia exhibición del espectador aparece anulada.
Los actores no aparecen mirando a cámara y por lo tanto no construyen una situación enunciativa donde se instala un yo y un tú.
A su vez, se puede afirmar que se establece una relación de presencia-ausencia, es decir, cuando uno está presente, el otro está ausente (los actores no están en el cine donde se encuentran los espectadores y los espectadores no están cuando los actores filman la película). Este juego de presencia-ausencia da lugar a la producción de la película donde el actor simula no ser captado por la cámara y simplemente se dedica a seguir su guión, hecho que impregna a la película con una fuerte sensación de realidad.
Por otro lado, también podemos concluir que pese a la gran cantidad de mezcla de géneros y a las numerosas marcas enunciativas dentro del film, el enunciador se construye coherentemente y a su vez construye un enunciatario que comprende claramente la película y que la siente como si fuese un hecho de la realidad.
Bibliografía
Bettetini, Gianfranco (1984), Tiempo de la expresión cinematográfica, México: FCE.
Casetti, Francesco (1983), “Les yeux dans les yeux”, en Enonciation et cinéma, Communications Nº 38, Paris.
José, François (1989), “L´oeil caméra” en L´oeil caméra. Entre fil et roman. Lyon: Presses Universitaires de Lyon.
Metz, Christian (1994), “La enunciación antropoide”, en L´enonciation impersonelle ou le site du filme, Paris: Klincksieck.
Tassara Mabel (2001), “Sobre la mixtura de géneros y estilos”, en El castillo de Borgonio, Buenos Aires: Atuel.
Este trabajo tiene por objeto de estudio el film “Corazón Salvaje” del año 1990, un film dirigido por David Lynch. Nuestros estudios se centrarán en revelar las operaciones discursivas que hacen a la enunciación del film y luego articular las estrategias detectadas en función de los efectos globales de sentido. Para ello, retomaremos una serie de textos y conceptos que ayudarán a la reconstrucción de las marcas que hacen a la enunciación del film.
En primer lugar analizaremos los conceptos planteados por Gianfranco Bettetini en “El tiempo de la Expresión cinematográfica” y sus nociones de relato y comentario para tratar de dar cuenta de la temporalidad del film y la construcción del sujeto enunciador a través de su noción de Índice Comentativo. Apuntaremos también a analizar las cuatro modalidades de la temporalidad que éste autor plantea.
Luego retomaremos otro texto de Bettetini, “La Conversación Audiovisual”, un texto donde Bettetini da una lista para buscar las diferentes marcas de la enunciación. Nosotros distinguiremos en el film algunas de estas marcas y los efectos que éstas suponen.
Otra de las cuestionas que precisaremos es la idea de pastiche y mezcla de géneros y estilos de la que habla Mabel Tassara en lo que ella llamó Posmodernidad. Así revelaremos varios ejemplos que se presentan en el film y que nos permitirán corroborar lo dicho por Tassara en su texto “El Castillo de Borgonio”.
Por último analizaremos dos autores más: Jost, del que tomaremos el concepto de ocularización y otros conceptos que él mismo retoma de Genette (como la focalización) y Metz, con su texto “La enunciación antropoide”, de donde extraeremos el concepto de elementos exofóricos y endofóricos.
Relato y comentario
En relación a la dualidad entre comentario y relato planteada por Betttetini se puede visualizar que en el film elegido hay preponderancia del relato por sobre el comentario ya que se caracteriza por una creciente narración del relato y en determinadas oportunidades aparecen recuerdos y flash back. Éstos se pueden apreciar en el instante en el que Sailor Replay recuerda la insinuación de la madre de Lula en el baño (lo que lleva al espectador a entender el comienzo del film), el momento en el que Lula recuerda su violación o la instancia en la que se muestra cómo Santos y Mariata Fortune prenden fuego al padre de Lula. Dichos flash back aglutinados en conjunto permiten al espectador construir la historia.
En el film de Lynch predomina claramente el aparato técnico por sobre el componente lingüístico. Es interesante ver como las imágenes son más importantes que la historia relatada por los personajes. Esto se observa en la constante utilización de escenas violentas (preponderancia del color rojo), escenas de alto contenido erótico y sonidos que varian según personajes y situaciones como en el caso en el que Lula y Sailor van por la carretera donde se escucha la música que sale del stereo del auto o el momento en que Jonny Faraguet va en busca de los enamorados. De esta manera se puede ver el dominio de la música diegetica ya que se conoce la fuente de donde proviene el sonido.
Al visualizar el comienzo de la película se puede apreciar el momento en que Sailor y Lula bajan las escaleras escuchando Jazz para luego cambiar a un rock pesado en el altercado entre Sailor y el señor Lemon. En este caso la música ya no es diegética sino extradiegética ya que no proviene de la historia.
El film también presenta en reiteradas oportunidades relatos comentativos observables a través de la tensión que generan las imágenes y en la utilización de ciertos primeros planos y de la música, especialmente en los momentos en que la película se torna en un género policial clásico. Esto se puede observar al comienzo del film cuando Sailor mata al señor Lemon, luego va a la cárcel, paga por lo que hace, sale en libertad condicional, se fuga con su novia y comienza la persecución de los matones contratados por la madre. En determinado momento entabla relación con Bobby Peru y asaltan una tienda y producen nuevas muertes, razón por la cual Sailor es llevado nuevamente preso por el plazo de 6 años.
A su vez, se pueden localizar comentarios atemporales desarrollados en un tiempo diferente al del relato. Un ejemplo de esta modalidad se da cuando Lula recuerda violación y por el aborto sufridos a los 13 años. Dichos recuerdos permiten al espectador darse cuenta del miedo que ella siente en el momento que se entera que va a ser madre.
También encontramos comentarios explicitados verbalmente que expresan comentarios de personajes hacia otros personajes. Un ejemplo de este tipo de comentario puede verse en el momento en que la señora Fortune habla con Santos pidiéndole que la ayude a encontrar a Lula que se había fugado con Sailor.
Marcas en La Conversación Audiovisual
En el texto de Bettetini “La conversación audiovisual”, éste nos da una lista de diferentes marcas de la enunciación y que nosotros localizamos en el film de David Lynch.
Los tipos de planos son un ejemplo de marca de la enunciación y en el film se os pueden encontrar en el momento en que se ve a Sailor en el bar charlando con Bobby Perú acerca del robo que planean cometer y donde Sailor es tomado desde el reflejo de un espejo.
Otro tipo de marcas se dan en los diferentes tipos de miradas y en el momento en que Sailor, luego de salir por segunda vez de la cárcel, le dice a Lula que él no podía estar con ella y que debía marcharse. En ese instante, la cámara toma los ojos llorosos de la chica y deja que el espectador vea su mirada desconsolada y triste.
A través del uso expresivo del color que se ven durante las escenas de sexo que mantienen los protagonistas vemos otras marcas de la enunciación. En todas las escenas eróticas vemos un predominio del color rojo y luego se muestra que tanto Lula como Sailor encienden un cigarrillo. El uso del color rojo no es casualidad sino que el enunciador quiere mostrar la pasión que se desata entre los protagonistas cuando están juntos (ya que el rojo es el color de la pasión). Muchas veces lo relaciona al incendio que se produce en la casa de Lula y que finalmente concluye con la muerte de su padre.
Otra de las marcas que propone Bettetini es el modo en que actúan los personajes. En la película vemos que muchos de ellos actúan de forma muy rara, incluso los protagonistas. Por ejemplo los personajes que Sailor y Lula encuentran en el pueblo de Big Tuna, o en el momento en que tres señoras muy gordas actúan en una película porno. Esto se observa también con la chica que encuentran accidentada al costado de la ruta y que finalmente termina falleciendo.
Bobby Perú es quizás el personaje más siniestro pero que se combina con una dosis de humor: las imágenes que se toman de su cara o más precisamente de sus dientes generan un toque gracioso en un personaje que es sumamente peligroso.
La bruja que vuela en su escoba y de risa escalofriante es otro de los personajes extraños que aparecen en el film y que en definitiva representa a la mamá de Lula. Uno de los amantes de la madre de Lula, Jonny Farragut también actúa de modo extraño, especialmente en la parte en que esta mirando un documental sobre hienas y comienza a ladrar como si fuera un perro. En el film también hay alusión a un comportamiento animal por parte de un personaje que realiza sonidos semejantes a los de un pato y que posee una voz muy finita y chistosa.
Otro hecho interesante que se presenta en el film es que muchas escenas que corresponden al pasado poco tienen que ver con el desarrollo del relato. Esto se da por ejemplo cuando Lula le cuenta a su amado de las pesadillas del primo Dell, cuando se llenaba los calzoncillos con cucarachas o también cuando Sailor cuenta su aventura con una prostituta. En definitiva, estos comentarios nos sirven para dar cuenta con mayor precisión la psicología de los personajes.
Cuestión de géneros
Mabel Tassara en su texto “Sobre la mixtura de géneros y estilos” asegura que uno de los rasgos de la posmodernidad es la superposición de géneros y estilos. El film de David Lynch refleja muy bien esta idea que Tassara analiza en Corazón Salvaje y en otros dos film: Blow Out de Brian De Palma y Lunes Tormentoso de Mike Figgis.
Corazón Salvaje presenta características del policial clásico. Esto lo vemos en el momento en que Sailor va a la cárcel por asesinar a Bob Ray Lemon, o en el momento en que asalta junto a Bobby Perú la tienda en el pueblo de Lobo.
También se puede observar el género tragedia relacionado a la búsqueda frenética de la madre de Lula para separar a los protagonistas. La madre no modifica su postura ni siquiera luego de seis años cuando Sailor sale de la cárcel después de cumplir su condena.
Se puede mencionar que también hay muchas escenas que hacen referencia al cine erótico y esto se ve en las reiteradas escenas de sexo que mantienen Lula y Sailor durante el transcurso del film. En uno de esos encuentros, Lula queda embarazada.
También la sangre y la violencia se hacen presente durante gran parte del film por lo que se observa que el género de ficción también es protagonista en Corazón Salvaje. La escena más impactante remite a cuando Bobby Perú se tirotea con un policía luego de robar la tienda, y Bobby se vuela la cabeza de un tiro. Esta es una escena donde hay mucha sangre y también un poco de morbo al mostrar la cabeza de Bobby destruida por la bala.
En el film encontramos escenas que pertenecen al melodrama y al teleteatro como, por ejemplo, la madre de Lula que representa a la mala de la telenovela que asesina a su esposo junto con su amante e intenta seducir al novio de la hija.
También lo relacionamos a los cuentos maravillosos ya que en varios momentos Lula ve a una bruja volando en su escoba y esa bruja es su propia madre. También se observa en el momento en que Sailor es golpeado por unos matones y al estar en el piso se le presenta un hada buena que lo convence para que vuelva al lado de su gran amor, Lula.
