“Los otros”.
Estudios en comunicación: la inseguridad en la vida cotidiana.
Introducción:
El propósito de este trabajo se caracteriza por interesarnos en la construcción de sentido acerca de la inseguridad en la vida cotidiana. Para ello se obtendrá un corpus con entrevistas y otros datos, que serán abordados a través de diferentes preguntas de investigación que plantearán problemáticas relacionadas a los siguientes ejes de análisis: inseguridad, la figura del delincuente/ sospechoso, las victimas, el barrio, la nación, el estado, los policías y los medios de comunicación. La problemática en particular de este trabajo se centra en la presencia de un “otro”, que será estudiado a partir de la comunicación y la cultura.
Descripción del marco teórico:
El marco teórico utilizado se presenta en constante relación a lo largo del análisis. Se toma el concepto de Aníbal Ford de comunicación como construcción de sentido, y a Geertz que define a la cultura como una trama de significaciones que el hombre utiliza y él mismo construye. Pero tampoco podemos olvidarnos de Gramsci que con la hegemonía y su definición de cultura como espacio de lucha por la imposición de sentido, permitirá comprender la situación de un modo más general. Los términos como sentido común, cultura oficial, cultura popular o folclore serán utilizados para abordar la problemática planteada. Sin embargo, al tratar la construcción de sentido en la vida cotidiana, es necesario la presencia de los científicos de Palo Alto que tienen en cuenta la comunicación no verbal, como Bateson; de Goffman desde la microsociología y Garfinkel desde la etnometodología (que aporta su definición de sentido común en un forma sincrónica a diferencia de Gramsci que incorpora una variable histórica a su concepto). En esa cotidianidad la lectura de índices es constante, por ende los aportes de Ginzburg y Ford serán tenidos en cuenta. Estos conceptos nos permitirán percibir como se genera el sentido en torno a la inseguridad, la delincuencia y la figura del delincuente.
Se buscó dejar afuera todo tipo de subjetividad por parte de los investigadores con el fin de puntualizar en las diferentes construcciones de sentido común que cada uno de los entrevistados construyó.
Metodología y corpus:
El trabajo práctico realizado centralizó sus estudios en la construcción de sentido sobre la seguridad e inseguridad de la vida cotidiana de las personas que participan del Centro de Gestión y participación, CGP Nº 11 (Villa Gral. Mitre - Villa Santa Rita - Villa del Parque - Villa Ortúzar - Paternal - Villa Crespo - Agronomía - Chacarita - Parque Chas). Nos interesamos por esta zona ya que dos de los integrantes del grupo viven en ella y conocen trabajadores de dicho centro, lo cual nos permitió introducirnos de lleno en el tema. Se adjunta a continuación un mapa con los barrios de Capital Federal que nuclea el CGP y el lugar donde se encuentra el mismo[1].
Nos acercamos a una de las constantes reuniones que se realizan en este centro de gestión y participación y realizamos varias entrevistas a ciudadanos del barrio. Los vecinos entrevistados fueron cuatro, varían en diferentes edades pero todos ellos conviven en el mismo barrio y se presentan a diario en este centro para debatir sobre la inseguridad.
Es necesario destacar que la investigación realizada debe ser considerada como un estudio piloto, puesto que de 240.352 habitantes de la zona sólo fueron entrevistados cuatro individuos. A partir de esto se puede llegar a la conclusión de que los datos obtenidos en estas entrevistas no sirven para realizar planteos o teorías generales si no más bien es una investigación que permitirá abrir puertas, realizar planteos, propuesta e hipótesis en próximos estudios sobre la seguridad en la vida cotidiana.
La metodología escogida es de carácter cualitativo, ya que se busca interpretar el corpus a partir de las entrevistas conseguidas el día 8/6 en el CGP Nº 11. Este corpus se encuentra acompañado del marco teórico de la cátedra y de artículos de diarios. Estos materiales son adjuntados en los anexos. La metodología del trabajo busca interesarse por la construcción de significaciones, los códigos que se manejan, pero como menciona Aníbal Ford sin dejar de ubicar a la problemática planteada en clave sociocultural.
