Peter Sloterdijk dice “La irrupción más espectacular de lo mecánico en lo subjetivo se revela en las técnicas genéticas: éstas introducen un amplio espectro de precondiciones físicas de la persona dentro del campo de las manipulaciones artificiales, proceso que evoca la imagen popular, más o menos fantástica, de un futuro previsible en que podrían ‘hacerse hombres’”. [1]
Soloterdijk llega a esta idea luego de criticar a la metafísica, dado que para ésta existe una división de entes: los subjetivos (el alma, el yo, lo humano) y los objetivos (la cosa, el mecanismo, lo inhumano) para el autor esta distinción instaura una dominación y además considera a esta clasificación como insostenible y propone romper esta dualidad porque hay un tercer elemento que los une, ese elemento es la información que está contenida en los genes. Según este filosofo alemán estos tres elementos forman un universo unidimensional, es decir, un universo informacional. Esta información genética genera tecnologías inteligentes que producen la homotecnología (biotecnología, ingeniería genética) que implica la emergencia de una forma de operatividad no- dominante, cooperativa, libre, que toma en cuenta las cualidades de los cuerpos.
Thomas Assehuer señala que Sloterdijk critica la dominación que propone la metafísica pero él crea una nueva figura, la del antropotécnico (los nuevos sabios) que tienen el poder e instauran una nueva dominación, ya que ellos disponen de criterios de selección genética y poseen la verdad de la esencia humana.
Por su parte, Jurgen Habermas se opone a Sloterdijk porque considera: “Ninguna persona (se puede vincular a la figura de antropotécnico) tiene derecho a disponer de otra y a controlar sus posibilidades de acción de tal modo que (...)le sea sustraída una parte esencial de su libertad. Esa condición es vulnerada cuando alguien decide sobre el programa genético de otra persona” para Habermas el clon se asemeja al esclavo porque puede relegar una parte de la responsabilidad que él mismo debería soportar en su creador; aquí también se enfrenta a Sloterdijk puesto que según él con el universo informacional no habrá dominación.
En la misma línea de Habermas se encuentra Hans Jonas cuando afirma: “El dilema moral de toda manipulación biológica- humana que vaya más allá de lo puramente negativo de la prevención de defectos hereditarios es puramente ese: que la posible acusación de la descendencia contra su creador ya no encuentra a nadie que pueda responder y purgar por ella, ningún instrumento de indemnización” además dice que al clon se le robo la libertad de saber de donde viene, su origen. Se puede decir que Jonas, al igual que, Sloterdijk considera que el dualismo no alcanza para explicar nuestro cuerpo, porque el cuerpo es sustancia y materia a la vez y propone un monismo integrador, el panvitalismo que explica todo a través de la vida. Pero a diferencia de Sloterdijk no agrega un tercer elemento (la información) al dualismo.
Héctor Schmucler explica: “La ingeniería genética permite que los hombres abandonen su condición de haber sido creados a ‘imagen y semejanza’ de algún dador de vida. Las consecuencias son inconmensurables. La disputa es con Dios” en este punto se puede decir que choca con Sloterdijk, porque el antropotécnico sería el nuevo creador, el reemplazante de Dios.
Para Schmucler “en nombre de la manipulación genética, la eugenesia triunfaba ahora a la manera del mercado. No se trataba de eliminar individuos indeseables para el porvenir de la raza (...) se trata de la reivindicación de un sorprendente derecho a no nacer (...) si hacía dos siglos se había descrito el ideal humano en un hipotético individuo ario, en el presente parecería abierta la posibilidad de fabricar sujetos de acuerdo con aquella descripción. El hombre hasta ahora había sido un borrador. Las biotecnologías podrían pasarlo en limpio”. Se puede decir que ambos autores coinciden ya que ninguno de ellos ve aspectos negativos en la manipulación genética, sino que la ven como un progreso para la humanidad.
Con respecto a esto David Le Breton critica esta idea de hombre como borrador o bosquejo porque cuando se realizan modificaciones sobre el hombre, se esta modificando su ser orgánico y esas modificaciones plásticas (se refiere a los trasplantes) en el cuerpo generan una crisis de identidad. Para Le Breton con el clon el hombre se convierte en su propia prótesis, y agrega “el hombre es más que el cuerpo, del que puede diferenciarse desde un punto de vista antropológico, el hombre es más que su programa genético (...) la historia de cada hombre es única e inagotable”.