Por último, Tassara sostiene que este film posee características de road movie, y nosotros lo vemos a lo largo de gran parte del film en el momento en que Sailor y Lula escapan de la malvada Marrieta Fortune. y de sus matones. La pareja recorre bastos caminos con el objetivo de escapar y juntos encontrar la tan ansiada felicidad. En ese recorrido por la ruta se van desarrollando nuevas historias y conociendo a misteriosos personajes.
Ocularización y focalización
A partir del texto de Jost y su concepto de ocularización se puede plantear que el film en su mayoría es tomado por la cámara desde una ocularización de grado cero. En muy pocos pasajes el mirar de la cámara coincide con el de algún personaje, y cuando lo hace se centra principalmente en los personajes de Sailor y Lula.
La historia es focalizada1 desde atrás por un narrador hetero diegético ya que en ningún momento se hace presente en el film la figura del narrador que cuenta la historia y además el espectador posee un saber superior al de los personajes. Cada personaje posee un saber que otro no tiene pero el espectador, gracias a los diferentes recursos que brinda el soporte cinematográfico (como puede ser el flash back por ejemplo), va adquiriendo información que los personajes no. Por ejemplo cuando Sailor le cuenta a Lula que él había conocido a su padre (muerto calcinado en un incendio), da la impresión de que ninguno de los dos sabía con claridad la verdadera causa de su muerte. Es a partir de un flash back planteado por la mamá de Lula (que muestra como Santos lo rocía con combustible) que el espectador se entera de la verdadera causa. Otro momento en el que el espectador sabe más que algún personaje es cuando Bobby Perú acosa a Lula en el cuarto de hotel. Esta situación muestra al hombre como un personaje poco confiable y traicionero, características que se confirman cuando intenta matar a Sailor en la tienda. El espectador podía prever una actitud así por parte de Perú ya que sabía lo que había pasado con Lula, sin embargo, Sailor jamás podría haber sospechado ya que no había sido advertido de ese suceso por su amada (quién tuvo oportunidad de hacerlo la noche anterior).
En la escena del robo se puede observar la ocularización espectatorial en dos pasajes: primero cuando la dama rubia espera en el auto a Sailor y Bobby y se acerca desde atrás un patrullero, y luego cuando ella esta dialogando con el policía y dentro de la tienda se esta planteando la traición. A partir de los disparos de Bobby el policía advierte que algo raro está sucediendo y decide ir a ver que pasa.
Otro recurso que aparece en el film es el de ocularización personalizada, es decir, que se tiene la sensación de que por el movimiento de la cámara se esta mirando desde algún personaje pero luego se muestra que no es así. Por ejemplo cuando van por la ruta y la cámara siempre toma la línea amarilla de la carretera y la primera sensación de espectador es que es una subjetiva desde quién conduce, pero después se advierte que es una cámara fija, hecho que se confirma cuando se muestra al protagonista usando lentes. Si se hubiera querido utilizar una ocularización interna se debería haber recurrido al efecto de mostrar la cámara con anteojos o lo visto de un color distorsionado oscuro para que el espectador se diera cuenta de que era desde la mirada de Sailor desde donde se conducía.
Además se puede plantear en los flashback una ocularización modalizada casi al final de la película en donde Sailor, producto de un golpe recibido en el rostro, queda en estado de inconciencia y mantiene una charla con el “hada buena”. Él le extiende su mano para alcanzarla pero cuando se vuelve a la realidad ficcional se ve al personaje tirado en el piso con la mano extendida hacia los hombres con los que había peleado. Se muestra un cambio de actitud por parte de Sailor luego del encuentro con el hada ya que en lugar de volver a pelear, pide disculpas y corre en busca de Lula y su hijo.
¿Deícticos auténticos o elementos endofóricos?
Según la perspectiva de Metz, en el cine no se pueden observar elementos exofóricos (auténticos deícticos) sino que se pueden observar elementos endofóricos. Estos elementos endofóricos pueden ser anafóricos y catafóricos.
Un elemento catafórico que se encuentra dentro del film es el fuego que se muestra mientras que Lula está en una habitación con Sailor. El espectador no sabe por qué la protagonista recuerda esa situación ni tampoco qué quiere decir. Luego a medida que la historia avanza, este elemento se llena de significado cuando el enunciador revela que en ese incendio murió el padre de Lula.
Otro elemento catafórico es el odio que la madre de Lula siente por Sailor. El espectador no entiende como la madre puede detestar al personaje principal si él mató a una persona no porque fuera un asesino sino por defensa propia. Este elemento se llena de significado cuando el enunciador muestra que la madre quiso tener relaciones sexuales con él en un baño público y Sailor no aceptó. En este momento el espectador entiende cual fue el detonante de ese odio.
Con respecto a elementos anafóricos se pueden observar en la escena donde Santos habla con la madre de Lula. Ambos planean matar a Sailor. Santos, a su vez, propone matar a Jonny, novio de la madre malvada. Lula no acepta esta posibilidad, sin embargo, el espectador se siente tenso ya que de sabe que Santos va a asesinarlo de todas maneras. Aquí, el elemento se llena de significado antes de que aparezca en la historia, es decir, se sabe que Jonny va a ser asesinado antes de que se produzca el hecho.
Mirada a cámara
Casetti sostiene que la mirada a cámara propone que lo que se está viendo no es un fragmento de la realidad captado por el ojo “indiscreto” de la cámara sino un “espectáculo” montado para ser visto.
En el film no hay en ningún momento una mirada a cámara que posicione a la instancia espectadora como un tú. Por lo tanto, diría Metz, al no aparecer esta interpelación, se produce un efecto de realidad muy fuerte. La película se presenta a si misma como un fragmento de la realidad que se lleva a cabo mas allá de si alguien la ve o no.
Conclusión
A partir de las marcas enunciativas analizadas podemos concluir que el enunciador está presente a lo largo de todo el film.
El efecto de sentido que producen estas marcas es el efecto, como sostiene Metz, de verdad: parece que los acontecimientos que conforman el relato se cuentan a si mismos. Se produce la sensación de que son fragmentos de la realidad más allá de si alguien los observa o no. En este caso el exhibicionismo es muy fuerte y la propia exhibición del espectador aparece anulada.
Los actores no aparecen mirando a cámara y por lo tanto no construyen una situación enunciativa donde se instala un yo y un tú.
A su vez, se puede afirmar que se establece una relación de presencia-ausencia, es decir, cuando uno está presente, el otro está ausente (los actores no están en el cine donde se encuentran los espectadores y los espectadores no están cuando los actores filman la película). Este juego de presencia-ausencia da lugar a la producción de la película donde el actor simula no ser captado por la cámara y simplemente se dedica a seguir su guión, hecho que impregna a la película con una fuerte sensación de realidad.
Por otro lado, también podemos concluir que pese a la gran cantidad de mezcla de géneros y a las numerosas marcas enunciativas dentro del film, el enunciador se construye coherentemente y a su vez construye un enunciatario que comprende claramente la película y que la siente como si fuese un hecho de la realidad.
Bibliografía
Bettetini, Gianfranco (1984), Tiempo de la expresión cinematográfica, México: FCE.
Casetti, Francesco (1983), “Les yeux dans les yeux”, en Enonciation et cinéma, Communications Nº 38, Paris.
José, François (1989), “L´oeil caméra” en L´oeil caméra. Entre fil et roman. Lyon: Presses Universitaires de Lyon.
Metz, Christian (1994), “La enunciación antropoide”, en L´enonciation impersonelle ou le site du filme, Paris: Klincksieck.
Tassara Mabel (2001), “Sobre la mixtura de géneros y estilos”, en El castillo de Borgonio, Buenos Aires: Atuel.
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Análisis del diario Crítica sobre el conflicto Gobierno - Campo que llevó por nombre "La guerra Gaucha"
LOS HERMANOS NO SEAN UNIDOS
En 1905 el escritor argentino Leopoldo Lugones publica “La guerra gaucha”. Una serie de relatos donde Martín Miguel de Guemes, lidera una milicia de gauchos que luchan contra España en la Guerra de Independencia Hispanoamericana. Lo interesante es saber, cuanto hay de esa guerra de liberación en el conflicto que actualmente mantiene el Gobierno Nacional, con el sector agropecuario. Como Jorge Lanata viene demostrando en toda su carrera periodística, ninguno de sus títulos es porque sí. Quizás, esta edición especial de Observatorio, donde nos explayamos sobre la cobertura que Crítica de la Argentina, le da al conflicto entre los días 12 de marzo y 3 de abril; nos acerca un poco a esa respuesta.
Crítica retoma la sátira e ironía de las publicaciones anteriormente dirigidas por Lanata, como Página 12 y la sección The Posta Post de la revista El Porteño. Con más fotos que la desaparecida publicación pero con su línea frontal agresiva, el nuevo matutino va por su propio camino. Con el fotomontaje y juego de imágenes retoma una de las principales características de Página 12.
La principal característica a resaltar de la web del diario, es la posibilidad de descargarlo entero, posibilidad que no da ninguno de los principales periódicos. Aquí nuevamente las imágenes juegan un papel importante, con la posibilidad para los lectores de poder opinar y hasta participar con la sección Periodismo Ciudadano.
El rol de los actores durante todo el conflicto, es manejado de forma pícara e inteligente. La figura de la Presidente Cristina Fernández de Kirchner no es tan golpeada como su marido, blanco directo de todos los ataques y “el campo”, es tratado mostrando sus diferencias. El sector de la Federación Agraria Argentina, aglutinadora de los productores más pequeños, es la que mayor benevolencia y mejor imagen se lleva. La Sociedad Rural Argentina es criticada en su papel de terrateniente, así como también son demoledores los ataques a la “patota” de Nestor Kirchner: Moreno, D´Elía y los Moyano. De Angeli, Buzzi y desconocidos productores agropecuarios pequeños van a tener voz directa en el diario. Todas estas construcciones pueden verse también en las distintas columnas de opinión y reportajes.
Continuando con la línea crítica, el diario dispara también contra sus principales competidores, en el manejo que ellos tienen en este conflicto. Así, Clarín, Página 12, La Nación y los productos del Grupo Hadad son las víctimas preferidas.
Hay que mencionar también que Crítica no realiza evaluaciones de clase explícitas ni algún tipo de discriminación, pero tampoco escapa a ciertos estereotipos que pueden reforzar peligrosos imaginarios sociales.
El rol pícaro y crítico del nuevo diario de Jorge Lanata, transita dentro de estos carriles de división y ataques, con intentos de llegar quizás, a algún tipo de ¿liberación?
ENTRE SATIRAS E IRONIAS
En Crítica de la Argentina hay continuidad de las notas satíricas que utilizó, años atrás Página 12 y del tono irónico de la sección The Posta Post de la revista El Porteño.