Análisis:
El análisis del corpus que se va a llevar a cabo es comunicacional, ya que nos interesa la construcción de sentido acerca de la inseguridad en la vida cotidiana, pero como menciona Aníbal Ford, relacionado con la cultura y la sociedad en el cual se inscribe. La cultura entendida como trama de significaciones que el hombre utiliza, pero que también contribuye a su formación. Y desde un punto de vista macro analítico, como menciona Gramsci, entender a la cultura como un espacio de lucha, conflictivo por la apropiación e imposición del sentido. El tema de la inseguridad es relevante en el corpus estudiado. Los entrevistados coinciden en que la situación se agrava con el tiempo. Utilizan hipérboles y comparaciones en sus discursos, que más adelante serán señalados. Los vecinos que participan dentro del Centro de Gestión y Participación Nº 11 construyen un tipo particular de delincuente. Esto forma parte del sentido común, como lo entiende Mauro Wolf tomando a Garfinkel, estamos habituados a dar por descontado un cierto número de conocimiento, asunciones, razonamientos, cosas que todos saben, patrimonio común (…) no es necesario una ulterior atención o reflexión precisamente porque todo ello supone ya un instrumento inmediato (Wolf, 1988). El sentido común es lo dado, lo que no se cuestiona, se presenta como algo incorporado a partir del cual nos manejamos. Este se presenta en los entrevistados y lo utilizan para la vida cotidiana, en este caso en la inseguridad. Visto desde Gramsci, el sentido común es una concepción (…) disgregada, incoherente, inconsecuente (Gramsci, 1949), que se logra a través de un proceso hegemónico, en donde una clase hegemónica que es dominante logra naturalizar un sentido que penetra tanto a las clases dominantes como a las dominadas, pero que defienden los intereses de las hegemónicas.
Estos conceptos que aportan al análisis comunicacional y cultural se evidencian en un aspecto en particular: la construcción de la figura del delincuente.
El delincuente, el sospechoso: la relación nosotros/otros.
Los entrevistados hacen hincapié en que la situación actual cualquiera puede presentar rasgos que lo lleven a ser un delincuente. Lo mencionan en los siguientes fragmentos de entrevistas: “ya no sabes quien es quien (…) ya te encontrás con cualquiera, no es cuestión de raza, color, ni nada. Ya puede ser cualquiera el chorro”. Sin embargo, en forma contradictoria aparecen a lo largo de la entrevista determinados comentarios donde se percibe cómo funciona el sentido común, a partir de la asociación de la delincuencia con la juventud.
“Ya se perdió el chico rubio de ojos celestes”.
“Hay tres chicos que frecuentemente roban celulares para un señor que tiene un negocio de venta de celulares”.
“Estos jóvenes, que en vez de ir a la plaza a fumarse un porro puedan ir a una biblioteca”.
“Para que te vas a poner a pensar pibe, dejá, mirá, asaltá a ese tipo de la esquina”.
“Para mi la mayoría sale de las villas, debe haber alguno que sea de clase media, algún loquito siempre hay, pero la gran mayoría si. Y en especial los pibitos”. (Entrevistas)
Se identifica al delincuente con los jóvenes y adolescentes. En el primer fragmento se destaca que un chico rubio de ojos celestes, rasgos que antes no eran estigmatizados, ahora si puede presentar aspectos que permitan inferir que es un posible sospechoso o delincuente. El tema de la delincuencia del menor aparece en el corpus y mencionan la necesidad de ejercer el mismo trato que una persona adulta que cometió algún delito.
Para determinar al posible sospechoso o un delincuente, se realizan lectura de índices. En este plano comunicacional, en la vida cotidiana constantemente interpretamos indicios. El índice es un signo que remite a su objeto por contigüidad, por cercanía y conexión con el objeto al que representa. Y nos permite hacer inferencias, por ejemplo al percibir humo nos lleva a conjeturar que hay un posible incendio. Aníbal Ford indica que la abducción constituye una zona central en la construcción de las hipótesis que utilizamos para vivir (Ford, 1994: 75). Este razonamiento que lee índices se presenta a la hora de determinar quien puede ser un delincuente. Se realizan hipótesis, conjeturas que llevan a que nos manejemos de determinada manera. Los vecinos que participan del CGP a través de la lectura indiciaria presentan un control social. Están en una situación de alerta, ya que pueden interpretar a través de índices un acontecimiento de delito.