Si bien para Sloterdijk la homeotecnología implica una nueva forma de operatividad no- dominante, para Paula Sibilia esta ingeniería genética constituye una nueva forma de biopoder[2] ya que a través del conocimiento del código genético se puede administrar las posibilidades de enfermarse y morir. Sibilia entiende que con este biopoder la vida pasa a considerarse como “un producto que se puede negociar (...)en el mercado global”.
Sibilia ve en los análisis genéticos que permiten conocer las potencialidades y riesgos de las personas en el futuro un nuevo instrumento de control en términos de biopoder. En la misma línea se encuentra Marcela Iacub quién indica “hay que luchar contra los artificios jurídicos que se nos imponen para tener la posibilidad de inventar el propio cuerpo, su vida, su muerte, su sexo, nuevos procedimientos de procreación, distintas formas de lo humano. Pues la potencia de las biotecnologías nos ha vuelto paradójicamente más inmateriales que nunca, permitiéndonos crearnos a nosotros mismos como puros artefactos biológicos”
A modo de conclusión Peter Sdloterdijk entiende que la biotecnología llegó para liberar al hombre para rescatarlo de la dominación dualista a la que estaba sometido. Pero no ve que esta misma biotecnología trae consigo nuevas formas de dominación como plantean Assehuer, Habermas y Jonas (aunque coincide a través del panvitalismo) y además, en lugar de liberar al hombre lo convierten en artefactos biológicos como dicen Le Breton, Sibilia e Iacub. Se puede afirmar que Schmucler al igual que Sloterdijk no observan estos aspectos negativos de la biotecnología porque la entienden como un progreso de la humanidad.
BIBLIOGRAFIA
SLOTERDIJK, Peter. “El hombre operable”, en Revista Artefacto número 4. Buenos Aires. 2001
Assehuer, Thomas. “El proyecto Zarathustra”, en Revista Confines número 8. Buenos Aires. Diótima. 2000
Habermas, Jurgen. “Un argumento contra la clonación de seres humanos. Tres réplicas”, en La constelación posnacional. Barcelona. Editorial Paidós. 2000
Jonas, Hans. “Hagamos un hombre clónico: de la eugenesia a la tecnología genética”, en Técnica, ética y medicina. Sobre la práctica del principio de responsabilidad. Barcelona. Editorial Paidós. 1997
Schmucler, Héctor. “La industria de lo humano”, en Revista Artefacto, número 4. Buenos Aires. 2001
Le Breton, David. “Capítulo 8” en Antropología del cuerpo y modernidad. Editorial Nueva Visión. Buenos Aires. 2002
Sibilia, Paula. “Biopoder”, en el hombre postorgánico. Cuerpo, subjetividad y tecnologías digitales. Buenos Aires. Editorial FCE. 2005
Foucault, Michel. “Derecho de muerte y poder sobre la vida” en Historia de la sexualidad. Vol. 1 . silo XXI Editores México. 1997
Iacub, Marcela. “Las biotecnologías y el poder sobre la vida” en el infrecuentable Michel Foucault. Renovación del pensamiento crítico. Buenos Aires. Letra Viva/Edelp. 2004
[1] Sloterdijk, Peter. El hombre operable. En la página 23 del original.
[2] Sibilia toma este concepto de Micel Foucault quién explica que el poder sobre la vida se desarrollo en dos formas principales: nanatomopolítica del cuerpo que entienda al cuerpo individual como máquina al que hay que disciplinar y la biopolítica de la población que entiende al cuerpo como especie al que hay que intervenir y controlar con estas disciplinas que son técnicas se inicia el biopoder.
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hola Damián, estoy estudiando para dar el final del seminario de Ferrer, buscando un poco de info sobre la última parte de la materia y tu nota me pareció interesantes. Obviamente se trata de un trabajo aprobado no? perdón la pregunta pero hay muchas cosas dando vueltas... y Sloterdijk me resulta un poco complicado. Gracias y saludos. Laura
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