En el diario de Lanata se observa la utilización de la sátira, en cada una de las páginas que reflejan el conflicto entre el campo y el gobierno. Principalmente se ve en los dibujos y en el fotomontaje. También en Los Fernández, una viñeta donde dos pajaritos parados sobre las aspas de un molino, realizan una irónica humorada sobre el conflicto. Uno de ellos dice: “Che Aníbal, al campo hay que decirle frigidez”. El otro responde: “Pero si hicieron un paro”. Y el remate es: “Ya sé… pero es el cuento de nunca acabar”.
POLAROID DE LOCURA ORDINARIA
Según Horacio González en La realidad satírica, el recurso de la sátira es una de las características principales del diario Página 12. En Crítica la utilización de la fotografía mantiene relación con el texto escrito y es utilizada para complementar el tono satírico del diario. Su peso es muy fuerte a lo largo toda la publicación. Sin embargo, el matutino rompe con El Porteño ya que la sección The Posta Post, tiene muy pocas fotografías. Excepto la tapa y contratapa, la revista mensual se caracterizó por no utilizar color, tanto en el texto escrito como en las fotografías. Agregando, también que El Porteño no utilizó el fotomontaje como si lo hacen el diario actualmente dirigido por Lanata y Página 12.
González dijo que una de las novedades que trajo Página 12 fue el montaje. Esta es otra de las características del diario Crítica y lo vemos a todo lo largo del mismo. Este recurso es utilizado para satirizar a funcionarios del gobierno, a la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, a su esposo y también, a algunos integrantes del campo. Por ejemplo, la tapa del 29 de marzo titula “La vaca desatada” y se ve al vacuno sacando la lengua. La nota refleja el momento en que los ruralistas levantaban el paro y se sentaban a negociar con el gobierno.
Por otro lado, Crítica continúo la línea de denuncia que tuvo El Porteño en la sección The Posta Post. En la edición de febrero de 1989 se observan denuncias y chimentos contra carapintadas, políticos y fuerzas armadas utilizando un tono irónico y satírico. En este ejemplar se observan chismes que muestran alianzas realizadas por dirigentes de la UCeDe en Punta del Este o sobre la rebelión carapintada de Villa Martelli, donde había periodistas vestidos con el uniforme militar.
Crítica utiliza una retórica, en la que intenta posicionarse en un lugar intermedio entre el campo y el gobierno. Esta postura del diario es una estrategia, dado que la verdadera intención del matutino es atacar al gobierno y plantarse en favor de cierto sector del agro. Pero la defensa del campo es del sector de los pequeños productores, alineados en la Federación Agraria Argentina (F.A.A.). Las columnas de Martín Caparros muestran la verdadera intención del diario, ya que se caracterizan por ser irónicas, de retórica de izquierda pero, al igual que pasaba en Página 12, sin llegar a ser contestatarias o revolucionarias sino progresistas y defendiendo la democracia.
El Ministro de seguridad Aníbal Fernández y el Jefe de Gabinete del Gobierno Nacional Alberto Fernández, son los únicos protagonistas del conflicto satirizados en una historieta
NOTICIAS DE AYER
El diario de Lanata construye la noticia de manera similar a Página 12. Ambas utilizan una forma poco tradicional, donde se trabaja sobre el significante haciendo juegos constantes con el lenguaje y las imágenes. La edición del 1 de abril, Crítica titula en una de sus notas “Rebelión en la granja”, donde refleja la división interna del kirchnerismo.
También, Crítica ensaya un periodismo de denuncia al igual que hizo Pagina 12 sobre el final de la década del 80. El periódico ataca al gobierno y parece “pegarle” al campo a fin de mostrarse como un diario progresista. Sin embargo, esta actitud es sólo una de las estrategias que utilizan dado que, a lo largo de todo el conflicto, Crítica de la Argentina se posiciona a favor de la Federación Agraria. El ejemplo claro de esto se ve en la edición del martes 18 de marzo donde la tapa dice: “Campo travieso” y la bajada argumenta: “Un terrateniente de Buenos Aires paga menos impuestos inmobiliarios que una jubilada de Belgrano”. Páginas adentro hay una nota de investigación, con tono a denuncia que cuenta como los dueños de los campos más caros del país tributan sumas irrisorias de impuestos inmobiliarios. Además, en un pequeño recuadro, el diario denuncia que la concentración de las tierras en la provincia de Buenos Aires, continúa en pocas manos.
Critica parece ubicarse como juez de una pelea de box. La tapa del 27 de Mayo, dice “Segundo round” y muestra, en la parte superior de la hoja, a una adolescente con la camiseta de Argentina junto a un hombre joven golpeado apuntando con su mano hacia la izquierda, protestando en Plaza de mayo. Esta imagen va acompañada por un subtitulo que dice “Violencia en Plaza de Mayo, la patota atacó de nuevo”. En la parte inferior de la tapa se ve una foto de Cristina junto a su marido. La Presidenta parece pedirle ayuda a Néstor, señalando con su brazo hacia la derecha.
En la portada del 27 de marzo, Crítica se construye en una especie de estrado judicial, donde hablan las partes y los periodistas del diario establecen la sentencia acusando al gobierno. Nuevamente se muestra en posición de rescate para con la Federación Agraria. En cambio, Página 12 se estableció como semejante al lector.
Otra de las rupturas del diario Crítica respecto a Página 12 es que el actual matutino de Lanata, parece construirse como intelectual. Este academicismo puede observarse, por ejemplo, en la edición del 16 de marzo donde se publica una entrevista a Mario Rapoport. En cambio, según González, el diario de Tiffenberg confundía el anti academicismo con el anti intelectualismo, teniendo una especie de menosprecio por la actividad intelectual.
Crítica retoma de El Porteño, la línea progresista que caracterizaba a esta publicación de la década del 80. Además, explota una línea frontal, agresiva al igual que hizo la revista mensual. Sin embargo, Crítica se diferencia de la misma en las temáticas que utiliza. Según Jorge Bernetti en Después del proceso: entre la monotonía y la ruptura, El Porteño privilegia temáticas relacionadas a tribus urbanas, algo que no sucede en el diario de Lanata.
Respecto a la formula de titular, Crítica y El Porteño lo hacen de manera muy parecida, con títulos muy ingeniosos que utilizan la humorada y el doble sentido. Por ejemplo, en la edición de febrero del 98, la revista titula: “Aerolíneas Ubaldini”. La nota refleja el romance que el ex secretario general de la CGT mantuvo con una azafata de Aerolíneas Argentina.
Crítica innova en su versión online con la posibilidad de bajar y leer la edición impresa por completo.
A partir de las dos de la tarde, cualquier lector puede descargar la versión impresa completa del diario, totalmente gratis en formato PDF. Esta diferenciación respecto de sus principales competidores, permite el acceso a Crítica en cualquier parte del país y del mundo. Así el periódico llega de forma entera a todos lados.
QUE VES CUANDO ME VES
Según los niveles de interactividad que puede tener un sitio web, planteados por Juan Carlos Zabala en “Periodismo digital y la relación con los usuarios en la era digital”, la versión online de Crítica se ubica en el tercer nivel. Ya que si bien los lectores pueden participar activamente, detallando sus opiniones y tienen una proyección pública, la actividad es controlada por un web master. En la tapa del diario digital, en el extremo superior derecho aparecen los blogs donde los lectores pueden participar pero dentro temáticas fijadas de antemano. En el mismo sector está la solapa de encuesta, donde diariamente se cambia el tipo de pregunta, que está relacionada con el tema del momento más caliente en el país. Las notas venden el contenido y partiendo de esta base se las selecciona para su publicación.
Potencialmente cualquier persona puede publicar pero partiendo de una temática predefinida y así los lectores opinan sobre determinados temas casi libremente. El medio ya no es un intermediario en sentido general. Esto permite que no haya un solo emisor y muchos destinatarios, ya que lo importante es el acceso y no la distribución de contenidos. Esto se ve en el extremo derecho de la página: “Periodismo ciudadano: estas noticias las haces vos”. Esto permite enviar un mail a la redacción, comentar una noticia y ellos la chequean y deciden si la publican o no. Este tipo de interactividad permite que se utilice el mismo canal.
La página web nació junto a la versión impresa. Ambos coexisten. Si bien está vinculado a una existencia previa, tiene vida propia. Aunque comparten el temario, el sumario es distinto. En la versión digital hay una actualización permanente de los contenidos. Esto es lo que se denomina el “vivo permanente” del medio. La primacía de la instantaneidad y la misma se ve en las noticias de último momento que compiten con los flashes televisivos. Así se puede observar en la parte superior central una leyenda móvil titulada “Ultimo momento” con las noticias más recientes. En la parte inferior del diario hay una solapa “Crítica en vivo”, donde se ve como se va haciendo el diario para el siguiente día, aunque aclara que la denominada “noticia bomba” se va a estar publicada en el diario impreso.
Minutos antes de las doce de la noche, el lector tiene a su disposición la tapa de la versión impresa del día de mañana, lo que representa otra novedad. El modo de tratamiento de las noticias es similar al del diario impreso. Se utiliza la pirámide invertida, se jerarquizan las notas y la ironía asoma en los títulos.
Al igual que en su impresión, Crítica da mucha importancia a las fotografías en la versión online. Existe una sección llamada “Galerías”, en la que se accede a una serie de fotos, que pueden llegar hasta más de veinte, para observar por ejemplo variadas imágenes de hechos importantes.
El diario dirigido por Jorge Lanata demuestra a cada paso que el soporte a través del cual se publican las noticias, no depende de un soporte único sino que es multimediático. En la página se presentan textos pero además imágenes en movimiento, audio, etc. Los enlaces con otras páginas permiten la navegación ad infinitum por las páginas, lo que invita a la dispersión.
DIVIDIDOS
El diario dirigido por Jorge Lanata marca diferencias y posturas entre los principales actores de “La guerra gaucha” y toma posición en la misma.
Crítica de la Argentina planta su posición en relación a las retenciones a la soja y girasol, dictaminadas por el Gobierno Nacional haciendo enérgicas salvedades y criticándolo duramente. La más fuerte y clara distinción refiere a la diferenciación entre pequeños y grandes productores agropecuarios. Así también reclama por la coparticipación con todas las provincias de lo recaudado y establece su oposición a la concentración de tierra en manos de los grandes terratenientes. El matutino diferencia quién es quién en el sector agropecuario. Aunque en sus títulos, bajadas y copetes se siga refiriendo al mismo en un 75% como “el campo”.
ESTALLANDO DESDE EL CAMPO
De los principales actores del conflicto, el diario le da lugar de forma directa mediante una columna de opinión y reportaje, al máximo representante de la Federación Agraria Argentina (F.A.A.), Eduardo Buzzi. La entidad representa a los pequeños agricultores y tamberos. Buzzi es además el dirigente agropecuario que más veces aparece en las diferentes notas. Al octavo día de conflicto, el dirigente escribe en la columna de opinión: “La gran diferencia entre productores pequeños y grandes la hace la escala. El Gobierno iguala el campo a la oligarquía. La oligarquía existe, pero no somos nosotros. Estas retenciones favorecen la concentración de la tierra”. En cada uno de los testimonios de Buzzi recogidos por Crítica, estas aclaraciones y diferenciaciones saltan a la vista.