“Cuando camino por la calle, camino diez pasos y siempre miro hacia atrás y cuando veo que la persona que tengo atrás no me convence, hago un giro, cruzo la calle, pego la vuelta. Hay actitudes marcadas, no solamente la manera de vestirse o arreglarse. Hay actitudes que vos ves. Yo voy en el colectivo, te miro un tipo y te digo este es chorro, difícilmente me equivoque. Por ejemplo para descubrir un carterista o un arrebatador en un colectivo hay que fijarse en el brazo, todos llevan una bolsita o algo en el brazo.”
“Yo voy mirando para todos lados todo el tiempo. Si vos ves que viene un morochito con gorrita, medio villerito, sabes que ese o te afana, o te está relojeando o pasa la data”. (Entrevistas).
Objetos, como una gorra o una bolsa, se presentan como índices que llevan a conjeturar al vecino la posibilidad de que sea un delincuente. Y esto es posible porque el índice es un tipo de signo cuya interpretación y lectura se realiza de manera contextual. Todos estos rasgos que se destacan son gestos, movimientos corporales, practicas que forman parte de la comunicación no verbal. Esta última fue de gran relevancia para los científicos de Palo Alto. Los entrevistados mencionan que la mayoría de las gestualidades o de los movimientos permite resaltar al delincuente y detectarlo.
“Cuando vos ves que cambian el coso de brazo y marcaron es porque es el momento en que están por robarle a alguien y eso grábenselo, obsérvenlo y van a ver que no se van a equivocar nunca. El tipo que se para siempre al lado de la puerta y no baja nunca, esta siempre mirando así, y no se baja nunca. Ese porque le está marcando a los otros: ¨ che, yo ya estoy listo para cuando salgamos corriendo”. Yo en un colectivo miro siempre y digo cuidado”. (Entrevista).
El entrevistado destaca en este fragmento como entre los delincuentes establecen una especie de marco metacomunicativo. Bateson señala que la metacomunicación es un nivel de abstracción por encima del nivel denotativo (aquella relación referencial entre el signo y el objeto), en el cual el tema del discurso es la relación entre los hablantes (Bateson, 1955: 206). Se establece un marco con premisas en donde se incluyen esos delincuentes que comparten ciertos códigos que lo llevan a realizar un delito. El entrevistado parece identificar ese marco metacomunicativo y previene una futura situación de inseguridad.
Acompañando a esto, el alcoholismo y la drogadicción son rasgos que van de la mano de la delincuencia. Todos estos aspectos, la mayoría de ellos o verbales que sirven de índices para los vecinos, forman parte del sentido común, de la construcción de la figura del delincuente o del posible sospechoso.
Incorporando al análisis comunicacional la perspectiva cultural, en todas las entrevistas, en mayor o en menor medida, se configura una distinción, una diferencia, entre un “nosotros” que lo forman los vecinos, y los “otros” donde se encuentran los delincuentes o aquellos que pueden llegar a serlo. Es otro estigmatizado, utilizando los términos de Goffman. Como dicho autor desde la microsociología define al estigma como un atributo que produce en los demás, a modo de efecto, un descrédito amplio (…) defecto, falla o desventaja (Goffman, 1963: 12). Un estigma desacredita y las personas que contienen los atributos que mencionaron los entrevistados que forman parte del sentido común (ser joven, pobre, drogadicto, proveniente de la villa miseria, etcétera) llevan a que sean considerados como delincuentes o capaces de serlo. Ahora, tanto el “nosotros” que construyen los entrevistados y los “otros” se encuentran en un contacto, conviven de manera conflictiva:
“A vos te parece que yo estoy viviendo en un barrio donde tengo que llevarme bien con los drogadictos para que a mis hijos no le pase nada. Que yo los vea y haga una denuncia y después mis hijos corran riesgo. Que la denuncia mía no valga, que yo que pagué toda mi vida mis impuestos y todo, no tenga ningún valor eso, que venga gente que se metieron en la zona donde vivo y yo tener que hacer una vida armónica con ellos para poder vivir bien. Que no salgo hace 20 años porque voy a veranear y me roban y adaptarme a la vida de ellos. Porque yo me tengo que adaptar a la vida de ellos cuando tengo una propiedad y ellos tendrían que adaptarse a mi vida.” (Entrevista).
El otro aparece como aquel que rompe con las reglas sociales, un anómalo que está por fuera del concepto del “buen vecino”, como aquel que paga sus impuestos, tiene una propiedad, entre otros rasgos. Si bien, en este fragmento se explicita más la confrontación entre el nosotros/ otros, en los otros se encuentra de manera implícita o se menciona sin desarrollar demasiado. Además, este fragmento de una vecina que participa del Centro de Gestión y Participación demuestra las prácticas que debe realizar para mantener una relación buena con los otros, parecen que emite rituales en términos de Goffman y Joseph, para no afectar la identidad social de ninguno que se encuentra en esa interacción cotidiana.
Aparece como una barrera, una delimitación que separa a ese nosotros, del otro, que aparece como un extraño capaz de ser un sospechoso o delincuente[2]. Se distingue esto en el corpus a través de las comparaciones y confrontaciones que mencionan los entrevistados. La necesidad de separarse se explicita, por ejemplo:
“Yo no puedo creer que cuando voy por la calle, los tengo a esos flacos al lado mío. Porque están por todas partes”. (Entrevista).
El delincuente aparece como un mal social, al cual se debe extirpar, expulsar, alejar:
“Hay que mandarlos bien lejos, allá en plena montaña con dieciséis o veintidós grados bajo cero y que aprendan”. (Entrevista).
Se destaca en un solo entrevistado, la diferenciación entre el falso y el verdadero ladrón. Este último, presenta un saber que está acompañado por un grupo bien organizado. Si bien no se presenta en el resto del corpus, puede ser relevante para hipótesis de futuras investigaciones.
El delincuente, si bien se presenta como una anomalía, un extraño, los entrevistados a la hora de definirlos lo piensan como victimas, carentes de ciertos aspectos que los llevan a cometer delitos. Como menciona un trabajo de Contursi y Arzeno, el delincuente también es victima de esa especie de estado anárquico (Contursi/ Arzeno, 2006:16). Esto se destaca en los discursos de los entrevistados cuando mencionan que el actor de delitos se presenta:
“Con falta de muchas cosas. Puede ser, mira, no serán todos los casos igual pero la mayoría es la pobreza, la miseria, la no respuesta de la sociedad, el gobierno, todo un conjunto. Cuando una persona va a buscar trabajo y le cuesta una barbaridad para tenerlo y le dan vueltas y miles de vueltas, esas cosas te van desgastando. Hay gente que toma el camino más fácil. Pero llega un limite que tanto te cansa que uno dice ¨bueno, listo¨ yo me meto en esto y se meten en la droga, en la bebida y lo hacen para ganar dinero porque no encuentran otra salida.” (Entrevista).
La diferencia social, la pobreza, la sociedad, el gobierno aparecen como los culpables del motivo de la delincuencia. Pero antes de llegar a ese aspecto, en el corpus se destaca la localización de sectores que se configuran como focos donde se encuentra y forman los delincuentes.
El tren, los boliches y las villas: localización del peligro.
No solamente, los sospechosos o delincuentes presentan rasgos que son índices de inseguridad para los vecinos, sino que los localizan en lugares determinados. Son sectores que no se piensan sólo como el lugar del que comete actos delictivos sino como ámbito de formación del delincuente. Dentro del sentido común que se releva de las entrevistas, las villas de emergencia, los trenes y los boliches son zonas peligrosas donde frecuentan personas capaces de cometer delitos:
“En un sector de este barrio por ejemplo, el sector de Av. Forest, Av. Federico Lacroze, todo ese sectorcito, a raíz de ese asentamiento que desde el ferrocarril, está 10 veces peor”.
“Ahí están en ese asentamiento que esta dividido en cuatro sectores. Un sector lo protege gente de la corriente clasista y combativa contra otro grupo que ese no lo voy a nombrar que tienen su sede en la estación del ferrocarril. El otro sector lo maneja un señor que usufructúa los dos galpones de los ferrocarriles: el galpón 7 y el 8. El otro sector lo subvenciona un sacerdote. Así es y el otro sector esta amparado por los señores de cosas básicas”.
“Es una zona de todos boliches, prácticamente los pibes viven borrachos y si no son los boliches está el tren que es otro criadero de jóvenes alcohólicos”. (Entrevistas).