Otro actor importante que va a ir ganando espacio en notas, crónicas y reportajes es Alfredo De Angelis, dirigente de la F.A.A. de Entre Ríos. El mismo aparece caracterizado como un tipo bonachón, conciliador (“Los hermanos camioneros” reza un titular), trabajador y de tierra adentro. Siempre rodeado de chacareros en algún piquete o bar, mirando los actos de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Hasta tiene un jocoso recuadro donde se relata la falta de su famoso diente. Eso sí, en ningún lado aparece si Eduardo Buzzi o Alfredo De Angelis tienen campos, de cuantas hectáreas, que cultivan, de que viven, etc.
Quienes también tienen lugar para expresarse son desconocidos pequeños productores. Los recursos más utilizados son las entrevistas y recuadros con testimonios, donde se construye el perfil de los mismos y relatan vivencias e historias. Estos reportajes aparecen siempre firmados por enviados especiales, como Laura Vilches y Mariano Martín, entre otros. En estas apariciones, los pequeños productores no pasan las 150 hectáreas de propiedad y nuevamente aparecen como tema central, las tres salvedades a las retenciones mencionadas al comienzo.
A una semana de anunciadas las retenciones, Crítica realiza una jugada al estilo de un “tercero pícaro” según Héctor Borrat, en “El periódico, actor politico”, para posicionar su rol en este conflicto. La tapa de ese día titula “Campo travieso” a una investigación especial sobre el impuesto inmobiliario, que pagan algunos grandes terratenientes de Buenos Aires (entre los que destaca en primer lugar al presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luciano Miguens con 2.219 hectáreas). La investigación cuenta lo poco que pagan estos terratenientes, en comparación con las diez veces más de una anónima jubilada por un departamento de dos ambientes. La picarez de esta maniobra, se completa con la columna de opinión que en la página 3 escribe el titular de la F.A.A. y titula “El campo no es la oligarquía”. La nota ocupa las páginas 2 y 3 (ubicada por sobre la columna anteriormente mencionada) y está firmada por el periodista especialista en Panorama económico Maximiliano Montenegro. A esto se le suma un cuadro con datos duros de los impuestos que estos propietarios pagan y otro recuadro, utilizando como fuente el último Censo Agropecuario Nacional, informando como la tierra en la provincia de Buenos Aires se concentra en pocas manos. Este recurso es utilizado por el diario como otra estrategia más para la diferenciación dentro del sector agropecuario y para posicionar a los terratenientes, del lado del gobierno mediante las facilidades fiscales que este le brinda. El rol pícaro es algo que el diario mantiene a lo largo de todo el conflicto.
Desde que comenzó el conflicto Crítica diferencia páginas adentro quién es quien en el sector agropecuario. Poniendo primero en la mayoría de las notas, recogidas de fuentes directas o indirectas, las declaraciones y testimonios de Eduardo Buzzi. En segundo lugar y de forma indirecta aparecerán y con menor espacio en relación con el anterior dirigente, testimonios y declaraciones de Luciano Miguens (S.R.A.), Mario Llambías, principal referente de las Confederaciones Rurales Argentinas (C.R.A.) y Fernando Gioino, máximo dirigente de Coninagro. Esta estrategia se aplica tanto en títulos, copetes, bajadas, así como también en el aspecto gráfico como fotografías e infografías.
En la última semana del conflicto, el diario publica una columna de opinión nuevamente a cargo de Maximiliano Montenegro, un cuadro con imágenes diferenciando explícitamente “Quién es quién en la protesta del campo”, una nota sin firmar con las diferencias e internas entre las agrupaciones agrícolas y dos recuadros explicativos, con datos precisos sobre como afectan las retenciones a los pequeños productores.
Montenegro finaliza su columna (escrita en primera persona como todas las que aparecen en el diario) haciendo clara referencia, a que la F.A.A. es la única entidad que defiende las retenciones, siempre que no se apliquen a todos por igual. Agrega que el gobierno se dio cuenta tarde, de que los pequeños productores no son lo mismo que la oligarquía terrateniente y los grandes pools de siembra. El cuadro que diferencia a las cuatro entidades agropecuarias (primero aparece nuevamente una foto de Buzzi con el escudo de la F.A.A., sigue Miguens, Llambías y por último Gioino), explica claramente quienes componen cada agrupación, como y cuales son las relaciones con el gobierno, y de que manera los afectan las retenciones.
Durante toda “La guerra gaucha” no hay ninguna nota o recuadro que diga de que viven Eduardo Buzzi y Alfredo De Angelis, o si tienen campos y de cuantas hectáreas.
EL GRAN SEÑOR
En los 23 días que dura el conflicto, el diario nunca le da voz directa a ningún funcionario del Gobierno Nacional. En el caso de la Presidenta todos sus testimonios son recogidos de discursos oficiales. Conferencias de prensa, entrevistas en radio y televisión para el por ese momento Ministro de Economía, Martín Lousteau. Lo mismo con el Jefe de Gabinete Alberto Fernández. Cuando el diario recoge estos dichos aclara si los sacó de TN, Radio del Plata, Radio Mitre o la agencia Telam, entre otros. Estos tres actores aparecen caracterizados como pantallas que parecieran ser los porta voces de un poder mayor. Es normal apreciar en las escasas apariciones de la oposición al gobierno, variadas declaraciones, desde el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri hasta el senador por la provincia de Santa Fe Carlos Reutemann, en las que afirman “La Presidenta está mal aconsejada”.
Diferentes son los casos del ex presidente Néstor Kirchner, el piquetero Luis D´Elía, el Secretario de Comercio Guillermo Moreno, el dirigente máximo de la CGT Hugo Moyano y su hijo, el secretario adjunto del sindicato de camioneros Pablo Moyano. Estos cinco son los más vapuleados y defenestrados por el matutino dirigido por Lanata. Por supuesto que el jefe del Partido Justicialista no recibe lugar alguno en forma directa en ninguna nota. Todas sus declaraciones son recogidas sin aclarar cual es la fuente, salvo un “Dijo uno de los participantes de la reunión en el bunker del ex presidente en Puerto Madero”. Kirchner aparece cuando el conflicto se pone más duro y los sectores agropecuarios no dan el brazo a torcer, endureciendo su postura en el paro. Acercándose a la tregua de los 30 días, el diario nombrará cada vez más seguido al “matrimonio o pareja presidencial”, claro que de una forma indirecta. Como por ejemplo en una columna de opinión del sacerdote Eduardo de la Serna, encargado del Movimiento de Opción por los Pobres.
Kirchner, Moreno, D´Elía y los Moyano son los actores más vapuleados y defenestrados por Crítica a lo largo de todo el conflicto
Ni Moreno, ni alguno de los Moyano hablan directamente con el diario. Aquí también se hace uso del recogimiento de testimonios y declaraciones en otros medios de comunicación, comunicados oficiales y ruedas de prensa. Vale mencionar el detalle donde en una nota sin firma, Crítica diferencia las declaraciones de Moyano hijo en el medio de un piquete en la ruta 2, cuando los grabadores están encendidos y cuando están apagados.
Guillermo Moreno es tratado como un patotero mafioso con mucho poder, que responde incondicionalmente a Néstor Kirchner. Las advertencias y amenazas de este a, por ejemplo, algunos engordadores de ganado de la provincia de Buenos Aires son publicadas -aunque el Gobierno Nacional las desmienta- y confirmadas de forma directa con algún dirigente agropecuario, como el secretario de la Carbap, Jorge Srodek. Esta caracterización también es evidente en el título de una nota en la que sin confirmar la fuente, Moreno dice “Yo los saco a patadas en el culo”.
Alguien que si es víctima de un mini reportaje directo es Luis D´Elía. El piquetero es configurado como uno de los brazos armados del kirchnerismo. Esto se confirma en una investigación especial realizada por el periodista Javier Romero, en la que se relata como el ex presidente armó desde sus oficinas en Puerto Madero, la represalia contra los “caceroleros” que se manifestaron en Plaza de Mayo el miércoles 26 de marzo. En la entrevista anteriormente mencionada, el periodista trata por todos los medios de sacarle al piquetero, la declaración que confirme que Kirchner lo mandó a la plaza. El espacio otorgado a D´Elía es más grande cuando se producen los cacerolazos en Plaza de Mayo. La primera aparición con protagonismo del piquetero, se produce cuando a diez días del anuncio de las retenciones, el diario publica una nota sin firma en la que reproduce fielmente, el cruce verbal que este tuvo con Jaime Murphy -vicepresidente de la Carbap- en el programa Puntos de vista del periodista Nelson castro, en Radio del Plata. Con el título “Riñas de gallos por las retenciones” y el dibujo de dos guantes de boxeadores enfrentados, se construye una metáfora de pelea de box entre una parte del sector agropecuario y el Gobierno Nacional (aunque el piquetero no esté oficialmente ejerciendo algún cargo).
Vale mencionar que D´Elía declara que aunque él apoya las retenciones, el Gobierno debe diferenciar entre los pequeños y grandes productores. Cuando algún actor hace está mención, Crítica de la Argentina se encarga de marcarlo.
SHOPPING DISCO-ZEN
Los consumidores aparecen como si fueran un tercero solamente perjudicado por el posible desabastecimiento, causado por el paro. Señalando en todas las notas posibles la férrea posición del gobierno y su negativa a levantar las retenciones; y lo mismo con el sector agropecuario para con el paro.
Por otra parte el diario se encarga de corroborar casi siempre, el movimiento de cabezas de ganado en el mercado de hacienda de Liniers con el presidente de la cámara de carnicerías, Alberto Williams. En menor medida, se hace uso del contacto directo con Guillermo Giannasi, coordinador nacional de la Comisión de Lechería para constatar el faltante de leche. La otra cara de la moneda, es que no se recogen declaraciones de algún representante de las grandes cadenas de supermercados.
Para el diario el lector es un cómplice, que se hace eco de los títulos de humor irónico. Lo que determina que el mismo, tenga cierta competencia política y cultural, para comprender por completo el mensaje. Lo mismo ocurre con los fotomontajes y viñetas cómicas. Hay que remarcar que la información siempre está presente tanto en entrevistas, crónicas o investigaciones como en las columnas de opinión y notas de color.
Otro actor, menor, que Crítica erige como aliado del gobierno es la Unión Industrial Argentina (U.I.A.). Esto se manifiesta con el levantamiento de algunos testimonios de su presidente Juan Carlos Lascurain, donde pide por el diálogo. Nuevamente donde este tipo de declaraciones aparecen, para confrontarlas, en la misma nota Buzzi tiene voz directa para explayarse sobre los productores pequeños y su distanciamiento de la oligarquía terrateniente.
En cuanto a los cacerolazos del 26 de marzo, es llamativo como en algunos copetes los mismos aparecen como “Marcha espontánea en la ciudad” y en el interior de la nota se da cuenta de los mensajes de texto y mails, que circularon entre los manifestantes para realizar dicha marcha. Esto es tema de tapa con el contundente título que dicta “Segundo round”.
Por otra parte Crítica siempre nombra los barrios desde donde provienen los caceroleros, describe su vestimenta y relata cuando uno de estos termina de marchar y se sube a su 4 x 4 Jeep Grand Cherokee. Exactamente la misma táctica utiliza para diferenciar a quienes conforman los piquetes en las rutas.
El sector opositor al gobierno tiene poco y nada de lugar. Únicamente tienen voz directa en pequeños reportajes, el gobernador de Santa Fe Hermes Binner y el senador por la misma provincia, Carlos Reutemann. Los testimonios de Macri, Carrió y Duhalde, entre otros, son levantados de conferencias de prensa u otros medios de comunicación, los cuales nombran como fuente. En las notas, mediante cuadros estadísticos y destacados, el diario de Lanata diferencia a Santa Fe y Tierra del Fuego como provincias no alineadas con el gobierno. Además de mencionar en varias notas sin firma y sin aclarar la fuente, como el gobierno utiliza la caja de la Nación para “...domesticar a las provincias”.
ESTO ES TO-TO TODO AMIGOS
Es común encontrar como las páginas de Crítica le dedican al conflicto agropecuario, opiniones y visiones en formato de columna de opinión de distintos personajes como: Claudio Lozano, diputado nacional y economista de la CTA, donde pide por la diferenciación de los grandes pools sojeros y los pequeños productores; distintos economistas, ingenieros agrónomos, docentes e investigadores de la UBA. También un docente de la UCEMA, otro economista del CENDA y hasta un sacerdote.
Estas opiniones aparecen siempre en pequeños recuadros, ubicados en algunos de los márgenes de las páginas o en la parte inferior de la misma. Nunca cubren más de un 25% de la superficie. Y siempre que alguien opina en contra de las retenciones, tiene a su lado otro que argumenta porque las mismas valdrían la pena si se diferencia entre los pequeños y grandes productores, se coparticipa lo recaudado con todas las provincias y no se favorece la concentración de tierra en unos pocos terratenientes.
Por otra parte, el diario sí brinda el espacio de una hoja entera para quién apoya las retenciones con los argumentos antes explayados. Esto se ejemplifica con la entrevista al economista e historiador, Mario Rapaport realizada por Agustín Alvarez. Nadie que opine en contra de las retenciones sin remarcar algunas de las tres salvedades mencionadas, defienda la S.R.A. o no diferencie los pequeños productores de los grandes, goza de tal espacio.
CRÍTICA CRITICA
Sin perder su línea el periódico dispara a sus principales competidores.
El diario Crítica de la Argentina realizó de manera sutil, diversas críticas a distintos medios de comunicación durante el conflicto del gobierno y el campo. Los principales medios periodísticos atacados fueron Página 12, Clarín, La Nación y el Grupo Hadad. Además, trató de mostrar que la única fuente de información confiable que tiene el lector es el propio diario.
CEMENTERIO CLUB
El viernes 21 de Mayo, el diario de Jorge Lanata publicó una pequeña nota titulada “El piquetero rural, que no era piquetero ni rural”. La misma cuenta el diálogo entre un periodista del matutino y Raul Antoliche, arquitecto de 55 años, dueño de un Mercedes Benz que salió en la tapa de Página 12, el día 20 de Marzo. La portada del periódico de Eduardo Tiffenberg, decía “Piquetes Benz” y buscaba mostrar que la gente del campo tiene mucho dinero. Crítica muestra el error que comete Página 12, porque Raúl Antoliche no es ni productor agropecuario ni dirigente agrario. Además en la nota de Crítica de la Argentina, el ingeniero cuenta que hasta ese momento leía Clarín y La Nación, pero luego de estos sucesos, en un futuro leerá el diario de Lanata. Haciendo una lectura entre líneas, podemos pensar que Critica intenta mostrar que es la única fuente de información fiable.
En esa misma nota, la revista La Primera de Daniel Hadad es otra de las cuestionadas por el diario. El mismo recuerda que el dueño de C5N utilizó la foto de un jujeño y le hizo borrar un diente, para ilustrar una tapa sobre la invasión de inmigrantes del altiplano en Argentina. En la edición del lunes 24 de Marzo, Crítica cuestionó a Clarín al contar que los ruralistas utilizaron mensajes de texto para comunicarse. En la nota aparece la foto de una mano sosteniendo un celular que en la pantalla dice “Clarín nos ignora, están comprados, no comprar el diario por 15 días. Pasá el mensaje”. Sin embargo, Crítica no aclara que el diario de la familia Noble fue opositor al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner durante el conflicto. Esta situación, vuelve a mostrar la intención del periódico dirigido por Lanata, para posicionarse ante los lectores como el más confiable.
El grupo Hadad fue, también, criticado por el diario de Lanata. El ejemplar del 27 de marzo cuenta que Infobae, Radio 10 y C5N echaron a rodar la versión de la inminente renuncia de Martín Lousteau, que rápidamente fue desmentida por el ex Ministro de Economía. La nota hace hincapié en la buena relación que Hadad tiene con el gobierno y en especial con el Ministro de Planificación Julio De Vido, además de que deja traslucir un posible complot entre el dueño de C5N y el ministro.
Por último el jueves 27 de marzo, Crítica en un recuadro pequeño, contó que diferentes personalidades de la cultura y la política expresaron su solidaridad a Jorge Fontevecchia, director del diario Perfil y opositor al actual gobierno. La manifestación solidaria se debió a la agresión sufrida por el periodista, el martes 25 en las inmediaciones de Plaza Mayo, a manos de un integrante de la “Federación Tierra y Vivienda” que encabeza Luís D´Elia.
POBRES Y VIOLENCIA SIEMPRE HUBO
Nada de discriminación o evaluaciones claras de clase en las páginas de Crítica.
Frente al pronunciamiento del Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, Crítica de la Argentina no incurrió en expresiones discriminatorias ni realizó evaluaciones explícitas de los manifestantes a partir de su pertenencia de clase. Sin embargo, desde una mirada menos somera, tampoco escapó de ciertos estereotipos que refuerzan algunas peligrosas vaguedades, típicas en este tipo de tensiones políticas y sociales.
COMEDOR PIQUETERO
“Uno de los agredidos acusó a los seguidores de D´Elía de ser la nueva Triple A”, dice el segundo párrafo de la nota “Los batatas modelo 2008”, publicada el 27 de marzo en Crítica. En la misma edición, puede leerse la nota “Así se armó el operativo D´Elía”. Entonces, desaparecen las dudas: la violencia emerge pura sólo cuando está solventada por los engranajes de la política partidaria (peronista, para ser más exactos).
Según Crítica, el campo realiza movilizaciones, protestas y paros. El campo se rebela, reacciona, toma medidas. Está cubierto por un halo de espontaneidad positiva. D´Elía en cambio, desarrolla operativos coordinados entre piqueteros y el poder K. En los piquetes rurales hay tensión, escenas de box, peleas. Mientras que la guardia K echa de la Plaza a los manifestantes.
Las fuerzas de choque a disposición y el peso de la tradición en los nuevos batatas, versus la inexperiencia del campo en este tipo de contiendas. En ese escenario se celebra la denominada “Guerra gaucha” de Crítica. En tal sentido, la tapa del 27 de marzo devuelve la imagen de dos manifestantes rurales. Uno está exaltado y con el rostro ensangrentado, el otro sostiene su angustia y una remera de la selección argentina. Debajo, sigilosos, Cristina Fernández y Néstor Kirchner.
No hay en todo el diario referencias peyorativas a las características físicas del hombre de campo
Aún más interesante resulta la nota de David Rotemberg, “Paró el campo, nomás” del 19 de marzo. En ella, el otrora “gaucho judío de Moisés Ville, que ahora vive de la mordacidad”, alecciona al lector sobre las cuitas del racional universo campestre, que no especula y reinvierte. Opiniones discutibles. Sin embargo, la polémica se disuelve con el destacado: “No nos gusta que nos extorsionen…, dijo Alberto Fernández. Nunca escuché esa frase cuando algún gremialista –sea Gordo o Panzón del otro bando– sale de la Rosada con el arreglo firmadito bajo el brazo”. ¿Es necesario aclarar, entre otras ideas que surgen de la cita, que no hay en todo el diario referencias peyorativas a las características físicas del hombre de campo?
Lo dicho, Crítica no publicó evaluaciones discriminatorias. No obstante, sacó lustre a ciertos arquetipos que reclaman a unos y otros manifestantes. El accionar político-partidario encarna en las acciones violentas, en el estímulo que provoca la reacción del campo que, a grandes rasgos, representa un espacio no contaminado. Quizás aquí, en el terreno ideológico, lo estético también juegue un papel tan imperceptible como trascendente. En caso contrario, ¿por qué la insistencia en el pecho exultante y descubierto tras la camisa de D´Elía? Detalle en el que insistieron todos los medios. Incluso, el dirigido por Jorge Lanata.
En 1905 el escritor argentino Leopoldo Lugones publica “La guerra gaucha”. Una serie de relatos donde Martín Miguel de Guemes, lidera una milicia de gauchos que luchan contra España en la Guerra de Independencia Hispanoamericana. Lo interesante es saber, cuanto hay de esa guerra de liberación en el conflicto que actualmente mantiene el Gobierno Nacional, con el sector agropecuario. Como Jorge Lanata viene demostrando en toda su carrera periodística, ninguno de sus títulos es porque sí. Quizás, esta edición especial de Observatorio, donde nos explayamos sobre la cobertura que Crítica de la Argentina, le da al conflicto entre los días 12 de marzo y 3 de abril; nos acerca un poco a esa respuesta.
Crítica retoma la sátira e ironía de las publicaciones anteriormente dirigidas por Lanata, como Página 12 y la sección The Posta Post de la revista El Porteño. Con más fotos que la desaparecida publicación pero con su línea frontal agresiva, el nuevo matutino va por su propio camino. Con el fotomontaje y juego de imágenes retoma una de las principales características de Página 12.
La principal característica a resaltar de la web del diario, es la posibilidad de descargarlo entero, posibilidad que no da ninguno de los principales periódicos. Aquí nuevamente las imágenes juegan un papel importante, con la posibilidad para los lectores de poder opinar y hasta participar con la sección Periodismo Ciudadano.