El tren aparece como un lugar que condiciona las prácticas cotidianas de los vecinos, determina a que hora frecuentar el lugar y a que hora no, pero siempre estando en estado de alerta porque en cualquier momento puede suceder un acto de inseguridad:
“El otro sector cerca de la estación Chacarita del ferrocarril San Martín es otro sector que después de las 23hs mejor no caminar. Ojo también a las 10hs es peligroso aunque parezca mentira”. (Entrevista).
Las villas de emergencia aparecen como un sector donde la persona por el hecho de estar allí, es un delincuente o sospechoso. La villa es asociada con la pobreza, la miseria, la carencia y dentro del sentido común de los entrevistados un lugar que es foco de la inseguridad:
“Son los negritos que viven en las villas y no tienen opción”.
“El noventa por ciento de las villas son chorros o la gran mayoría”.
“Yo vivo más para el lado de Villa del Parque, vivo en Margariños Cervantes y Elguera. Ahí a la vueltita donde vivo yo se juntan un grupito de quince pibes que están todos los días y todas las noches falopeándose, drogándose”. (Entrevistas).
Contursi y Arzeno indican en un trabajo de investigación que la inseguridad es pensada como plausible de ser localizada territorialmente a través de los mapas del delito (Contursi/Arzeno, 2006: 15). En nuestro corpus, se identifican también sectores bien delimitados a los cuales hay que erradicar pero que, a su vez, generan restricciones y prácticas para el vecino cuando tiene que frecuentar esos lugares. De esta forma, el tren, las villas, los boliches, las esquinas de los barrios se configuran como el lugar de los otros.
A su vez, sobre estos lugares o sitios identificados por los entrevistados recae el concepto de imaginarios sociales. Este último es una construcción colectiva que puede ser conciente o inconsciente, y que es tradicional debido a que toma a la experiencia y a la memoria, y se piensa en un futuro desde el presente. Hay existencia de imaginarios sociales vinculados a la delincuencia, al delito, a lo que es una villa miseria y lo que ocurre en su interior. Como Martini señala: el dispositivo imaginario provoca la adhesión a un sistema de valores e interviene eficazmente en el proceso de su interiorización por los individuos (Martini, 2002). Esos imaginarios determinan que está bien y que está mal, que es lo normal y lo anormal. Eso se demuestra en las entrevistas por las caracterizaciones que hacen de estos lugares, se construyen imaginarios colectivos que ubican a las villas y a los trenes de lado de lo anómalo. Y además les sirve para guiarse en la vida cotidiana, en ese estado de alerta constante. Por ejemplo, la mayoría de los vecinos entrevistados pertenecientes al CGP mencionó la constante lectura de índices al caminar por la calle.
Del barrio a la nación.
Cuando los entrevistados mencionaban y localizaban los lugares donde se encuentran los delincuentes, si bien hablaban específicamente de los barrios que agrupa el Centro de Gestión y Participación, indican que el problema de la inseguridad es un fenómeno a nivel nacional:
“Yo creo que es un problema de la nación, no solamente barrial. Esto está pasando en todos los barrios”.
“Esto no pasa sólo en Villa del Parque, Villa Crespo, Almagro o Mataderos, esto pasa en todos lados del país”.
“Ojo que no es sólo a nivel barrial, es en la Argentina y acá se nota mucho”.
“Es inseguro porque es un problema a nivel país, digamos”. (Entrevistas).
Anderson define a la nación como una comunidad imaginada, limitada y soberana. Engloba a personas que no se pueden conocer entre si pero que se encuentran en determinados limites territoriales y políticos. El delito y la inseguridad se presentan en los discursos de los entrevistados, como `problemáticas que le incumben a todas las personas de la Argentina. Se genera así una fraternidad entre todos los que viven en el país, la nación se imagina como comunidad porque, independientemente de la desigualdad y la explotación que en efecto puedan prevalecer en cada caso, la nación se concibe como un compañerismo profundo, horizontal (Anderson, 1983: 25). El delito se conforma como un relato sobre la nación, le interesa a toda esa comunidad imaginada que vive en la Argentina.
En el corpus se realizó una diferenciación del barrio en el pasado y en el presente. Como si hubiese una premisa en común, “todo tiempo pasado fue mejor”. Esto pertenece al sentido común, los entrevistados describen actividades que realizaban, y que las suspendieron por la inseguridad.