El rol de los actores durante todo el conflicto, es manejado de forma pícara e inteligente. La figura de la Presidente Cristina Fernández de Kirchner no es tan golpeada como su marido, blanco directo de todos los ataques y “el campo”, es tratado mostrando sus diferencias. El sector de la Federación Agraria Argentina, aglutinadora de los productores más pequeños, es la que mayor benevolencia y mejor imagen se lleva. La Sociedad Rural Argentina es criticada en su papel de terrateniente, así como también son demoledores los ataques a la “patota” de Nestor Kirchner: Moreno, D´Elía y los Moyano. De Angeli, Buzzi y desconocidos productores agropecuarios pequeños van a tener voz directa en el diario. Todas estas construcciones pueden verse también en las distintas columnas de opinión y reportajes.
Continuando con la línea crítica, el diario dispara también contra sus principales competidores, en el manejo que ellos tienen en este conflicto. Así, Clarín, Página 12, La Nación y los productos del Grupo Hadad son las víctimas preferidas.
Hay que mencionar también que Crítica no realiza evaluaciones de clase explícitas ni algún tipo de discriminación, pero tampoco escapa a ciertos estereotipos que pueden reforzar peligrosos imaginarios sociales.
El rol pícaro y crítico del nuevo diario de Jorge Lanata, transita dentro de estos carriles de división y ataques, con intentos de llegar quizás, a algún tipo de ¿liberación?
ENTRE SATIRAS E IRONIAS
En Crítica de la Argentina hay continuidad de las notas satíricas que utilizó, años atrás Página 12 y del tono irónico de la sección The Posta Post de la revista El Porteño.
En el diario de Lanata se observa la utilización de la sátira, en cada una de las páginas que reflejan el conflicto entre el campo y el gobierno. Principalmente se ve en los dibujos y en el fotomontaje. También en Los Fernández, una viñeta donde dos pajaritos parados sobre las aspas de un molino, realizan una irónica humorada sobre el conflicto. Uno de ellos dice: “Che Aníbal, al campo hay que decirle frigidez”. El otro responde: “Pero si hicieron un paro”. Y el remate es: “Ya sé… pero es el cuento de nunca acabar”.
POLAROID DE LOCURA ORDINARIA
Según Horacio González en La realidad satírica, el recurso de la sátira es una de las características principales del diario Página 12. En Crítica la utilización de la fotografía mantiene relación con el texto escrito y es utilizada para complementar el tono satírico del diario. Su peso es muy fuerte a lo largo toda la publicación. Sin embargo, el matutino rompe con El Porteño ya que la sección The Posta Post, tiene muy pocas fotografías. Excepto la tapa y contratapa, la revista mensual se caracterizó por no utilizar color, tanto en el texto escrito como en las fotografías. Agregando, también que El Porteño no utilizó el fotomontaje como si lo hacen el diario actualmente dirigido por Lanata y Página 12.
González dijo que una de las novedades que trajo Página 12 fue el montaje. Esta es otra de las características del diario Crítica y lo vemos a todo lo largo del mismo. Este recurso es utilizado para satirizar a funcionarios del gobierno, a la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, a su esposo y también, a algunos integrantes del campo. Por ejemplo, la tapa del 29 de marzo titula “La vaca desatada” y se ve al vacuno sacando la lengua. La nota refleja el momento en que los ruralistas levantaban el paro y se sentaban a negociar con el gobierno.
Por otro lado, Crítica continúo la línea de denuncia que tuvo El Porteño en la sección The Posta Post. En la edición de febrero de 1989 se observan denuncias y chimentos contra carapintadas, políticos y fuerzas armadas utilizando un tono irónico y satírico. En este ejemplar se observan chismes que muestran alianzas realizadas por dirigentes de la UCeDe en Punta del Este o sobre la rebelión carapintada de Villa Martelli, donde había periodistas vestidos con el uniforme militar.
Crítica utiliza una retórica, en la que intenta posicionarse en un lugar intermedio entre el campo y el gobierno. Esta postura del diario es una estrategia, dado que la verdadera intención del matutino es atacar al gobierno y plantarse en favor de cierto sector del agro. Pero la defensa del campo es del sector de los pequeños productores, alineados en la Federación Agraria Argentina (F.A.A.). Las columnas de Martín Caparros muestran la verdadera intención del diario, ya que se caracterizan por ser irónicas, de retórica de izquierda pero, al igual que pasaba en Página 12, sin llegar a ser contestatarias o revolucionarias sino progresistas y defendiendo la democracia.
El Ministro de seguridad Aníbal Fernández y el Jefe de Gabinete del Gobierno Nacional Alberto Fernández, son los únicos protagonistas del conflicto satirizados en una historieta
NOTICIAS DE AYER
El diario de Lanata construye la noticia de manera similar a Página 12. Ambas utilizan una forma poco tradicional, donde se trabaja sobre el significante haciendo juegos constantes con el lenguaje y las imágenes. La edición del 1 de abril, Crítica titula en una de sus notas “Rebelión en la granja”, donde refleja la división interna del kirchnerismo.
También, Crítica ensaya un periodismo de denuncia al igual que hizo Pagina 12 sobre el final de la década del 80. El periódico ataca al gobierno y parece “pegarle” al campo a fin de mostrarse como un diario progresista. Sin embargo, esta actitud es sólo una de las estrategias que utilizan dado que, a lo largo de todo el conflicto, Crítica de la Argentina se posiciona a favor de la Federación Agraria. El ejemplo claro de esto se ve en la edición del martes 18 de marzo donde la tapa dice: “Campo travieso” y la bajada argumenta: “Un terrateniente de Buenos Aires paga menos impuestos inmobiliarios que una jubilada de Belgrano”. Páginas adentro hay una nota de investigación, con tono a denuncia que cuenta como los dueños de los campos más caros del país tributan sumas irrisorias de impuestos inmobiliarios. Además, en un pequeño recuadro, el diario denuncia que la concentración de las tierras en la provincia de Buenos Aires, continúa en pocas manos.
Critica parece ubicarse como juez de una pelea de box. La tapa del 27 de Mayo, dice “Segundo round” y muestra, en la parte superior de la hoja, a una adolescente con la camiseta de Argentina junto a un hombre joven golpeado apuntando con su mano hacia la izquierda, protestando en Plaza de mayo. Esta imagen va acompañada por un subtitulo que dice “Violencia en Plaza de Mayo, la patota atacó de nuevo”. En la parte inferior de la tapa se ve una foto de Cristina junto a su marido. La Presidenta parece pedirle ayuda a Néstor, señalando con su brazo hacia la derecha.
En la portada del 27 de marzo, Crítica se construye en una especie de estrado judicial, donde hablan las partes y los periodistas del diario establecen la sentencia acusando al gobierno. Nuevamente se muestra en posición de rescate para con la Federación Agraria. En cambio, Página 12 se estableció como semejante al lector.
Otra de las rupturas del diario Crítica respecto a Página 12 es que el actual matutino de Lanata, parece construirse como intelectual. Este academicismo puede observarse, por ejemplo, en la edición del 16 de marzo donde se publica una entrevista a Mario Rapoport. En cambio, según González, el diario de Tiffenberg confundía el anti academicismo con el anti intelectualismo, teniendo una especie de menosprecio por la actividad intelectual.
Crítica retoma de El Porteño, la línea progresista que caracterizaba a esta publicación de la década del 80. Además, explota una línea frontal, agresiva al igual que hizo la revista mensual. Sin embargo, Crítica se diferencia de la misma en las temáticas que utiliza. Según Jorge Bernetti en Después del proceso: entre la monotonía y la ruptura, El Porteño privilegia temáticas relacionadas a tribus urbanas, algo que no sucede en el diario de Lanata.
Respecto a la formula de titular, Crítica y El Porteño lo hacen de manera muy parecida, con títulos muy ingeniosos que utilizan la humorada y el doble sentido. Por ejemplo, en la edición de febrero del 98, la revista titula: “Aerolíneas Ubaldini”. La nota refleja el romance que el ex secretario general de la CGT mantuvo con una azafata de Aerolíneas Argentina.
Crítica innova en su versión online con la posibilidad de bajar y leer la edición impresa por completo.
A partir de las dos de la tarde, cualquier lector puede descargar la versión impresa completa del diario, totalmente gratis en formato PDF. Esta diferenciación respecto de sus principales competidores, permite el acceso a Crítica en cualquier parte del país y del mundo. Así el periódico llega de forma entera a todos lados.
QUE VES CUANDO ME VES
Según los niveles de interactividad que puede tener un sitio web, planteados por Juan Carlos Zabala en “Periodismo digital y la relación con los usuarios en la era digital”, la versión online de Crítica se ubica en el tercer nivel. Ya que si bien los lectores pueden participar activamente, detallando sus opiniones y tienen una proyección pública, la actividad es controlada por un web master. En la tapa del diario digital, en el extremo superior derecho aparecen los blogs donde los lectores pueden participar pero dentro temáticas fijadas de antemano. En el mismo sector está la solapa de encuesta, donde diariamente se cambia el tipo de pregunta, que está relacionada con el tema del momento más caliente en el país. Las notas venden el contenido y partiendo de esta base se las selecciona para su publicación.
Potencialmente cualquier persona puede publicar pero partiendo de una temática predefinida y así los lectores opinan sobre determinados temas casi libremente. El medio ya no es un intermediario en sentido general. Esto permite que no haya un solo emisor y muchos destinatarios, ya que lo importante es el acceso y no la distribución de contenidos. Esto se ve en el extremo derecho de la página: “Periodismo ciudadano: estas noticias las haces vos”. Esto permite enviar un mail a la redacción, comentar una noticia y ellos la chequean y deciden si la publican o no. Este tipo de interactividad permite que se utilice el mismo canal.
La página web nació junto a la versión impresa. Ambos coexisten. Si bien está vinculado a una existencia previa, tiene vida propia. Aunque comparten el temario, el sumario es distinto. En la versión digital hay una actualización permanente de los contenidos. Esto es lo que se denomina el “vivo permanente” del medio. La primacía de la instantaneidad y la misma se ve en las noticias de último momento que compiten con los flashes televisivos. Así se puede observar en la parte superior central una leyenda móvil titulada “Ultimo momento” con las noticias más recientes. En la parte inferior del diario hay una solapa “Crítica en vivo”, donde se ve como se va haciendo el diario para el siguiente día, aunque aclara que la denominada “noticia bomba” se va a estar publicada en el diario impreso.
Minutos antes de las doce de la noche, el lector tiene a su disposición la tapa de la versión impresa del día de mañana, lo que representa otra novedad. El modo de tratamiento de las noticias es similar al del diario impreso. Se utiliza la pirámide invertida, se jerarquizan las notas y la ironía asoma en los títulos.
Al igual que en su impresión, Crítica da mucha importancia a las fotografías en la versión online. Existe una sección llamada “Galerías”, en la que se accede a una serie de fotos, que pueden llegar hasta más de veinte, para observar por ejemplo variadas imágenes de hechos importantes.