“Yo te puedo decir que viví toda mi vida en este barrio y era muy familiar, se podía vivir con las puertas sin poner llaves, se salía a las calles y podías sacar una mesa afuera y sentarte a comer en familia. Por ejemplo el vecino, vos tenías un hijo y te lo cuidaba como si fuera propio. Los chicos jugaban a la pelota en la calle. O sea había mucha libertad, una libertad que ahora tenés que estar entre rejas”.
“Antes el barrio estaba mejor yo creo. No se, se podía salir a la calle tranquilo y tomar unos mates, charlar con el vecino. Se conocía, se lo conocía al vecino, se sabía su nombre y cuantos integrantes de la familia tenia. Hoy eso ya fue. Ya no se conoce al vecino y no se sabe a quien se tiene al lado”.
La retórica utilizada a través de comparaciones y ejemplificaciones, muestran un pasado donde la inseguridad esta casi ausente frente a un presente en el cual el vecino puede ser un sospechoso o una persona de desconfianza.
Por lo tanto, la inseguridad que identifican los vecinos del CGP Nº 11 parece ser un tema que incumbe a toda la nación argentina, por más que utilizando testimonios, descripciones o narraciones se refieran a ciertos lugares del barrio en el que habitan o controla el centro de gestión y participación.
Existe otra cuestión de relevancia en el corpus tratado. La victima puede ser cualquiera, seas chico o anciano. Los entrevistados lo demuestran en los testimonios de inseguridad (en su mayoría robos). Pero dijimos que el delincuente también se presenta como victima. En todas las entrevistas, la culpabilidad recae en la sociedad política en términos gramscianos, y la sociedad civil debe ocuparse de los aspectos dejados por el estado y la policía, un ejemplo de esto es el accionar del mismo CGP en el que participan los entrevistados.
Los medios de comunicación intervienen en el tema de inseguridad y son de importancia porque los temas que tratan influyen en la agenda pública. A continuación, se relacionan todos estos elementos vinculando al corpus con determinados textos y artículos de diarios.
El papel de los medios de comunicación en la naturalización del sentido.
Los medios son una institución que difunde el sentido común que responde a los intereses de la clase dominante y hegemónica. Son de relevancia los discursos mediáticos porque construyen representaciones de esos “otros” y genera un control social determinado, dependiendo del tema de la agenda periodística. Martini señala que la legitimidad que tiene históricamente la prensa le concede el estatuto de voz autorizada y que se deriva de su coincidencia con el discurso hegemónico, oficial (Martini, 2002: 90). Vale la pena aclarar, que a la cultura Gramsci la considera como un espacio donde se confronta la visión del mundo de las clases hegemónicas que imponen un sentido común a todos y la visión del mundo de las clases subalternas, llamado folclore o cultura popular. Los medios son instrumentos donde se encuentran los intelectuales orgánicos que defienden los intereses de las clases dominantes y se encargan de la difusión del sentido común y su reproducción. Las modalidades implementadas por los medios permiten así la naturalización del sentido. En el texto de Martini de las agendas policiales en los medios de Argentina, aparecen en diarios la figura del delincuente caracterizado como joven, pobre y villero. Esto resulta coincidente con los rasgos que mencionaban los entrevistados del corpus. Y muchas veces es tratado por los medios generando la naturalización de un sentido hegemónico.
Para entender el papel de los medios, relacionamos a las entrevistas con un artículo del diario Clarín del día 20 de mayo del 2007. Lo seleccionamos porque habla del crecimiento del numero de guardias privados por sobre la policía en capital federal, por ende, es una noticia que habla acerca de los lugares que los vecinos que participan del CGP Nº 11 frecuentan. Podemos evidenciar en primera instancia una coincidencia en el articulo del diario Clarín y el discurso de los entrevistados, la desvalorización de la figura del policía. La noticia plantea la deficiencia del servicio público que trae como consecuencia la necesidad de más seguridad privada. El artículo comienza indicando: “es un reflejo de lo que sienten los porteños. El síntoma más visible de un clima de inseguridad que parece aventurase a cada momento” (Clarín, 20 de mayo del 2007). El diario se perfila como portavoz autorizado de lo que le sucede a los porteños. La cifra de agentes de seguridad privada es mayor a la de policías registrados, por lo cual a través de la comparación la nota manifiesta un problema del servicio publico policial. Esta desvalorización se reproduce en los discursos de los entrevistados:
“Yo veo que la policía se aleja cada vez más”.
“La inseguridad era un tema policial. La policía era el organismo que tenia el estado para castigar el delito y prevenirlo en lo posible y lo hacia. Te daba muchísima seguridad el uniformado. Ahora la policía está totalmente esterilizada, ni siquiera te puede pedir los documentos”.
“Ya la misma policía permite eso y no sólo lo permite sino que ayuda a que se haga. Hay miles de casos en los que los policías están enganchados con el caso por complicidad”. (Entrevistas).
Si bien se encuentra una coincidencia en la figura del policía, los entrevistados hacen hincapié en la corrupción del policía y el artículo menciona la menor cantidad de policías en la Capital Federal. Puede ser una diferencia que nos permita hablar de la visión de las clases hegemónicas y la cultura popular de las clases subalternas, pero eso se tratará más adelante.
La noticia del Diario Clarín construye a través de sus modalidades una premisa importante, “aquel que posee más logra custodiarse mejor”. El pago por la seguridad se presenta como una solución frente a la inseguridad. Un entrevistado mencionaba lo mismo en un fragmento de su entrevista:
“La policía, yo he hablado con dos comisarios de la 29 y de la 37, los dos comisarios te dicen: “no tengo gente” y luego los señores agentes de la Policía Federal todos hacen adicionales, es decir, vos querés algo, pagas un policía y lo tenes por tu cuenta, el resto de la ciudadanía pareciera que no tiene derechos salvo que pague uno para que lo custodie”. (Entrevista).
Resulta coincidente, ya que tanto los entrevistados como la noticia del diario Clarín presentan a aquellos que no pueden pagar una seguridad privada como los más perjudicados. En este fragmento, el entrevistado implícitamente menciona la deficiencia del servicio público, cuando señala que el resto de la ciudadanía pareciera que no tuviera derechos salvo cuando paguen. En la nota también se resalta esta deficiencia del servicio policial. Hasta aquí podríamos inferir sin generalizar recordando que esta es una investigación piloto, que se reproduce y naturaliza un sentido común. Sin embargo, aparecen diferencias entre lo propuesto por el articulo y los discursos de los entrevistados, que permite percibir la visión de la cultura oficial frente a la cultura popular o folclore. La nota indica que “la seguridad privada mueve el delito desde las zonas controladas a las que no lo están” (Clarín, 20 de mayo del 2007). Difiere de lo señalado por los vecinos del CGP Nº 11 que indican que en todos los barrios hay delincuencia y que se lo puede focalizar en sectores donde se forman y refugian los sospechosos o delincuentes.
En las entrevistas o se propone la solución de la delincuencia accediendo a la seguridad privada, muchos proponen mejoras en la educación, en la familia y en el mismo estado. Además, son críticos con los medios de comunicación ya que mencionan que solamente buscan vender y no informar. Las causas de la delincuencia son diversas para estos vecinos, por ejemplo:
“Mientras los ciudadanos no aprendan a respetar aquí hay un problema que es cultural y no hay vuelta de hoja. No sólo cultural, es el respeto mutuo, no sabemos respetarnos ni tampoco sabemos hacernos respetar porque la cosa es hacerse respetar”.
“Los chicos se sienten como que no se le pone limites, se esta perdiendo la familia que era lo más importante. Por ejemplo antes se hacían muchas reuniones en las casas de familia, se hacían asados y se vivía muy en familia. Ahora esto se esta perdiendo todo. Se están perdiendo los valores. Si se pierde la familia se pierden valores y cada vez el delito es más grande”.
“En realidad se trata de la falta de limites por parte del estado que no mueve un pelo para detener la delincuencia”.
“La economía ayuda a que haya mas delincuencia (…) Acá cerca tenes, todos los ricos y famosos, pibes de tu edad que andan con la 4 x 4 por todos lados y vos te quedas pensando y decís: ¿Cómo hicieron en tan poco tiempo para tener semejante monstruo, terribles camionetas, coches importados? Si vos tenes que estudiar ocho años para poder desarrollar una carrera”. (Entrevista).