El diario dirigido por Jorge Lanata demuestra a cada paso que el soporte a través del cual se publican las noticias, no depende de un soporte único sino que es multimediático. En la página se presentan textos pero además imágenes en movimiento, audio, etc. Los enlaces con otras páginas permiten la navegación ad infinitum por las páginas, lo que invita a la dispersión.
DIVIDIDOS
El diario dirigido por Jorge Lanata marca diferencias y posturas entre los principales actores de “La guerra gaucha” y toma posición en la misma.
Crítica de la Argentina planta su posición en relación a las retenciones a la soja y girasol, dictaminadas por el Gobierno Nacional haciendo enérgicas salvedades y criticándolo duramente. La más fuerte y clara distinción refiere a la diferenciación entre pequeños y grandes productores agropecuarios. Así también reclama por la coparticipación con todas las provincias de lo recaudado y establece su oposición a la concentración de tierra en manos de los grandes terratenientes. El matutino diferencia quién es quién en el sector agropecuario. Aunque en sus títulos, bajadas y copetes se siga refiriendo al mismo en un 75% como “el campo”.
ESTALLANDO DESDE EL CAMPO
De los principales actores del conflicto, el diario le da lugar de forma directa mediante una columna de opinión y reportaje, al máximo representante de la Federación Agraria Argentina (F.A.A.), Eduardo Buzzi. La entidad representa a los pequeños agricultores y tamberos. Buzzi es además el dirigente agropecuario que más veces aparece en las diferentes notas. Al octavo día de conflicto, el dirigente escribe en la columna de opinión: “La gran diferencia entre productores pequeños y grandes la hace la escala. El Gobierno iguala el campo a la oligarquía. La oligarquía existe, pero no somos nosotros. Estas retenciones favorecen la concentración de la tierra”. En cada uno de los testimonios de Buzzi recogidos por Crítica, estas aclaraciones y diferenciaciones saltan a la vista.
Otro actor importante que va a ir ganando espacio en notas, crónicas y reportajes es Alfredo De Angelis, dirigente de la F.A.A. de Entre Ríos. El mismo aparece caracterizado como un tipo bonachón, conciliador (“Los hermanos camioneros” reza un titular), trabajador y de tierra adentro. Siempre rodeado de chacareros en algún piquete o bar, mirando los actos de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Hasta tiene un jocoso recuadro donde se relata la falta de su famoso diente. Eso sí, en ningún lado aparece si Eduardo Buzzi o Alfredo De Angelis tienen campos, de cuantas hectáreas, que cultivan, de que viven, etc.
Quienes también tienen lugar para expresarse son desconocidos pequeños productores. Los recursos más utilizados son las entrevistas y recuadros con testimonios, donde se construye el perfil de los mismos y relatan vivencias e historias. Estos reportajes aparecen siempre firmados por enviados especiales, como Laura Vilches y Mariano Martín, entre otros. En estas apariciones, los pequeños productores no pasan las 150 hectáreas de propiedad y nuevamente aparecen como tema central, las tres salvedades a las retenciones mencionadas al comienzo.
A una semana de anunciadas las retenciones, Crítica realiza una jugada al estilo de un “tercero pícaro” según Héctor Borrat, en “El periódico, actor politico”, para posicionar su rol en este conflicto. La tapa de ese día titula “Campo travieso” a una investigación especial sobre el impuesto inmobiliario, que pagan algunos grandes terratenientes de Buenos Aires (entre los que destaca en primer lugar al presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luciano Miguens con 2.219 hectáreas). La investigación cuenta lo poco que pagan estos terratenientes, en comparación con las diez veces más de una anónima jubilada por un departamento de dos ambientes. La picarez de esta maniobra, se completa con la columna de opinión que en la página 3 escribe el titular de la F.A.A. y titula “El campo no es la oligarquía”. La nota ocupa las páginas 2 y 3 (ubicada por sobre la columna anteriormente mencionada) y está firmada por el periodista especialista en Panorama económico Maximiliano Montenegro. A esto se le suma un cuadro con datos duros de los impuestos que estos propietarios pagan y otro recuadro, utilizando como fuente el último Censo Agropecuario Nacional, informando como la tierra en la provincia de Buenos Aires se concentra en pocas manos. Este recurso es utilizado por el diario como otra estrategia más para la diferenciación dentro del sector agropecuario y para posicionar a los terratenientes, del lado del gobierno mediante las facilidades fiscales que este le brinda. El rol pícaro es algo que el diario mantiene a lo largo de todo el conflicto.
Desde que comenzó el conflicto Crítica diferencia páginas adentro quién es quien en el sector agropecuario. Poniendo primero en la mayoría de las notas, recogidas de fuentes directas o indirectas, las declaraciones y testimonios de Eduardo Buzzi. En segundo lugar y de forma indirecta aparecerán y con menor espacio en relación con el anterior dirigente, testimonios y declaraciones de Luciano Miguens (S.R.A.), Mario Llambías, principal referente de las Confederaciones Rurales Argentinas (C.R.A.) y Fernando Gioino, máximo dirigente de Coninagro. Esta estrategia se aplica tanto en títulos, copetes, bajadas, así como también en el aspecto gráfico como fotografías e infografías.
En la última semana del conflicto, el diario publica una columna de opinión nuevamente a cargo de Maximiliano Montenegro, un cuadro con imágenes diferenciando explícitamente “Quién es quién en la protesta del campo”, una nota sin firmar con las diferencias e internas entre las agrupaciones agrícolas y dos recuadros explicativos, con datos precisos sobre como afectan las retenciones a los pequeños productores.
Montenegro finaliza su columna (escrita en primera persona como todas las que aparecen en el diario) haciendo clara referencia, a que la F.A.A. es la única entidad que defiende las retenciones, siempre que no se apliquen a todos por igual. Agrega que el gobierno se dio cuenta tarde, de que los pequeños productores no son lo mismo que la oligarquía terrateniente y los grandes pools de siembra. El cuadro que diferencia a las cuatro entidades agropecuarias (primero aparece nuevamente una foto de Buzzi con el escudo de la F.A.A., sigue Miguens, Llambías y por último Gioino), explica claramente quienes componen cada agrupación, como y cuales son las relaciones con el gobierno, y de que manera los afectan las retenciones.
Durante toda “La guerra gaucha” no hay ninguna nota o recuadro que diga de que viven Eduardo Buzzi y Alfredo De Angelis, o si tienen campos y de cuantas hectáreas.
EL GRAN SEÑOR
En los 23 días que dura el conflicto, el diario nunca le da voz directa a ningún funcionario del Gobierno Nacional. En el caso de la Presidenta todos sus testimonios son recogidos de discursos oficiales. Conferencias de prensa, entrevistas en radio y televisión para el por ese momento Ministro de Economía, Martín Lousteau. Lo mismo con el Jefe de Gabinete Alberto Fernández. Cuando el diario recoge estos dichos aclara si los sacó de TN, Radio del Plata, Radio Mitre o la agencia Telam, entre otros. Estos tres actores aparecen caracterizados como pantallas que parecieran ser los porta voces de un poder mayor. Es normal apreciar en las escasas apariciones de la oposición al gobierno, variadas declaraciones, desde el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri hasta el senador por la provincia de Santa Fe Carlos Reutemann, en las que afirman “La Presidenta está mal aconsejada”.
Diferentes son los casos del ex presidente Néstor Kirchner, el piquetero Luis D´Elía, el Secretario de Comercio Guillermo Moreno, el dirigente máximo de la CGT Hugo Moyano y su hijo, el secretario adjunto del sindicato de camioneros Pablo Moyano. Estos cinco son los más vapuleados y defenestrados por el matutino dirigido por Lanata. Por supuesto que el jefe del Partido Justicialista no recibe lugar alguno en forma directa en ninguna nota. Todas sus declaraciones son recogidas sin aclarar cual es la fuente, salvo un “Dijo uno de los participantes de la reunión en el bunker del ex presidente en Puerto Madero”. Kirchner aparece cuando el conflicto se pone más duro y los sectores agropecuarios no dan el brazo a torcer, endureciendo su postura en el paro. Acercándose a la tregua de los 30 días, el diario nombrará cada vez más seguido al “matrimonio o pareja presidencial”, claro que de una forma indirecta. Como por ejemplo en una columna de opinión del sacerdote Eduardo de la Serna, encargado del Movimiento de Opción por los Pobres.
Kirchner, Moreno, D´Elía y los Moyano son los actores más vapuleados y defenestrados por Crítica a lo largo de todo el conflicto
Ni Moreno, ni alguno de los Moyano hablan directamente con el diario. Aquí también se hace uso del recogimiento de testimonios y declaraciones en otros medios de comunicación, comunicados oficiales y ruedas de prensa. Vale mencionar el detalle donde en una nota sin firma, Crítica diferencia las declaraciones de Moyano hijo en el medio de un piquete en la ruta 2, cuando los grabadores están encendidos y cuando están apagados.
Guillermo Moreno es tratado como un patotero mafioso con mucho poder, que responde incondicionalmente a Néstor Kirchner. Las advertencias y amenazas de este a, por ejemplo, algunos engordadores de ganado de la provincia de Buenos Aires son publicadas -aunque el Gobierno Nacional las desmienta- y confirmadas de forma directa con algún dirigente agropecuario, como el secretario de la Carbap, Jorge Srodek. Esta caracterización también es evidente en el título de una nota en la que sin confirmar la fuente, Moreno dice “Yo los saco a patadas en el culo”.
Alguien que si es víctima de un mini reportaje directo es Luis D´Elía. El piquetero es configurado como uno de los brazos armados del kirchnerismo. Esto se confirma en una investigación especial realizada por el periodista Javier Romero, en la que se relata como el ex presidente armó desde sus oficinas en Puerto Madero, la represalia contra los “caceroleros” que se manifestaron en Plaza de Mayo el miércoles 26 de marzo. En la entrevista anteriormente mencionada, el periodista trata por todos los medios de sacarle al piquetero, la declaración que confirme que Kirchner lo mandó a la plaza. El espacio otorgado a D´Elía es más grande cuando se producen los cacerolazos en Plaza de Mayo. La primera aparición con protagonismo del piquetero, se produce cuando a diez días del anuncio de las retenciones, el diario publica una nota sin firma en la que reproduce fielmente, el cruce verbal que este tuvo con Jaime Murphy -vicepresidente de la Carbap- en el programa Puntos de vista del periodista Nelson castro, en Radio del Plata. Con el título “Riñas de gallos por las retenciones” y el dibujo de dos guantes de boxeadores enfrentados, se construye una metáfora de pelea de box entre una parte del sector agropecuario y el Gobierno Nacional (aunque el piquetero no esté oficialmente ejerciendo algún cargo).
Vale mencionar que D´Elía declara que aunque él apoya las retenciones, el Gobierno debe diferenciar entre los pequeños y grandes productores. Cuando algún actor hace está mención, Crítica de la Argentina se encarga de marcarlo.