La desigualdad económica y social, la falta de autoridad por parte del estado y la policía, la corrupción, la pérdida de valores y de la familia conforman la multicausalidad de la delincuencia para los entrevistados. Las soluciones que proponen van de la mejora del estado, la educación y la familia, hasta la aplicación de la “mano dura” que se presenta en la mayoría de los vecinos que participan del CGP. Si bien, el sentido común penetra tanto a las clases dominantes como a las subalternas, estas presentan una visión determinada que se diferencia del discurso dominante. Esa definición la define Gramsci como folclore o cultura popular entendido como una concepción del mundo y de la vida (…) en contraposición con las concepciones del mundo oficiales (Gramsci, 1949: 239). Sin realizar generalizaciones que puedan lleva a un error, los medios generan la naturalización del sentido, pero aún así dentro del corpus se filtran concepciones que pueden llegar a corresponder con el folclore o la cultura popular de las clases subalternas.
Frente a esta crítica al estado y a los policías, desde los entrevistados parece que la sociedad civil debe llevar a cabo un accionar para mejorar la situación de inseguridad. Es así que justifican su participación en un centro de Gestión y de Participación, como un agente que busca mejorar la situación de los vecinos de los barrios que engloba. No mencionan los entrevistados alguna relación con la política, si con comisarios y policías. El CGP se perfila como una entidad que se mete de lleno en la problemática de la inseguridad y busca la defensa de aquellos que concuerdan con los rasgos del buen vecino:
“No me quiero ir arriba sin haber cumplido con los deberes, tratar de ser solidario y ayudar, aunque sea poco, de defender a mis pares”. (Entrevista).
Conclusiones.
Bibliografía:
Anderson, Benedict (1983): “Introducción”. En Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo. México, Fondo de Cultura Económica, 1993.
Bateson Gregory (1955): “Una teoría del juego y de la fantasía”. En Pasos hacia una ecología de la mente. Buenos Aires, Carlos Lohlé, 1976.
Contursi, Maria Eugenia y Arzeno, Federico (2006): “Discursos sobre la inseguridad: la redefinición de ciudadanía de los nuevos agentes de inseguridad del barrio Saavedra”, Bs. As., Mimeo.
Ford, Aníbal (1994): “Los medios. Trafico y accidentes trasdisciplinarios”. En Navegaciones. Comunicación, cultura y crisis. Bs. As, Amorrortu, 2001.
Ford, Aníbal (1994): “Conexiones”. En Navegaciones. Comunicación, cultura y crisis. Bs. As, Amorrortu, 2001.
Goffman, Irving (1963): “Estigma e identidad social”. En Estigma. La identidad deteriorada. Buenos Aires, Amorrortu, 1998.
Gramsci, Antonio (1949): “Observaciones sobre el folclore”. En Cuadernos de la cárcel: literatura y vida nacional. México, Juan Pablos editor, 1976.
Gramsci, Antonio (1949): “Introducción”. En La política y el Estado Moderno. Barcelona, Planeta De Agostini, 1993.
Martini, Stella (2003): “La sociedad y sus imaginarios”. En Cuadernos de lectura 20: Comunicación, Interacciones, Relaciones. Buenos Aires, facultad de Ciencias Sociales- UBA, 2003.
Martini Stella (2002): “Agendas policiales de los medios en la Argentina: la exclusión como hecho natural”. En Gayol, S. y Kessler, G. (comp.) Violencias, delitos y justicias en la Argentina, Bs. As, manantial/UN Gral. Sarmiento.
Wolf, Mauro (1988): “Harold Garfinkel o la evidencia no se cuestiona”. En Sociologías de la vida cotidiana. Madrid, 1979.
[1] Referencia: El punto de color rosa es donde se encuentra el CGP Nº 11.
[2] Distinguimos estos dos conceptos, porque el delincuente es aquel que efectivamente realiza un delito, pero en el corpus también se destacan aquellos que poseen rasgos estigmatizables que llevan a pensar que es un sospechoso. La lectura de índices que demuestran los entrevistados afecta tanto al delincuente como aquellos que son solamente sospechosos.
martes, 17 de marzo de 2009
Comunicación - Estudio de los discursos sobre la seguridad.
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