SHOPPING DISCO-ZEN
Los consumidores aparecen como si fueran un tercero solamente perjudicado por el posible desabastecimiento, causado por el paro. Señalando en todas las notas posibles la férrea posición del gobierno y su negativa a levantar las retenciones; y lo mismo con el sector agropecuario para con el paro.
Por otra parte el diario se encarga de corroborar casi siempre, el movimiento de cabezas de ganado en el mercado de hacienda de Liniers con el presidente de la cámara de carnicerías, Alberto Williams. En menor medida, se hace uso del contacto directo con Guillermo Giannasi, coordinador nacional de la Comisión de Lechería para constatar el faltante de leche. La otra cara de la moneda, es que no se recogen declaraciones de algún representante de las grandes cadenas de supermercados.
Para el diario el lector es un cómplice, que se hace eco de los títulos de humor irónico. Lo que determina que el mismo, tenga cierta competencia política y cultural, para comprender por completo el mensaje. Lo mismo ocurre con los fotomontajes y viñetas cómicas. Hay que remarcar que la información siempre está presente tanto en entrevistas, crónicas o investigaciones como en las columnas de opinión y notas de color.
Otro actor, menor, que Crítica erige como aliado del gobierno es la Unión Industrial Argentina (U.I.A.). Esto se manifiesta con el levantamiento de algunos testimonios de su presidente Juan Carlos Lascurain, donde pide por el diálogo. Nuevamente donde este tipo de declaraciones aparecen, para confrontarlas, en la misma nota Buzzi tiene voz directa para explayarse sobre los productores pequeños y su distanciamiento de la oligarquía terrateniente.
En cuanto a los cacerolazos del 26 de marzo, es llamativo como en algunos copetes los mismos aparecen como “Marcha espontánea en la ciudad” y en el interior de la nota se da cuenta de los mensajes de texto y mails, que circularon entre los manifestantes para realizar dicha marcha. Esto es tema de tapa con el contundente título que dicta “Segundo round”.
Por otra parte Crítica siempre nombra los barrios desde donde provienen los caceroleros, describe su vestimenta y relata cuando uno de estos termina de marchar y se sube a su 4 x 4 Jeep Grand Cherokee. Exactamente la misma táctica utiliza para diferenciar a quienes conforman los piquetes en las rutas.
El sector opositor al gobierno tiene poco y nada de lugar. Únicamente tienen voz directa en pequeños reportajes, el gobernador de Santa Fe Hermes Binner y el senador por la misma provincia, Carlos Reutemann. Los testimonios de Macri, Carrió y Duhalde, entre otros, son levantados de conferencias de prensa u otros medios de comunicación, los cuales nombran como fuente. En las notas, mediante cuadros estadísticos y destacados, el diario de Lanata diferencia a Santa Fe y Tierra del Fuego como provincias no alineadas con el gobierno. Además de mencionar en varias notas sin firma y sin aclarar la fuente, como el gobierno utiliza la caja de la Nación para “...domesticar a las provincias”.
ESTO ES TO-TO TODO AMIGOS
Es común encontrar como las páginas de Crítica le dedican al conflicto agropecuario, opiniones y visiones en formato de columna de opinión de distintos personajes como: Claudio Lozano, diputado nacional y economista de la CTA, donde pide por la diferenciación de los grandes pools sojeros y los pequeños productores; distintos economistas, ingenieros agrónomos, docentes e investigadores de la UBA. También un docente de la UCEMA, otro economista del CENDA y hasta un sacerdote.
Estas opiniones aparecen siempre en pequeños recuadros, ubicados en algunos de los márgenes de las páginas o en la parte inferior de la misma. Nunca cubren más de un 25% de la superficie. Y siempre que alguien opina en contra de las retenciones, tiene a su lado otro que argumenta porque las mismas valdrían la pena si se diferencia entre los pequeños y grandes productores, se coparticipa lo recaudado con todas las provincias y no se favorece la concentración de tierra en unos pocos terratenientes.
Por otra parte, el diario sí brinda el espacio de una hoja entera para quién apoya las retenciones con los argumentos antes explayados. Esto se ejemplifica con la entrevista al economista e historiador, Mario Rapaport realizada por Agustín Alvarez. Nadie que opine en contra de las retenciones sin remarcar algunas de las tres salvedades mencionadas, defienda la S.R.A. o no diferencie los pequeños productores de los grandes, goza de tal espacio.
CRÍTICA CRITICA
Sin perder su línea el periódico dispara a sus principales competidores.
El diario Crítica de la Argentina realizó de manera sutil, diversas críticas a distintos medios de comunicación durante el conflicto del gobierno y el campo. Los principales medios periodísticos atacados fueron Página 12, Clarín, La Nación y el Grupo Hadad. Además, trató de mostrar que la única fuente de información confiable que tiene el lector es el propio diario.
CEMENTERIO CLUB
El viernes 21 de Mayo, el diario de Jorge Lanata publicó una pequeña nota titulada “El piquetero rural, que no era piquetero ni rural”. La misma cuenta el diálogo entre un periodista del matutino y Raul Antoliche, arquitecto de 55 años, dueño de un Mercedes Benz que salió en la tapa de Página 12, el día 20 de Marzo. La portada del periódico de Eduardo Tiffenberg, decía “Piquetes Benz” y buscaba mostrar que la gente del campo tiene mucho dinero. Crítica muestra el error que comete Página 12, porque Raúl Antoliche no es ni productor agropecuario ni dirigente agrario. Además en la nota de Crítica de la Argentina, el ingeniero cuenta que hasta ese momento leía Clarín y La Nación, pero luego de estos sucesos, en un futuro leerá el diario de Lanata. Haciendo una lectura entre líneas, podemos pensar que Critica intenta mostrar que es la única fuente de información fiable.
En esa misma nota, la revista La Primera de Daniel Hadad es otra de las cuestionadas por el diario. El mismo recuerda que el dueño de C5N utilizó la foto de un jujeño y le hizo borrar un diente, para ilustrar una tapa sobre la invasión de inmigrantes del altiplano en Argentina. En la edición del lunes 24 de Marzo, Crítica cuestionó a Clarín al contar que los ruralistas utilizaron mensajes de texto para comunicarse. En la nota aparece la foto de una mano sosteniendo un celular que en la pantalla dice “Clarín nos ignora, están comprados, no comprar el diario por 15 días. Pasá el mensaje”. Sin embargo, Crítica no aclara que el diario de la familia Noble fue opositor al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner durante el conflicto. Esta situación, vuelve a mostrar la intención del periódico dirigido por Lanata, para posicionarse ante los lectores como el más confiable.
El grupo Hadad fue, también, criticado por el diario de Lanata. El ejemplar del 27 de marzo cuenta que Infobae, Radio 10 y C5N echaron a rodar la versión de la inminente renuncia de Martín Lousteau, que rápidamente fue desmentida por el ex Ministro de Economía. La nota hace hincapié en la buena relación que Hadad tiene con el gobierno y en especial con el Ministro de Planificación Julio De Vido, además de que deja traslucir un posible complot entre el dueño de C5N y el ministro.
Por último el jueves 27 de marzo, Crítica en un recuadro pequeño, contó que diferentes personalidades de la cultura y la política expresaron su solidaridad a Jorge Fontevecchia, director del diario Perfil y opositor al actual gobierno. La manifestación solidaria se debió a la agresión sufrida por el periodista, el martes 25 en las inmediaciones de Plaza Mayo, a manos de un integrante de la “Federación Tierra y Vivienda” que encabeza Luís D´Elia.
POBRES Y VIOLENCIA SIEMPRE HUBO
Nada de discriminación o evaluaciones claras de clase en las páginas de Crítica.
Frente al pronunciamiento del Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, Crítica de la Argentina no incurrió en expresiones discriminatorias ni realizó evaluaciones explícitas de los manifestantes a partir de su pertenencia de clase. Sin embargo, desde una mirada menos somera, tampoco escapó de ciertos estereotipos que refuerzan algunas peligrosas vaguedades, típicas en este tipo de tensiones políticas y sociales.
COMEDOR PIQUETERO
“Uno de los agredidos acusó a los seguidores de D´Elía de ser la nueva Triple A”, dice el segundo párrafo de la nota “Los batatas modelo 2008”, publicada el 27 de marzo en Crítica. En la misma edición, puede leerse la nota “Así se armó el operativo D´Elía”. Entonces, desaparecen las dudas: la violencia emerge pura sólo cuando está solventada por los engranajes de la política partidaria (peronista, para ser más exactos).
Según Crítica, el campo realiza movilizaciones, protestas y paros. El campo se rebela, reacciona, toma medidas. Está cubierto por un halo de espontaneidad positiva. D´Elía en cambio, desarrolla operativos coordinados entre piqueteros y el poder K. En los piquetes rurales hay tensión, escenas de box, peleas. Mientras que la guardia K echa de la Plaza a los manifestantes.
Las fuerzas de choque a disposición y el peso de la tradición en los nuevos batatas, versus la inexperiencia del campo en este tipo de contiendas. En ese escenario se celebra la denominada “Guerra gaucha” de Crítica. En tal sentido, la tapa del 27 de marzo devuelve la imagen de dos manifestantes rurales. Uno está exaltado y con el rostro ensangrentado, el otro sostiene su angustia y una remera de la selección argentina. Debajo, sigilosos, Cristina Fernández y Néstor Kirchner.
No hay en todo el diario referencias peyorativas a las características físicas del hombre de campo
Aún más interesante resulta la nota de David Rotemberg, “Paró el campo, nomás” del 19 de marzo. En ella, el otrora “gaucho judío de Moisés Ville, que ahora vive de la mordacidad”, alecciona al lector sobre las cuitas del racional universo campestre, que no especula y reinvierte. Opiniones discutibles. Sin embargo, la polémica se disuelve con el destacado: “No nos gusta que nos extorsionen…, dijo Alberto Fernández. Nunca escuché esa frase cuando algún gremialista –sea Gordo o Panzón del otro bando– sale de la Rosada con el arreglo firmadito bajo el brazo”. ¿Es necesario aclarar, entre otras ideas que surgen de la cita, que no hay en todo el diario referencias peyorativas a las características físicas del hombre de campo?
Lo dicho, Crítica no publicó evaluaciones discriminatorias. No obstante, sacó lustre a ciertos arquetipos que reclaman a unos y otros manifestantes. El accionar político-partidario encarna en las acciones violentas, en el estímulo que provoca la reacción del campo que, a grandes rasgos, representa un espacio no contaminado. Quizás aquí, en el terreno ideológico, lo estético también juegue un papel tan imperceptible como trascendente. En caso contrario, ¿por qué la insistencia en el pecho exultante y descubierto tras la camisa de D´Elía? Detalle en el que insistieron todos los medios. Incluso, el dirigido por Jorge Lanata.
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